? CAPÍTULO 20 — El Retorno del Latido

Lysandra no sintió dolor.
Sintió vacío.
Un silencio tan profundo que amenazaba con consumirla.

Pero de pronto, algo dentro de ella… rebotó.
Un eco.
Un latido.

Uno débil.

Uno que no era suyo.

—Kael… —susurró—. Escúchame. No hemos terminado.

Colocó sus manos sobre su pecho.

Recordó el vínculo.
Recordó su risa.
Recordó su promesa.

Y habló con toda la fuerza de su alma.

—No te dejo ir. ¡KAEL, VUELVE A MÍ!

La sangre de Lysandra brilló como oro líquido.
Su Pulso se abrió como un sol.

El cuerpo de Kael se arqueó.
Y entonces…

Un latido respondió.

Luego otro.

Kael abrió los ojos.

—Lys…andra…

Ella lloró, riendo y sollozando a la vez.

—Te odio. Te odio muchísimo. ¡Te odio por hacerme esto!

Kael la abrazó, temblando.

—Gracias… por traerme de vuelta.

El mundo brilló alrededor de ellos.
Las grietas se cerraron.
Nivhar respiró.
Umbra también.

La restauración estaba completa.

Pero su historia… no.

Porque ahora debían enfrentar las consecuencias de unir dos mundos.
Y de tener un vínculo que podía cambiarlo todo.