El laberinto de Catherine Ross[completa]

Capítulo 45: {Nuevos aliados}

Mire de arriba a abajo y eran ellos, Hector, Gabriel y Paula, entonces en ese momento me quedé con la boca abierta, no tenía palabras para decir.

—¿Ismael me puedes acompañar un momento? —le dije mientras le agarraba la sudadera.

—Eh claro —me respondió mientras estabamos casi en la cocina.

—¿Se puede saber que hacen ellos aquí?, ¿no se suponía que no se podia decir nada a nadie? —le pregunté atónita a los acontecimientos.

—Te dije que no lo podia saber nadie de tu mundo Catherine, ellos son de este, igual que ellos no pueden saber la existencia de tu mundo, ¿lo entiendes? —intento explicarmelo.

—No, no lo voy a entender, Paula apenas tiene diez años, ¿en que nos puede ayudar ella?.

—Solo tienen que mirar unas cámaras, ocho ojos pueden ver más que dos, asi no se nos escapara ningún detalle, además que ellos están comprometidos con la causa y no les he explicado para que consiste, solo que tengo que encontrar a una persona que lleve ese libro, ya está —me explico.

—Vale está bien, si tu lo dices que nos ayuden. —al final tuve que ceder.

—Además que nunca los pondría en peligro —añadió él.

—Vamos a salir que van a pensar que estoy hablando mal de ellos —salimos al salón y ellos se encontraban concentrados viendo las cámaras.

—¿Habéis visto algo? —les preguntó Ismael.

—No, de momento gente entrando y saliendo a devolver o coger libros pero ninguno corresponde con el que nos has dicho, pero no se nos escapa ninguno. —comentó Hector que era quien llevaba la voz cantante con sus dos hermanos.

—Bueno Catherine, ya te puedes marchar y estate tranquila, por cierto, mañana vete a entrenar que Raul tiene una sorpresa que darte —concluyó Ismael, yo no le pregunte lo que era y me fui a mi mundo.

Llegue a mi casa y allí estaba mi padre, de nuevo olía a alcohol.

—¿Has vuelto a beber? —puse cara seria porque cada vez era más fuerte el olor.

—Hija, llevo todo el día buscando trabajo y no encuentro nada, lo único que me encuentro son bares que me dicen que me meta para dentro para beber, ¿Que quieres que haga? —me comentó.

—Que te tomes enserio tu vida —era una respuesta dura, pero esperaba que reaccionara.

Cogí y me fui a mi habitación, allí me tumbé, había sido un día largo, había podido solucionar mi pequeño problema con Enrique y luego recibí la noticia de mi nuevo equipo, pero en resumen había sido un buen día. Al día siguiente me levanté y me fui al instituto, después comí lo más rápido posible y me marché a entrenar con Raul. Allí me estaba esperando él.

—Hola Catherine, cuanto tiempo sin venir por aquí —Me dijo Raul que estaba de espaldas mirando un ordenador.

—Ya, he estado liada, pero Ismael me dijo ayer que viniese hoy a entrenar que tenias una sorpresa —en ese momento asentó con la cabeza y se echó la mano al bolsillo…




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