El laberinto de Catherine Ross[completa]

Capítulo 86

Llegue a casa de Hector, allí me estaban esperando los dos a que yo llegara.

—Bueno chicos, he conseguido acreditaciones e identidades falsas, solo teneis que cambiar un poco el look para que no os reconozcan y podreis entrar —yo me recogí el pelo y me puse gafas, Hector se puso una gorra, no habíamos cambiado mucho el look pero sólo deseábamos que no se notase mucho que éramos nosotros.

Llegamos y nos dejaron pasar sin problemas, ya respiraba sin problemas, y allí estaba saliendo Enrique.

—Otra vez vosotros por aquí, se lo que ha pasado, todo, no deberías de estar aquí, Catherine lo tiene prohibido —parecía que alguien le estaba informando desde fuera.

—Eso ahora da igual, dime un número —le miré y le puse rostro desafiante.

—¿Como que te diga un número? —estaba extrañado con lo que le estaba diciendo.

—Tenemos que desbloquear este móvil, es de tu padre, y lo vamos a desbloquear con tu ayuda o sin la tuya, pero creeme que es mejor que colabores —tenía que ponerle en la peor de las situaciones.

—Te lo dije la otra vez, peor que esto no puedo estar, no se como llegastes a escapar, pero caerás, ya lo veras, no vas a salir de esta —no tenía miedo de mis amenazas, en ese momento Hector me toco el brazo.

—Catherine mira —estaba señalando su brazo. 

—¿Qué ocurre? —no sabía a que se refería.

—Tiene un número tatuado en el brazo, trece catorce, ese es el pin, cogimos las cosas y nos fuimos, enseguida llamamos a Ismael.

Probo la contraseña y funciono, habiamos desbloqueado el telefono. Ismael nos estaba esperando fuera con el coche.

—Lo tenemos Ismael, ahora podemos ver que es lo que hay dentro del telefono —llegamos y nos pusimos a investigar.

—¿Ves algo? —Hector observaba la pantalla mientras Ismael buscaba información.

—Nada está vacío, de nuevo ha jugado con nosotros, hemos ido hasta el descampado y luego a hablar con Enrique para nada, lo único que ha hecho con esto ha sido ganar tiempo manteniéndonos distraídos.

—¿Es decir que ahora mismo estamos en un punto muerto no? —me temía lo peor.

—Básicamente, creo que lo mejor es adelantarnos a él y descubrir dónde se encuentra, si seguimos a donde él nos dirige caeremos siempre en la trampa —.

—Ya y ¿cómo lo vamos a encontrar?, lo único que tenemos es los lugares donde nos ha tentado las trampas y la casa donde vivía —y era lo único que teníamos, estabamos en un callejón sin salida.

—Pues nos tenemos que meter en su casa, pero sin que nos vea entrar, quizás haya algo dentro, Hector tu te vas a quedar aquí buscando toda la información de Javier Jimenez, busca los edificios más importantes de la ciudad, cualquier cosa que pueda tener relación, busca quien es el propietario, nosotros nos fuimos y llegamos hasta la parte de atrás de aquella casa.

—Vale, esta vez espero que no se lo espere, como ahora es de noche no va a poder vernos tan fácilmente, pero aun así llegaremos y nos meteremos lo más rápido posible —tenemos claro el plan, ahora había que llevarlo a la práctica.




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