Celos

En este universo los namek siguieron viviendo tranquilos luego del fenómeno climático que asoló su planeta, nunca aparecieron ni Frezzer ni los sayayin en sus vidas. Dende, luego de una aventura con unos bandidos espaciales, por fin pudo hablar con Nail, quien le hacía ponerse nervioso y sonrojado solo con verlo (Leer mi obra Descubrimiento). En ese tiempo al niño se le reveló que tenía un poder especial de curación, por eso el Gran Patriarca se ofreció a educarlo, lo que no le agradó a todos.

— Scargo, desde hoy el Gran Patriarca me enseñará, no es genial — le contó emocionado a su amigo y hermano.

— ¿Y cuándo nos veremos para jugar? — preguntó el otro molesto.

— No te preocupes por eso, tendré tiempo libre, también debo seguir con la replantación de árboles, solo que ahora en vez de estudiar juntos, yo lo haré en otro lugar.

— Me alegro por ti — aunque se notaba que solo lo dijo para alegrar al otro, que estaba tan distraído con la buena noticia que no notó que le cayó como un balde de agua, a Scargonsiempre le había gustado estar con su hermano, y pensar en no verlo todo el día, le hacía doler el corazón.

Llegó el Patriarca de la aldea al lado de los niños.

— Que alegría más grande por ti Dende, es un inmenso honor el que te concede el Gran Patriarca — le dijo emocionado el adulto.

— Lo sé, estoy nervioso, no quiero cometer errores — se rascó la mejilla, inseguro.

— Jajaja no te preocupes, solo aprovecha sus enseñanzas al máximo.

Todas las mañanas Nail pasaba a buscar al muchacho a la aldea, Scargo quedaba mirando enrabiado como se iban conversando y riendo, así que aprovechaba cuando su hermano estaba con él para pasar lo más que podía a su lado, le encantaba conversar o sentarse a mirar el atardecer juntos, cuando el otro estaba distraído lo miraba fijamente, encontraba que cada día se ponía más guapo y tierno el alumno del líder del planeta.

Ya pasado unos años el joven celoso estaba feliz, pronto el Gran Patriarca no tendría nada más que enseñarle a su querido hermano y esté podría volver a su lado, pronto ambos tendrían la edad suficiente para tener su propia casa, entonces le pediría a Dende que vivieran juntos, soñaba cada noche con ese momento. 

Pero las cosas no se dieron como él quería.

— Scargo, tengo una gran noticia, sé que te alegrarás mucho por mí — le dijo Dende radiante de alegría.

— Ya terminarás tu entrenamiento ¿Es eso verdad? — estaba feliz al pensar en su vida juntos.

— No, el gran Patriarca decidió nombrarme su sucesor — le respondió con una sonrisa.

El otro debió controlar su mirada, por un momento el próximo Gran Patriarca notó algo extraño en su amigo, pero como fue solo un segundo no le dio importancia.

— Te felicito, me alegro mucho por ti — lo abrazó, pero en ese momento su alma empezó su camino hacia la oscuridad.

Esa tarde cuando estaba Scargo solo en el campo, el odio lo rebaso, ahora su amado no solo vería todos los días a Nail, sino que vivirían juntos, muy pocas veces lo vería desde ahora, por lo que su mente empezó a buscar la manera de lograr que estuviera a su lado para siempre. El joven comenzó a ir desde ese momento a una cueva donde daba rienda suelta a sus sentimientos, pero con cuidado, ya que no quería que los demás sintieran las sombras que estaban creciendo en él. Llegó a la conclusión que, si quería estar con Dende para siempre, debía ser él más fuerte de todos y así podría tomar el puesto de Nail a su lado como su guardián. A pesar de entrenar constantemente, por ser del Clan Dragón su avance era lento, lo que lo desesperaba, eso gatillo que desarrollará un poder especial, quitar la energía vital de los seres, y poder incrementar con ella la suya, y otro más, que sería su carta oculta para terminar con el odiado guardián del Gran Patriarca si sus técnicas no lo lograban.

Por mientras este cambio se operaba en su hermano, Dende estaba feliz con su vida, cada día lo primero que veía era la cara de Nail cuando iba a despertarlo, desde que se convirtió en adolescente, se dio cuenta que lo que sentía por el guerrero no era admiración, ni amistad, estaba seguro que lo amaba, pero era tan tímido que no podría decírselo nunca. Cuando el Gran Patriarca lo designó como su sucesor, aparte del prestigio, él se alegró porque podría estar con su amor en todo momento, aunque el guerrero nunca había demostrado ningún sentimiento hacia él que no fuera compañerismo, y protección. Pero eso no le importaba, con solo tenerlo a su lado era feliz, además el hombre nunca había mostrado interés romántico en ningún Namek, el jovencito suponía que era así porque por su trabajo, nunca podría dejar de vivir en la casa del líder del planeta.

Varias veces Dende había descubierto a Nail mirándolo de una manera que no sabía definir, pero cuando se le acercaba lo trataba como si fuera un niño todavía. Pensaba que como lo conoció de pequeño nunca podría verlo de otra manera, se lamentó interiormente por no poder ser algo más para él que su protegido, y aunque intento un par de veces declarársele a su futuro guardián, tenía demasiado miedo porque si el otro no le correspondía, no podría seguir a su lado de la vergüenza.

Luego de un par de años más, a Scargo le dieron una noticia que término de hundirlo en el averno.

— Scargo, muy pronto nuestro Dende será el nuevo Gran Patriarca — le comentó el encargado de la aldea.

— Lo sé, en unos años cuando nuestro padre muera.

— ¿No te avisaron? El Gran Patriarca está muy grave, dicen que es por su edad, ya no hay nada que hacer, en unos días o semanas como máximo morirá, al menos lo hará tranquilo, ya que tiene alguien que puede seguir cuidando de nosotros, aunque es joven sé que nuestro amigo será un buen líder — se mostraba orgulloso el hombre.

Scargo se centró tanto en convertirse en el nuevo Protector del líder del lugar, que no se dio cuenta de nada más, y ahora ya no le quedaba tiempo, no podía superar a Nail en unas semanas, se desesperó, hasta que por fin sonrió aliviado al haber pensado en una solución rápida.