El laberinto de Catherine Ross[completa]

Capítulo 72: {La entrevista}

Bajamos hasta el coche, y de allí nos fuimos directamente a la cárcel donde se encontraba Enrique.

—¿Tienes miedo de verlo? —me preguntó Ismael, me veía nerviosa.

—Yo no sé lo que es eso ya, lo perdí hace tiempo —era una verdad como un templo.

—Eso es lo mejor —Hector que iba detrás me toco los dos hombros y me balanceo un poco para quitarme un poco el estrés que pudiese tener.

—Es que no entiendo como una persona a la que quieres, que lo das todo de ti, te traiciona de esa manera —era un pensamiento que me rodeaba desde entonces.

—A veces la vida no es justa, te piensas que una cosa es roja, y cuando te quieres dar cuenta, todos dicen que es azul, y da igual que digas que es roja, que si el resto lo ven de otro color nunca lo van a aceptar, la gente busca poder, y si pueden tener más lo van a tener, pero que quereis que os diga, si yo tuviese en mi mano el poder de cambiar las cosas, lo haría, sin dudarlo, cambiaría muchas cosas de este sistema. —Ismael se puso muy profundo, y mientras terminaba el discurso estabamos llegando al centro penitenciario.

—Vamos a la entrada, allí tendremos que dejar los objetos personales —estabamos llegando ya a la puerta.

Entramos y allí nos hicieron el control por si llevábamos algo, yo solo portaba una libreta para apuntar todo, aunque no sacaremos nada. Llegamos a la sala y él ya estaba sentado, no se si se imaginaba que éramos nosotros.

—¿Qué hacéis vosotros aquí? —parecía sorprendido de vernos.

—Aquí las preguntas las hago yo, siempre he querido decir eso —Hector soltó la frase y me miro riendose.

—Decirme —parecía que estaba dispuesto a hablar.

—¿Para quién trabajas? —le hice la pregunta y le miré fijamente.

—Hola Catherine, ¿que tal?, si piensas que te voy a responder a esa pregunta te equivocas, ya estoy en la cárcel, peor que esto no hay nada —tenía una mirada fija, no la apartaba de mi.

—¿Quien te paga? —Ismael se puso de pie delante suya, pero él no respondió a la pregunta, y solo mantenía el rostro serio menos la boca, que tenía una sonrisa.

—Cuando me secuestraste hablastes de algo de la causa, ¿a que te referías con eso? —quería saber de una vez por todas que era eso de la causa.

—La causa es el poder, el poder de controlar todo, y tu eres una de las causantes Catherine pero no te vas a salir con la tuya, no mientras esté yo vivo —empezó a reírse como un loco.

—Una última vez, ¿para quien trabajas, quién es tu jefe? —volvió a insistir Ismael.

—Pronto lo sabréis, él os está pisando los talones, va un paso por delante vuestra, estáis acabados —él seguía con el mismo tono que el principio.

—Vámonos, de momento ya le hemos sacado información, hay que buscar que es la causa —Ismael nos sacó de allí, aunque sabíamos que tendríamos que volver de nuevo a preguntarle nuevas cosas, él sabía todo, y nosotros casi nada.




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