—¿Cómo se apellidaba Enrique? —en ese preciso instante se me pusieron los ojos como platos.
—Jimenez —no me salía decir otra cosa.
—¿Jimenez Diaz? —yo asentí con la cabeza.
—No puede ser, es su padre, él nunca me habló de su familia, ni dónde vivía ni nada —no daba crédito a lo que estaba ocurriendo.
—Pues si, su hijo es Enrique, ahora ya tenemos algo —Hector había dado con una pista muy importante.
—Hector, ¿puedes buscar información de Enrique, donde vive, pasado, etc? —le pregunto directamente Ismael a Hector.
—Claro, me pongo enseguida con ello —Hector cogió las cosas y se fue directo al ordenador, yo me fui con Isma a la habitación a ver que se tenía entre manos.
—¿Qué es lo que estás haciendo? —le pregunté cuando llegué a la habitación y le vi leyendo unos papeles.
—Nada, todavía no tengo nada concreto asi que no te lo puedo decir porque te mentiría quizás —Ismael estaba muy concentrado en esos papeles.
—Es que parece como que el desconocido nos quiere volver locos.
—Luz de gas —salto Ismael de repente que parecía que no estaba escuchando —esa persona nos está haciendo luz de gas, eso consiste en hacer cosas y luego hacerlas desaparecer, para pensar que estamos locos, o que estamos viendo ilusiones, y por un momento casi lo consigue —Ismael sacó por primera vez ese término que no lo habia escuchado nunca.
—Está bien, ¿y ahora por donde vamos a seguir? —parecía estar estancada la investigación.
—Vamos a ir directos al corazón de todo, solo hay un edificio que han ocurrido cosas y no ha quemado, vamos a ir directos hasta su centro de operaciones, Hector ha dicho que ese edificio está a su nombre, pues vamos a preguntar por él —se trataba del edificio que habían secuestrado a Lucas.
—¿Pero vamos a entrar asi sin mas? —no entendía muy bien el plan.
—Si, entramos y preguntamos por él, no perdemos nada —cogimos las cosas y pusimos rumbo al coche.
—Chicos, tenemos otra pista, he descubierto la dirección de la casa de Enrique, si es la misma tenemos ya donde vive, allí podremos encontrar algo —parecía que todas las constelaciones se ponen de acuerdo.
Llegamos al edificio y entramos hasta recepciones, una vez allí dejamos las mochilas que teníamos cada uno ya que no se podia pasar con objetos personales si éramos visitantes. De allí fuimos hasta la secretaria que estaba en esa misma planta.
—Hola buenas, mi nombre es Esperanza, nos gustaría hablar con Javier Jimenez —le pregunté directamente a la recepcionistas que en ese momento estaba leyendo papeles.
—Muy bien, pero en estos momentos no os va a poder atender —me miro y dejo los papeles dentro de una carpeta.
—Da igual, no tenemos prisa, como si estamos todo el día —la volví a insistir.
—Esta bien, sentaros en esa sillas —justo delante de recepción se encontraban unas sillas y un sofá, allí íbamos a estar cómodos mientras esperábamos.
—¿Esperanza? —Ismael me miró mientras se reía.
—¿Qué pasa?, es un nombre muy bonito —yo también empecé a reírme mientras me sentaba en el sofá.