El laberinto de Catherine Ross[completa]

Capítulo 96

—El edificio estaba vacío, o eso pensábamos, en aquel lugar vivían cuatro familias, yo solo, unos padres con dos hijos, otros con una hija, y un padre con su pequeña, todos se fueron con sus familias, menos estos últimos, que por circunstancias de la vida no tenían más familia y se quedaron allí a celebrarlo, de repente un sismo muy grande azotó al edificio, el padre cogio a su hija en brazos y salio corriendo. Pero no les dio tiempo, el edificio cayó y el hombre se pudo salvar, pero la pequeña se quedó en aquel lugar. Días más tarde todos los vecinos nos enteramos de que una empresa a nombre de ese hombre volvió a levantar el edificio tal como estaba, pero esta vez reforzando hasta los cimientos para que nunca más se volviese a derrumbar, el hombre le puso el mismo nombre que su hija, se llamaba Cristal, meses más tarde vinieron otras familias a ocupar ese lugar que nosotros dejamos aquella noche de navidad. Y más tarde se fueron yendo, hasta que se quedó abandonado, y solo a su suerte esperando a que llegue el día que se caiga. Es un montón de escombros, yo lo vi caer, y allí se tenía que haber quedado, pobre niña —nosotros estabamos con la boca abierta, no podíamos creernos toda la historia que tenia detras aquel simple edificio.

—¿Y como se llamaba aquel hombre? —Ismael quería conectar los hilos.

—Se llama Javier —yo negaba la cabeza.

—Está todo conectado Ismael —le dije en voz baja a su lado.

—Está bien, muchas gracias por atendernos y por dedicarnos tu tiempo, nos has ayudado bastante —cogimos las cosas y nos marchamos.

—Tengo que ir al director y contarle todo esto, él tiene que saberlo, ve a buscar a Hector a ver si ha averiguado algo —nos marchamos al sector III, el se fue directamente a hablar con el director y yo a buscarlo, estaba en la puerta de la vecina de Aylen.

—¿Y bien? ¿has descubierto algo? —se lo dije a escondidas para que se asustara.

—Jope Catherine que susto me has dado —estaba con unos prismáticos en la mano. 

—Nada, de momento nada, todo está muy tranquilo, ¿y vosotros? —Apartó la mirada un momento de aquel portal y me miró.

—Pues sí, que unos de los vecinos que vivía en aquel bloque antes de que se cayese, era Javier y que además tenía una hija que se llamaba Cristal —.

—Todo está conectado —Hector se rascaba el brazo mientras lo decía.

—Exactamente, ¿alguien ha conseguido averiguar lo de la hora, porque el tiempo se ha detenido? —volví a preguntar lo que estaba sucediendo.

—No, la gente ya se ha adaptado, otra le sigue constando como a mi, es muy raro todo y la gente actúa como si nada, pero encontraremos el porqué —sonrío mientras lo decía.

—Bueno, pues yo me voy a mi casa que mi madre me estará esperando, cualquier cosa me avisas —le puse la mano en el hombro y me puse un poco de puntillas para darle un beso en la mejilla y él se puso rojo.




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