El Latido de las Dos Lunas

? CAPÍTULO 51 — La Luz que Arde

Lysandra avanzó como un cometa dorado.
El suelo se desintegraba bajo sus pies, incapaz de resistir la energía que emanaba de ella. Arvhan levantó sus múltiples brazos y creó un escudo de sombras, pero la hoja luminosa de Lysandra lo atravesó como si fuera humo.

El monstruo gritó.

Kael, agonizando en el suelo, la observaba con una mezcla de admiración y terror.
No podía moverse.
No podía hablar.
Pero a través del vínculo, sintió la furia de Lysandra como fuego líquido.

—Lys… no te pierdas… —susurró mentalmente.

Ella lo escuchó.

No con los oídos.
Con el alma.

Y ese fue el único ancla que la mantuvo cuerda.




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