El lago de los juguetes perdidos

Parte 1

Mi nombre es Chloe Patterson. Voy al tercer año del bachillerato en el colegio Hamilton, mi casa queda a una hora de allí, es uno de los mejores sitios de la ciudad para estudiar. Posee el mayor índice de graduandos que terminan con trabajos prestigiosos. Como él señor Frederick, quien fue gobernador por más de una década en esta ciudad, o la señora Evans, una venerada y muy estudiosa psicóloga, cuyo trabajo personalmente admiro mucho. Mi primer día de clases sería diferente esta vez, mi madre murió durante las últimas vacaciones, ahogada en el lago. Según los detectives, no había ningún rastro que permitiera creer que fue un homicidio. Así que, o fue víctima de un asesino muy cauteloso o simplemente mi madre, la mujer que siempre pareció ser la más feliz de todas las mujeres en este mundo, se suicidó en su sitio favorito de todos, “El lago de los juguetes perdidos”. La Psicóloga Evans dice en uno de sus libros: “La muerte es el lugar donde las personas consiguen la felicidad máxima” y a decir verdad, esta frase al principio me espantó un poco, pero al analizarla y entenderla, supe porque lo que decía era algo lógico, en su libro también dice “Paraíso e infierno no existen, son sólo simples escenificaciones del miedo humano. En realidad, después del último quejido, mujeres y hombres se dirigen al mundo feliz que imaginaron durante su vida, donde la única regla es ser feliz junto a quienes lo fueron en vida…” “…Y si durante su vida, la persona nunca imaginó un mundo feliz, se le dará otra oportunidad de vivir” “Mi abuela sustentó mi idea de lo que pasaría si se pierde la segunda oportunidad, cuando era niña una vez me dijo que al morir las personas que fueron buenas en la vida se convertían en luciérnagas y pasaban a ser seres de luz, al contrario, la personas malas se convertían en algún tipo de animal de carroña, como un cuervo o una hiena, no importa cual, sólo estarían en el mundo para aprovecharse de la pena ajena.” Creo que ahora entenderán porque admiro su trabajo, aunque algunas veces sea algo confuso.

– Chloe, es hora de levantarse, vas a llegar tarde al colegio en tu primer día – Pensé que me diría mi mamá esa mañana, quien debía estar en la cocina terminando mi desayuno y el de mi padre.

 – Ya estoy lista mamá ¿Qué tal me veo? – Le habría dicho al entrar en la cocina con la ropa nueva que me compró para empezar el año escolar.

Entonces ella me diría: – Te ves estupenda mi niña – y me regalaría una hermosa sonrisa, lo que lograría que mis ganas de ver a mis compañeros un año más se calmasen, y me hicieran admirar lo que realmente importaba, era feliz junto a ella. Y, finalmente, me iría feliz a mi primer día de clases en el nuevo año.

En vez de eso, ese día recibí tres estruendosos golpes en mi puerta y un ensordecedor grito a las 5:30 am, que venían de mi padre. Al parecer es totalmente incapaz de hacer el desayuno o cualquier otra comida, nada le queda bien, nunca quiso aprender a cocinar, ambos éramos muy admiradores de la comida de mamá. Tuve que preparar el desayuno para mí y Sofie, mi media hermana menor. Como ahora mi padre trabaja más tiempo, yo tuve que llevar a Sofie a su escuela y luego ir a la mía. Mi primera clase fue a las 8:00 am con la profesora Higgins, ella hacía que la filosofía no nos creara solamente confusión en nuestras vidas. Al finalizar la clase nos pidió que en una hoja respondiéramos a una de sus preguntas “¿Qué fue lo que más te marcó en éstas vacaciones?” Dudé en escribir sobre la muerte de mi madre, pero la mayoría de mis profesores y compañeros estuvieron presentes en el funeral, así que solamente me desahogué. Quizá la profesora sabría cómo ayudarme…

Estos 6 meses sin mamá han sido muy difíciles. Últimamente todo lo que hago es recordar los momentos que pasaba con ella. La veo mucho en mis sueños, y no puedo dejar de pensar en ella. Sé que callarme todo sería algo malo, así que me desahogo siempre que lo necesito con mi tía Sarah. Ella me entiende, de cierto modo. No resuelve a mis complicadas preguntas, y siempre evita hablar del tema, pero algunas veces se da cuenta de que escucharme es lo mejor. He decidido descubrir el porqué de la muerte de mi madre, siento que su muerte es muy confusa, aunque era muy unida a ella, siento que no pude conocerla del todo. Mi madre tenía muchas historias por contar, y yo espero poder escribir la próxima.

Chloe Patterson

En el primer descanso fui a ver cómo le iba a Sofie, y compartimos un jugo juntas. A pesar de que me disgusta un poco la infidelidad de mi padre, no es su culpa, y me gusta pasar tiempo con ella. Sin darme cuenta, mi mejor amigo Tom me había perseguido hasta allí, y me habló cuando ya volvíamos a clases:

 – Chloe ¿Estás bien? No he sabido nada de ti desde hace mucho. – Dijo él detrás de mí.

 – Perdona que no me haya comunicado contigo, después de la muerte de mamá me he alejado de todo. Supongo que es mi manera de superarlo. – Dije sin siquiera voltear a verle.

 – ¿Qué estuviste haciendo este tiempo? – Dijo él intentando que parara.

– Pensando en que debería hacer. – Dije al entrar al salón de clases.

A las 10:30 am fue la segunda clase, Matemáticas. No recuerdo el nombre del profesor, no le presté mucha atención a la clase, sólo era un hombre viejo explicando de manera obsoleta los ejercicios. Su objetivo no parecía hacer que todos entendiéramos los teoremas de Pitágoras, Euclides y el otro señor cuyo nombre no recuerdo, es más, sólo hizo que nos diera jaqueca y sueño a todos. A la hora del almuerzo fui a mi restaurante favorito, un par de calles más abajo del colegio, mientras comía apareció mi padre, él no me vio ya que yo estaba en la última mesa, me sorprendió verlo ahí, él no era de almorzar fuera de casa, al parecer la muerte de mi madre hizo que todos cambiemos de cierto modo. A la 1:00 pm fue la última clase, Historia, creía que me iba a dormir en ella, pero la profesora nueva, la señora Doroty, hizo que la guerra pareciera muy emocionante. Al finalizar la clase, antes de poder salir del colegio, la profesora Higgins me llamó a la oficina del psicólogo, el señor Robert.



#6723 en Thriller
#3707 en Misterio
#16425 en Otros
#4776 en Relatos cortos

En el texto hay: madre, muerte, desaparición

Editado: 28.04.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.