— Siento que algo terrible acaba de aparecer en nuestro mundo, y está es solo la primera muerte — profetizó preocupado el anciano.
— Dende.
— Si Nail.
— Si vas a salir, hay dos guerreros afuera que te escoltarán, yo debo quedarme con el Gran Patriarca, hay que ir con mucho cuidado desde ahora — le dijo serio.
— No te preocupes, prefiero quedarme en casa.
— Entonces pediré que tu escolta haga guardia por el perímetro.
Unas semanas después otro compañero más pareció muerto de la misma forma que el anterior. Esta vez el joven sucesor fue con los guerreros a ver si podía descubrir algo más.
Luego de mirar y quedarse un rato meditando sintió un pequeño rastro de energía oscura, pero no estaba seguro si era o no de un extraterrestre.
— ¿Qué descubriste? — ya no necesitaban hablar, Nail entendía cada pequeño gesto de su protegido.
— No sé si es de fuera de nuestro mundo el enemigo, de lo que si estoy seguro es que es un ser oscuro.
— Si fuera un supernamek lo sentiríamos, y estoy seguro que ninguno de nuestros guerreros lo es.
— ¿Y no puede ser del Clan Dragón? — preguntó y analizó al mismo tiempo Dende.
— Hasta ahora no se ha dado algo así — meditó la posibilidad el guerrero — mejor volvamos a casa, me preocupa dejar al Gran Patriarca tanto tiempo sin mi cuidado.
Por un segundo Dende sintió una punzada de celos, pero pasó tan pronto como llegó, ese era el deber del hombre a su lado, la seguridad del anciano, no podía ser que estuviera enamorado de él se dijo para calmar su corazón.
— Tranquilo, quedó al cuidado de Necke y Snigill, estará bien.
— Tengo un mal presentimiento, vamos.
Justo cuando estaban por llegar al lugar sintieron que la energía vital de los dos guardias estaba bajando rápidamente, para ir más rápido el guardián abrazó a Dende, lo que provoca que éste, a pesar de las circunstancias, se sonrojará a más no poder.
Cuando estaban por llegar vieron a lo lejos que alguien huía volando muy rápido, apenas bajaron encontraron a uno de los guardias muertos, y al otro muy débil, el joven sucesor del líder restauró su energía. Luego de verificar que el Gran Patriarca estaba a salvo conversaron con el sobreviviente del ataque.
— ¿Puedes decirnos que pasó Necke? — preguntó Nail.
— No lo sé, estábamos pendientes por si alguien venía, y de repente sentí como se quejaba Snigill y caía de rodillas, cuando quise darme vuelta algo me tocó la espalda y empecé a perder mi ki, cuando pensé que moría a lo lejos los sentí venir, y lo que haya sido escapó.
Ninguno de ellos sintió ninguna fuerza vital en quien huía, pero la figura era indudablemente de un namek.
Luego de reforzar la guardia alrededor de la casa, el Gran Patriarca, Nail y Dende conversaban.
— Debemos descubrir quién es antes que vuelva a asesinar — dijo preocupado el guerrero.
— ¿Y si es un cambia forma? No creo que sea uno de nosotros — meditó el joven.
— Puede ser, ya que todos los guerreros van al menos de a dos, y nadie estaba fuera de su lugar.
— Entonces si es uno de nosotros debe ser alguien del Clan dragón — aseveró el anciano.
— Si fuera así debería tener oscuridad en él, y lo sentiríamos — rebatió el menor.
— Si mantiene baja su energía, no lo detectaríamos, hay que tomar la medida de ir en grupos de mínimo tres personas, y si alguien quiere alejarse, ya sabremos quien pudiera ser el criminal — analizó el guardián.
— Me preocupa Scargo ¿Puedo traerlo mientras dure el peligro? — pidió Dende.
— Por supuesto — respondió el líder del planeta con una apacible sonrisa.
El joven y el guerrero fueron a la comunidad.
— Hola hermano, ven con nosotros — lo apremió Dende, mientras Nail daba las instrucciones a sus hombres para tratar de descubrir quién era el asesino.
— ¿Qué pasa? — preguntó con la mejor expresión de inocencia Scargo.
El sucesor del Gran Patriarca le contó lo que ocurría y que temía que algo malo le pasará.
— Quiero que te quedes con nosotros para protegerte, vamos — apremió el joven.
El asesino estaba preocupado por estar cerca del Gran patriarca, y que descubriera su secreto, pero como estaría con su amado, consideró que el riesgo valía la pena.
Apenas llegaron el anciano namek sintió algo extraño, pero no quiso decir nada, fue solo un micro segundo y luego todo fue normal, algo muy extraño.
— Que bueno que estés bien, hijo mío, hace mucho que no se de ti ¿Cómo estás? — preguntó el padre de todos en el planeta.
— Bien Gran Patriarca — Scargo hizo una reverencia — agradezco que se hayan acordado de mí en este momento de peligro.
— Si pudiera haría traer a todos mis hijos, pero ahora estamos ya sobre aviso que algo está pasando, quien sea que haga esto será detectado tarde o temprano — aseguró el anciano.
Esa noche todo estaba quieto, el criminal se levantó sigilosamente y llegó sin que nadie lo detectará a la habitación privada del Gran Patriarca, antes que lo tocará éste despertó.
— Que sorpresa, así que sí eres tú.
— ¿No gritas? — preguntó curioso el asesino.
— ¿Puedes decirme por qué haces esto? ¿Quieres quitarle el puesto a mi sucesor?
— Al contrario. Debo ser él más poderoso para así poder tomar el lugar de Nail para estar con Dende para siempre — rió malignamente.
— ¡Qué equivocado estás! El protector del Gran Patriarca no solo debe ser un gran guerrero, además su corazón debe ser noble y puro, y tú estás en la oscuridad — sentenció el anciano.
— Él será mío al final, solo necesito un poco más de energía ¿No tienes miedo de morir? — preguntó irónico Scargo.
— Solo apresurarás un poco mi ida al otro mundo, ya no tengo casi energía — lo miró tranquilo — sé que no lograrás tu objetivo.
— Eso crees tú, de todas maneras tomaré tu fuerza vital — le sujetó el brazo.
Editado: 23.07.2020