El laberinto de Catherine Ross[completa]

Capitulo 52: {Llamada falsa}

Estaba en clase y seguía pensando en lo ocurrido, al salir al descanso le explique a Ismael lo que había sucedido, para sorpresa mía de nuevo Ismael me dijo que estaba detrás de esa llamada.

—¿Cómo? —le pregunté resaltada.

—He conectado un programa con la red móvil del director para cuando llamase que pareciese que hablaba con tu madre, era yo quien hablaba pero la voz con un emulador era exactamente la de tu madre —me explicó, todo cobraba sentido.

—Pues me has salvado de una buena, porque si mi madre se vuelve a enterar que sigo faltando seguro que me vuelve a castigar y esta vez seguro que es más duro.

—¿Y que tal tus padres? ¿Han hecho muchas preguntas? —llegamos al lugar donde nos sentabamos con Ana, Cinthia y Sara.

—Lo normal, pocas me han parecido, pero no saben nada, y eso ya es bastante —le explique con una medio sonrisa con el susto en el cuerpo que cada vez era menor.

—Entonces todo arreglado, podemos continuar con nuestra misión —parecía obviar todo lo que había ocurrido.

—Sigo pensando en lo que me ha pasado, en aquella explosión —no paraba de pensar en eso.

—No le des más vueltas Catherine, vamos a entrenar a partir de ahora más fuerte que nunca —me cogió las mano y me miró fijamente.

—Es muy fácil decirlo, pero no sé si voy a estar preparada, ¿Cómo se que soy yo la elegida? —puse la mirada hacia el suelo.

—Porque te eligieron a ti, y tienes un poder que aún está por descubrir —me levantó la cabeza con su mano.

—Si, el de atravesar paredes no te digo —dije con tono de ironía.

—Todavía no lo sabemos, pero pronto lo descubriremos —dije con voz de seguridad.

—Mira, por allí vienen ellas —llegaban ellas tres a nuestro sitio particular.

Por la tarde nos fuimos a entrenar, pero mi cabeza seguía en aquel mensaje y en aquella explosión.

—Para para para —Raul detuvo el entrenamiento.

—¿Que es lo que te ocurre Catherine?, No estás en lo que tienes que estar —me miró fijamente.

—No es fácil estar centrada con todo lo que tengo en la cabeza —le intente explicar mientras tenía la mirada perdida.

—Necesitas tener la mente en blanco, si no lo logras no vas a poder aprender nada  —no me quitaba la mirada.

—Esta bien, ¿lo podemos dejar por hoy?, necesito ir a dar una vuelta —cogí la mochila y me marché.

Me encontraba en la calle, dando vueltas sin ningún rumbo claro.

—Catherine —escuche a lo lejos, me di la vuelta y era Héctor.

—¿Que haces por aquí? —me pregunto mientras se acercaba a mi.

—Nada, estoy dando una vuelta —no sabía cómo responderle.

—¿Quieres ir a tomar algo? —me volvió a preguntar.

—Esta bien, me va a venir bien despejarme —dije esas palabras mientras nos metimos en un bar que había por esa zona.

Nos sentamos y pedimos un refresco, Hector no paraba de mirarme, como si tuviera algo en la cara.




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