El Latido de las Dos Lunas

? CAPÍTULO 25 — El Camino de la Primera Luna

El camino hacia el Santuario era peligroso: bosques petrificados, ríos de luz líquida, criaturas hechas de sonoridades distorsionadas. El vínculo los guiaba, como un faro interno que los mantenía sincronizados.

Pero cada día era más claro: Kael estaba empeorando.
Su pulso fluctuaba.
A veces desaparecía por segundos.
A veces agonizaba.

Lysandra intentaba no mostrar su miedo, pero él lo sentía a través del vínculo.

—No te mueras —le dijo una noche, mientras descansaban bajo árboles cristalizados.

Kael sonrió, cansado.

—No planeo hacerlo.

—No lo digo por tu plan —ella entrecerró los ojos—. Lo digo como orden.

Él rió suavemente.

—Eres insoportable.

Ella lo abrazó.

—Vivo. Así te quiero.

Kael se tensó un instante… luego la rodeó con los brazos, apoyando su cabeza en su hombro.

—Así me quedaré, entonces.




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