El laberinto de Catherine Ross[completa]

Capítulo 78: {Declaración}

—Buenas tardes chicos, primero me presento, mi nombre es Abel Ruiz y soy el comisario —de momento era un comisario amable, no era el típico que te atacaba directamente sin ni siquiera decir su nombre.

—Voy a ir al grano, ¿que hacéis en esa cara? —se puso más serio y ya fue directo al cuello.

—Entramos por equivocación, estabamos buscando una cosa —tomo la palabra Hector, pero había metido la pata porque había dado una pista muy importante.

—¿Qué cosa? —pregunto por el detalle que se le había escapado.

Pero ninguno respondemos, fruto del miedo, o fruto del estrés de no liarla más.

—Mirar chicos, si no decis lo que ha pasado, os llevarán a disposición judicial, y creerme que lo que no digáis aquí, lo vais a soltar allí, así venga —cruzo los dedos de la mano y se echó hacia delante.

—Creemos que la persona que vive en esa casa está de algo muy gordo —le intente explicar de la mejor forma.

—Pero que sois, ¿policías?, ¿que podéis ir investigando o metiéndose en la casas ajenas sin ninguna orden? —llevaba toda la razón, pero era necesario que nos creyese.

—Hace unos días tuviste un problema con el hijo del propietario de la casa, te secuestro a ti Catherine, unos días después apareces en su casa, ¿casualidad no? —el comisario estaba bastante informado.

—Casualidad no, él y su padre están detrás de mí, me quieren matar —estaba dispuesta a contar toda la verdad.

—¿Y porque no has denunciado nunca? —me miró fijamente.

—Porque no me ibais a creer lo que hubiese dicho, pero me ha amenazado.

—¿Tienes pruebas? —empecé a pensar en lo que teníamos, pero la isla no era convincente, el secuestro de Lucas tampoco porque ya no quedaba nada en el edificio, la nota estaba en otro idioma y no se iban a creer lo que ponía, solo me quedaba mi secuestro.

—¿Por qué me secuestró señor agente? —fui yo en ese momento cuando le miré a él.

—No se, me lo va a contar usted —era una guerra de miradas.

—Porque vienen a por mi, y no van a parar hasta conseguirlo —la cosa se ponía tensa.

—No es justificación para que entréis a esa casa, ¿sabéis de quién es?, si esa persona decide denunciarlos tener en cuenta que ya no va a ir nadie a por vosotros, porque pasaréis en la cárcel el resto de vuestra vida —trage un poco de saliva.

—Llevas razón comisario —Ismael le miró, estaba en silencio, pensativo para ver que podia decir.

—Disculparme un momento voy a salir fuera —le estaban llamando de fuera, de la ventana, él se levantó y salió.

—Esta bien, es vuestro dia de suerte, la persona no ha querido poner denuncia, así que sois libres, pero no volváis a hacerlo, porque la próxima vez me encargare yo de que no haya nadie para que os salve, antes de iros hay una persona que quiere entrar —se levantó y se fue, al cerrarse la puerta se escucho a gente hablando, pero no se sabía quién era.




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