El legado Oculto

Capítulo 33 -Luces, música... y nosotros.

Me acomodo un mechón detrás de la oreja. Otro cae sobre la frente y también lo aparto, mientras repaso con la mirada el resto del peinado.

El tiempo ha pasado volando.

Ya no tengo las muletas. Desde que me las quitaron y pude caminar con algo de estabilidad, volví a entrenar con Ashton. Todos los días, sin falta. Al principio no fue fácil, pero esta semana se ha notado la diferencia.

Tengo más fuerza. Soy más rápida. Reacciono mejor.

Todavía me falta en coordinación. El equilibrio me traiciona a veces cuando intento combinar movimiento con ataque. Pero no es nada que no pueda mejorar. Solo necesito seguir.

Desde el enfrentamiento con Isira, no he salido más allá del entrenamiento o las clases.

Y Ashton… si antes no se despegaba de mí, ahora mucho menos, como si no quisiera darme ni medio segundo sin su vigilancia.

Si alguien me hubiera dicho cuando lo conocí que él iba a ser una de las personas más cercanas e importantes de mi vida, me habría reído en su cara.

Ahora me cuesta imaginar mis días sin él. Me acostumbré a su forma de hablar, a su olor, a sus comentarios. Incluso cuando es pesado. A su sonrisa, a... Ya, basta Elena

Isira no ha hecho nada. No ha dado señales. No ha movido un solo dedo.

Solo la hemos visto pasar cerca de la universidad. Ronda por ahí a veces, pero sin acercarse. Como si solo quisiera recordar que sigue presente.

Aiden… Lo vi los dos días después del parque.

Me evitó todo el tiempo.

Si aparecía en un pasillo, cambiaba de dirección. Como si no pudiera mirarme a la cara.

Y yo tampoco intenté detenerlo. No tenía ganas de buscarlo ni de escuchar nada de él. Me sentía traicionada. Todavía me siento así.

No estoy dispuesta a aceptar ninguna excusa.

Después de esos dos días, no lo volví a ver.

Ashton me dijo que está en Astreon. Lo vio un día que fue a revisar cómo están las cosas allá.

Lo demás siguió su curso.

Sábado 18 de diciembre

Lena sube el cierre despacio.

—Listo —dice, con una sonrisa.

Golpean la puerta con suavidad. Mi mamá la abre solo un poco y se asoma. En cuanto me ve, sonríe de inmediato.

—Dios mío... te ves hermosa.

—¿Verdad que sí? —agrega Lena, sin quitarme los ojos de encima—. Está preciosa.

Me giro hacia ellas.

Sonrío, genuina.

—Gracias.

Tomo el celular que está sobre el escritorio. Miro la pantalla.

5:47 p. m.

Falta poco más de una hora. Todos nos vamos a encontrar en la casa de Sophie.

—Voy a estar abajo —dice Helen—. Si necesitan algo, me avisan.

Yo asiento. Mi mamá nos observa una última vez y se va sin decir más.

Lena se gira hacia mí, se toca el cabello por los costados y suspira.

—Voy al baño un segundo. Max ya debe estar por llegar y necesito retocarme.

—Dale —le digo, mientras me acomodo en el borde de la cama.

Ella entra al baño y deja la puerta entreabierta. Desde donde estoy, la alcanzo a ver buscando algo en su cosmetiquera.

—Me imagino que Ashton también debe estar por llegar —comento, mientras agarro el celular.

Desbloqueo la pantalla. Nada.

Reviso por segunda vez. Tampoco.

Suelto un suspiro corto, apenas audible. Me inclino un poco hacia atrás y abro el grupo. Hay un mensaje nuevo de Lukas.

Lukas: “No voy a poder pasar por donde Sophie. Me atraso un poco. Los veo allá.”

—¡Lukas se retrasa! —le grito a Lena desde la cama.

—Siempre es algo a última hora —responde ella desde el baño—. Espero que no haya más cambios. Esta noche debe ser perfecta.

Me río por lo bajo y le respondo a Lukas: Vale, nos vemos allá.

Me pongo de pie. Camino hacia los tacones y me los calzo con cuidado. Después me acerco al joyero y busco los aretes pequeños dorados, un anillo fino y una pulsera que combine. Me los pongo uno por uno, sin apuro.

Me asomo al baño.

—¿Lista?

Lena se gira hacia mí con una sonrisa segura.

—Nunca estuve más lista.

Sale del baño, toma su bolsito plateado del escritorio y guarda algo dentro mientras camina hacia mí. Luego, ambas salimos del cuarto.

Bajamos las escaleras. Desde la sala se escucha la televisión sonando a bajo volumen. Al llegar al final, mi mamá se gira desde el sofá. Está sentada con una manta sobre las piernas y el control en la mano.

—Siéntense un ratito antes de salir —dice—. Puse galletas con salami y queso por si quieren algo.

—Gracias, pero yo paso —responde Lena, caminando directo a la cocina—. Solo voy por un refresco.

—Yo sí quiero —digo, dejándome caer junto a mi mamá—. No he comido casi nada en todo el día.

Agarro una de las galletas del plato y le pongo un poco de queso. Mi mamá me observa en silencio.

—¿Qué? —pregunto, riendo mientras mastico.

—Nada —dice, pero sonríe—. Hace tiempo que no te veía así con alguien. Ashton parece un buen chico… te hace bien. Lo noto.

Me quedo callada un segundo. Después asiento.

—Sí… lo se.

Ella mantiene la sonrisa, pero no dice nada más.

Lena regresa en ese momento, hablando por teléfono. Entra con el celular pegado a la oreja y una botella de agua en la otra.

—Ya llegó —me dice en un susurro emocionado mientras se tapa el micrófono con la mano.

Me levanto enseguida y la acompaño a la entrada. Lena abre la puerta.

—Hola chicas, ¿qué tal? —saluda Max desde el umbral.

—Bien, pasa —respondo, retrocediendo un poco para dejarlo entrar.

Él cruza la puerta sin prisa. Se acerca a Lena, la agarra por la cintura y le susurra algo al oído que no alcanzo a oír. Ella se ríe bajito y le da un beso.

Camino hacia la sala mientras ellos se quedan unos pasos atrás.

—¿Y Ashton? ¿Dónde está? —pregunta Max mientras nos sigue.

Me doy vuelta, me encojo de hombros.

—No tengo idea y ya es hora de irnos.

—Sí, pero no te preocupes —interviene Lena, acomodándose el bolso en el hombro—. Él va a llegar. Todavía hay tiempo.



#3151 en Fantasía
#585 en Magia
#7843 en Novela romántica

En el texto hay: romace, drama, suspense

Editado: 14.09.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.