En el horizonte azul del mar,
la soledad yace adormecida,
susurros de olas en calma,
acunan paz y serenidad.
En la inmensidad del océano,
mis pensamientos se desvanecen,
se funden con la brisa suave,
que acaricia mi rostro y me envuelve.
En este abrazo del agua salada,
encuentro refugio y tranquilidad,
la inmensa quietud me abraza,
y me alejo de cualquier vanidad.
El mar me enseña la importancia,
de apreciar la soledad profunda,
pues dentro de esa vasta inmensidad,
encuentro mi paz más fecunda.
En la soledad del mar encuentro,
la calma y el silencio que anhelo,
es en sus aguas donde florece,
la paz que mi alma busca en desvelo.
Que el mar, la soledad y la paz,
sean siempre mi refugio sereno,
en su abrazo encuentro la felicidad,
y me pierdo en su inmenso cieno.