—Vi a alguien hablar con Enrique, tengo claro que era el desconocido, y Enrique es un simple súbdito —recordaba mientras abría los ojos a Enrique hablar con una persona, pero estaba de espaldas y no pude verle la cara, pero estaban hablando de la causa lo que me daba que pensar de que nuestra misión todavía no había terminado.
—Osea que hemos descubierto lo de las cámaras, pero de nuevo no nos sirve para nada, estamos en las mismas —Ismael estaba cabreado por pensar que había ganado y de no ser así.
—Ismael comentó algo de una causa, pero no me dijo nada más —recordé aquellas palabras como si fueran fuego, las remarcó bastantes.
—Tendremos que ir a hacer una visita a la cárcel para aclarar todo, pero tendrán que pasar unos días hasta que todo esto se relaje un poco, mientras entrenaremos e investigaremos por nuestra parte —Ismael quería investigar y preguntar para ver si podíamos sacar algo.
—Llevabas tu razón Ismael —recordé otras palabras.
—¿En que llevaba razón? —Ismael se extrañaba con mi afirmación.
—Que Enrique no era de fiar, te tendría que haber hecho caso desde el principio, y a ti Hector te pido perdón por lo que hizo —mi imprudencia amorosa casi me costó la vida, ahora sabía que tenía que estar centrada única y exclusivamente en la misión.
—Catherine, el director nos quiere ver —Ismael había recibido un mensaje.
Llegamos hasta su edificio y alcanzamos su altura,
—Ya estamos aquí señor director —le dije nada más abrirse las puertas.
—Quiero que me comenteis que es lo que ha ocurrido, y como Catherine ha estado apunto de morir —la cara del director no era de amigos.
—Verás, la culpa ha sido mía, me hice novia de Enrique, pero nunca llegué a imaginar esto, la culpa ha sido única y exclusivamente —decidí dar un paso enfrente.
—Esta bien Catherine. pero tienes que llevar cuidado con las malas compañías, y tienes que llevar cuidado con lo que dices o haces afuera, nadie se puede enterar de la misión y mucho menos enterarse de la existencia de los dos planos, eso podría ser el fin del mundo tal y como lo conocemos —el director se explico perfectamente.
Llevas toda la razón y lo siento —baje la cabeza, sabía que lo había hecho mal.
—Quiero que vayáis a la cárcel dónde está Enrique, quiero que le saquéis toda la información posible —los dos asentimos con la cabeza y nos fuimos en dirección a la casa de Hector.
—Ismael, hay una cosa que ocurrió en la lucha que todavía no he podido explicar —iba yo de copiloto, en cuanto le dije eso paró en seco el coche y me pregunto.
—Tu diras —giró la cabeza un poco.
—Mientras estaba luchando, Enrique me disparó, pero yo sin querer esquive el disparo, además de moverse del lugar sin yo saberlo —no sabía muy bien cómo explicarle lo que había sucedido.
—Tenemos que irnos al santuario —Ismael miró fijamente en adelante puso rumbo directo al santuario.