Terminamos el entrenamiento y nos fuimos hasta la casa de Hector, yo lo dejé en su casa y me fui hacia la mía, al llegar a mi casa estaba esperando mi padre en el salón.
—¿Dónde estabas Catherine?, me tenías preocupado —mi padre se encontraba en el salón sentado en la silla.
—He estado liada, he tenido muchos exámenes estos últimos días y he estado estudiando mucho —no sabía que más explicarle.
—Catherine, últimamente faltas mucho a clase, y en los exámenes has pegado un pequeño bajón, me lo han dicho los profesores, tu madre no sabe nada, ¿Que te está ocurriendo? —Mi padre me había pillado.
—Nada Papá, cosas normales, tengo que coger el ritmo de nuevo y aquí no ha pasado nada.
—Está bien, pero quiero que si pasa algo me lo digas, eres muy especial para mí —por primera vez en mucho tiempo mi padre sacó su lado más sensible.
—Tu crees que soy especial —le dije recordando las palabra de Héctor.
—Eres la persona más especial del mundo, por cierto te hice caso de lo que me dijistes el otro día, he encontrado trabajo, y me he apuntado a una asociación para alcohólicos, voy a dejarlo, lo prometo. —por fin una buena noticia, cogí y lo abracé con todas mis fuerzas.
—Te quiero mucho hija —él seguía abrazándome, no quería soltarme.
En ese momento entró mi madre por la puerta —¿que es lo que está ocurriendo aquí? —mi madre entró y nos vio abrazandonos, mi padre y yo no teníamos la costumbre de abrazarnos.
—Bueno, vamos a cenar anda panda de dos —mi madre empezó a reírse y comenzó a hacer la cena. Cenamos y me fui a dormir, pero antes de cerrar los ojos recibí un mensaje de Ismael.
—“Mañana ya nos dejan interrogar a Enrique, por la tarde vamos” —Ismael no envió nada más, yo le dije a través de los mensajes que “vale”.
Al día siguiente me levanté y me fui al instituto, Ismael me estaba esperando en la puerta, llevábamos tiempo sin ir al instituto.
—Tenemos que ponernos de acuerdo para saber que le vamos a preguntar a Enrique—me explicó Ismael en voz baja mientras estabamos en clase.
—Vale, luego en llegar al sector III lo hablamos —no quería hablar nada de eso en medio de la clase y menos teniendo a Lucas detrás.
La mañana pasó, al salir nos fuimos a comer a mi casa, fue un visto y no visto, enseguida ya estabamos en la casa de Hector.
—¿Cómo lo hacemos? —preguntó Hector que quería también intervenir.
—Tienen que ser preguntas directas, sino no va a cantar —explicó Ismael.
—Yo le preguntaría para empezar para quien trabaja —era una de las incógnitas.
—Demasiado directo, tenemos que ir de menos a más, y si no suelta información entonces ponernos serios, pero es importante que nos dé una pista para seguir con la investigación, porque sino es así nos volveremos a estancar —Ismael lo había explicado perfectamente.