El Latido de las Dos Lunas

? CAPÍTULO 8 — La Prueba del Guardián

Lysandra sintió que el suelo desaparecía bajo sus pies.
El mundo se volvió luz.

Cuando recuperó la visión, estaba en una llanura blanca infinita. Sola. No había Kael, ni Valle Luminar, ni grietas, ni criaturas. Solo ella.

—¿Esto es… parte de la prueba? —preguntó al vacío.

Una figura idéntica a ella apareció enfrente.
Era Lysandra… pero de ojos completamente negros.

—Yo soy lo que podrías ser —dijo la réplica— si eliges el camino del Vacío. Poder absoluto. Sin límites. Sin miedo. Sin vínculos.

La réplica levantó la mano, creando una onda de energía oscura.

—Y yo —una segunda figura surgió, esta vez con ojos dorados brillantes— soy lo que podrías ser si eliges el Pulso. Conexión. Equilibrio. Sacrificio.

Lysandra dio un paso atrás.

—No quiero elegir todavía.

Ambas figuras hablaron al mismo tiempo:

—Si no eliges, morirás.
Y él también.

El eco de Kael resonó en su pecho.
Su latido.
Su presencia.

Lysandra apretó los dientes.

—No voy a ser un arma del Vacío.
Pero tampoco una herramienta ciega del Pulso.
Seré yo.
Con mi fuerza.
Con mi destino.
Con Kael.

La réplica oscura atacó. La réplica luminosa también.
Lysandra levantó la daga.

La batalla fue brutal. Rápida. Precisa.

Al final, Lysandra atravesó a ambas.
Y el mundo se deshizo en luz.

Cuando volvió al valle, estaba de rodillas.
Kael la sostenía, pálido del susto.

—¡Lysandra!

Ella lo abrazó con fuerza.

—Pasé la prueba.

El Guardián habló:

—Entonces el Vínculo está completo.
Y ahora, los dos están unidos por destino… hasta la muerte.

Kael y Lysandra se miraron, respirando el mismo ritmo.




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