El lado oscuro de la Luna

Capítulo 9

 

Una oferta considerable

 

Una semana y media después estaba en medio del jardín de Demian Marquina, bebiendo vino y comiendo mazapán artesanal, dulce y costoso, como si fuese lo más divertido del mundo, solo esperaba por él, esperaba darle la noticia de que oficialmente quería un divorcio, aunque algo en su rostro mientras se acercaba lo hizo pensar que ya lo sabía.

—Hermano… —su tonillo simpático y empático a la vez hizo a Daniel mirarlo con ojos entrecerrados.

—Demian… —lo saludó de regreso —. Ya lo sabes ¿no? —él asintió, con una pesadez que parecía tan real que hizo a Daniel querer reír.

—Me llamó la semana pasada… creo que ella quiere tomar la vía difícil, no… más bien dicho; estoy seguro de que esa es la vía que ella quiere tomar

—¿Tengo que buscar abogado en otra parte? —de pronto aquella cuestión era su duda mas grande, no sabía mucho de temas legales, pero que Marianne llamara a quien sería su abogado parecía ser su señal para buscar en otro lugar.

Demian negó con la cabeza y de pronto su rostro se iluminó con una sonrisa alegre.

—Tengo algo que ofrecerte ahora que lo mencionas…

—Adelante

—Cada año el despacho recibe algunos pasantes, este año son tres, todos son excelentes, una en especial, justo el viernes pasado me dejó totalmente sorprendido —Demian soltó una risilla ante lo que parecía un recuerdo llegando a su mente y Daniel lo miró con sospecha

—¿Sales con esa chica o algo?... —Demian arrugó la frente y negó riendo como si hubiese sido lo más gracioso que escuchó jamás.

—Por supuesto que no… creo que jamás estaría preparado para alguien así… además es más como una hija… si, así es —sonrió orgulloso, mientras Daniel soltaba una risa burlona. En unos días se tragaría sus palabras como un amargo y vergonzoso recuerdo en el que no quería volver a pensar.

Pero mientras tanto simplemente asintió, fingiendo interés.

—Bueno, te decía sobre mis pasantes… se especializan en lo familiar… obviamente y su divorcio entra en esta rama, así que… he pensado que el despacho podría hacerles un descuento muy considerable… ya sabes que es un proceso desgastante tanto emocionalmente pero sobre todo monetariamente, así que… ellos podrían aprender llevando el caso y ustedes se ahorrarían una buena suma… —su sonrisa y el tono de voz haría a cualquiera confiar en lo que fuese que prometiera, Daniel entraba fácilmente en aquel “cualquiera”.

Pero de pronto pensó en Marianne y lo miró, para Demian fue evidente lo que estaba pensando; el semblante preocupado ya parecía ser una constante que solo podía significar: Daniel pensando en algo relacionado a Marianne.

Asintió en un gesto de entendimiento.

—Ya se lo he comentado, dijo que si… y luego comenzó a hablar sobre su arduo camino como maestra y bueno, ya sabes… —Daniel soltó una ligera risa, por primera vez en mucho tiempo algo a cerca de ella lo hacía reír de verdad.

—Está bien, acepto también… es una oferta considerable… —sonrió a medias y Demian comenzó a reír.

—Es más que considerable, si bien por lo que pasan es horrible y sé que no es fácil… ambos están aportando mucho a la carrera de esos chicos, les ayudaran a abrirse camino, a entender mucho más claro todo el proceso de llevar un caso… en fin, probablemente cambiaran la vida de al menos uno de ellos —Daniel lo miró con ojos entrecerrados, luego asintió estando de acuerdo, aun cuando quería burlarse del positivismo de su amigo, al menos un poco.

—Está bien entonces… —Demian lo miró pensativo y luego poso una mano sobre su hombro, en un gesto de amistoso apoyo.

—Podrías venir el próximo domingo, hare que mi mejor pasante venga y podrás conocerla, quizá te haga bien saber el punto de vista sobre tu situación de alguien que no conoces de nada… alguien con una perspectiva más imparcial —Daniel asintió, definitivamente iría, pero la razón principal era el vino en su copa.

—Espero que esa chica en verdad sea tan buena como dices… —había burla en sus palabras, se burlaba de su amigo alabando como un idiota hechizado, más tarde entendería a la perfección los motivos y lo reales que eran. Más tarde la vida se burlaría de él en su rostro haciéndolo querer retractarse de todo lo que había pensado en aquellos minutos.

—Ya lo veras Luna…

—Por supuesto —acotó con una sonrisa burlona disfrazada de amabilidad.

—Nos vemos el próximo domingo, voy a dar una vuelta… disfruta la comida amigo —Daniel asintió.

—Hasta el próximo domingo —soltó hacia Demian cuando él ya se había alejado lo suficiente para no poder escucharlo.

Y sonrió, pensando en que aquel descuento era de lejos lo mejor que le había pasado en mucho tiempo.

 




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