—Hola, os estaba esperando —comenzó el director la conversación.
—¿Qué es lo que quieres señor director? —preguntó Ismael.
—Ha llegado a mis oídos que tenéis una geolocalización de la gente que está detrás de esto, no podéis ir solos —fue tajante.
—Pero señor director, tenemos una gran pista y tenemos que ir tras ella, no podemos quedarnos con los brazos cruzados —le comente.
—Estoy totalmente de acuerdo, pero os voy a mandar con refuerzos, no os voy a dejar solos —el director se fue al móvil y llamó a personal de seguridad suyo, vinieron y les empezó a decir lo que tenían que hacer.
Nos fuimos en tres coches distintos, llegamos a aquella fábrica que por lo que se veía desde fuera parecía abandonada desde hace tiempo.
Llegamos a la puerta, pero la puerta no se podia abrir, asi que trajeron una llave especial para abrirla, tardaron unos segundos pero al fin pudimos entrar.
Pasamos por un pasillo muy estrecho y llegamos a una puerta que estaba cerrada así que decidí abrirla, se me pusieron los ojos como plato.
—Lo sabía, nos tenía controlado —entraba Ismael por detrás.
En el tablón había fotos mía, en todos lados, con todo el mundo, había fotos mías con Ismael, con Hector, en el sector III y en la tierra. Estaban todas las fotos relacionadas con una flecha y palabras por la mitad del tablón, estaba claro que era una investigación para tenerme controlada en todas las partes.
Salimos de esa sala, pero yo ya tenia los pelos de punta, continuamos por el pasillo al final del mismo había otra puerta, la abrimos, estaba todo lleno plásticos, no se podia ver lo de dentro, pero las pasamos, dentro había una sala con varias mesas, y en una de ella se encontraba un ordenador.
—¿Me puedo llevar el ordenador a examinar? —le preguntó Ismael al director.
—Claro que sí, pero después no lo tienes que dar a nosotros para poder comprobar información de dónde ha salido ese ordenador —le miró y se lo dijo directamente a él.
Nos llevamos el ordenador a nuestro apartamento para poder lograr al fin sacar alguna pista que mereciese la pena.
—¿Cuánto tiempo te puede llevar? —le miré en busca de una respuesta.
—Unas cuantas horas, pero lo voy a tener lo más rápido que pueda, en cuanto lo tenga te lo diré —cogí las cosas y me marché a entrenar un rato, necesitaba desconectar un rato.
Llegué al santuario y por suerte allí se encontraba Raul.
—Vaya, no te esperaba hoy por aquí —me dijo con rostro sorprendido.
—Te dije que iba a venir más a menudo —cogí la pistola y empecé a entrenar la puntería, después con los sacos y las bolas entrene la fuerza, cada vez me costaba menos y notaba que estaba más preparada, pero había algo que me decía que no era suficiente y mi presentimiento me decía que algo malo iba a ocurrir pronto.
Termine de entrenar y me fui enseguida hacia el apartamento, allí se encontraba Ismael con una especie de linterna mirando alrededor del ordenador y de las teclas.
—¿Sacas algo? —le pregunté mientras me quitaba la chaqueta.
—Nada de nada, ningun archivo dentro del ordenador, está todo limpio, y no hay ninguna huella en el teclado y en la pantalla, esta persona sabe lo que se hace y no deja ninguna pista, lo único que puedo hacer es desmontarlo haber si encuentro algo dentro —en ese momento Ismael sacó de una caja de herramientas un destornillador y se puso manos a la obra.
Me di una ducha ya que estaba sudada del entrenamiento y al salir se encontraba Hector con las cámaras, se me quedó mirando como si no me hubiese visto nunca.
—Que guapa que estás —me dijo mientras tenia cara de embobado, a lo que yo no sabía que responderle y fue con un simple —gracias.
—¿Por qué no te vas a tu casa y descansas un poco?, ahora no vas a encontrar nada —le cambie de tema.
—Pues sí, será lo mejor, porque estoy empezando a ver cosas —lo dijo mientras se frotaba los ojos.