NARRADOR OMNISCIENTE.
Más que un lugar alejado en las sombras, se reduce a un lugar en el cual se llevan a cabo cosas de las que la gente que entra no sale siendo la misma; salen llenos de corrupción y sus secretos se vuelven mortales.
—Señora, ya el diablo capturó a Edgardo. Las fuentes a las que usted está afiliada informan que no ha matado a Emilio Montenegro —dice el hombre de seguridad mientras la elegante pero imponente figura de aquella mujer le da la espalda.
—Perfecto, prepara el siguiente objetivo. Mientras más rápido maten a todos los que estorban en mi camino, podré ser la única sucesora de la Cosa Nostra —dice mientras se da la vuelta para ver por el gran ventanal frente a ella.
Entra otro de sus hombres agitado por el esfuerzo que ha hecho para llegar a tiempo a dar la información.
—Mi señora, la Interpol ya se enteró de la desaparición de Edgardo Montenegro —anuncia aquel hombre. La mujer tiene una gran sonrisa en su cara.
Una carcajada brota desde el fondo de su garganta.
—Estoy poniendo mis cartas en juego y los reyes del tablero se están sacrificando sin saberlo. Sus tronos tendrán un sucesor muy pronto, pero nadie se salva de los movimientos de la reina —la mujer se voltea haciendo que los hombres agachen rápidamente sus cabezas—. Salgan de inmediato y avísenme cuando llegue la familia Becker.
—Sí señora.
Salen disparados con el miedo que les ha infundido la mirada de aquella mujer que ahora ve todos los papeles regados; papeles con información importante, registros de pagos falsificados, documentos con firmas de empresas fantasmas, información personal de personas o "objetivos a matar", como le gusta llamar a quien se esconde en las sombras y sale al acecho a plena luz del día. Alguien realmente escalofriante es alguien a quien todos conocen sin su faceta manipuladora... o eso se cree.
Ahora la sombría presencia de la mujer se encuentra sentada en una silla; su figura se mantiene serena viendo el tablero de ajedrez perfectamente acomodado, con los peones protegiendo a una sola figura en aquel tablero: "La Reina", es la figura que más le gusta. Se levanta de su asiento y se acerca a ese escritorio desordenado para reacomodar los documentos y los guarda en un compartimiento secreto de una de las gavetas del escritorio.
El sonido de unos toques a la puerta la hace cerrar el compartimiento secreto inmediatamente; se acerca a la puerta y la abre viendo a uno de sus hombres quien agacha la cabeza ante aquella mujer.
—Mi señora, el diablo se ha comunicado con el agente de la C.I.A. Ya se le ha puesto a alguien que le siga los pasos —anuncia el hombre con temor de lo que es capaz de hacer aquella mujer.
—Muy bien, si se ha comunicado con él es porque algo sabe. Prepara a alguien más y denle la mejor capacitación hasta que llegue el momento —ordena con voz hostil.
Sin escuchar la afirmación del hombre, le cerró la puerta en la cara y se acercó al mueble que se encuentra en aquel despacho. Agarra el porta planos y saca lo que ha estado trabajando durante meses para ser entregado a su destinatario, o como ella lo llama: "La caída del Reino". Una sonrisa aparece en su cara.
En el mundo bajo hay una regla especial que tienen que seguir todas las mafias sin excepción:
"La sangre que fue derramada por culpa de tu enemigo es la sangre que tú derramas el día de tu venganza."
Es la regla del mundo bajo que fue dada por los primeros líderes de las mafias y fue pactada con sangre.
La mujer le da los últimos detalles a su perfecta obra, se acerca al teléfono que se encuentra en el escritorio y marca un número en especial.
—Señora —dice la voz de un hombre del otro lado de la línea.
—El plano está listo. Manda a alguien a buscarlo y dáselo al mejor postor —la voz de la mujer es gélida y tan distante que asustaría a cualquiera.
—Acabo de mandar a alguien a buscarlo en este mismo instante.
—Perfecto. Mañana a primera hora quiero un informe detallado de Lucifer —ordena.
Cuelga la llamada y devuelve el porta planos con lo que le interesa en su interior cerca de la puerta.
—Si las piezas no se mueven por su cuenta, yo lo haré por ellas y no precisamente a su favor —habla para sí misma.
Una vida por otra vida, la sangre se paga con más sangre, la traición con más traición y, por supuesto, la muerte se paga con venganza. Pero eso sigue siendo insuficiente; siempre querrán más. La venganza es un veneno como la ponzoña de una avispa que jamás sale de la piel y se queda incrustada en la carne y, más que nada, en la mente.
Y así, finalmente, a veces las personas sedientas de venganza no se quedan tranquilas. Todos hemos escuchado esa frase que dice: "La venganza es un plato que se sirve frío", y es cierto. No sabes cuándo llegará el momento exacto para ejecutar la venganza, pero no siempre estarás pensando con la cabeza fría.
La mirada puede delatar lo que piensas, pero si sabes controlar lo que quieres que los demás vean a través de tus ojos...
Pero en este caso, la tentación crea un gran problema, que para muchos no supone uno, pero para estas personas sí lo hace, y en una cantidad que se desborda como un río cuando rompe la presa.
—Mi señora, los Becker han llegado.
—Hazlos pasar y, si para la próxima no tocas, te quedarás sin manos.