El lenguaje de los mudos

Luna la última luz en mi vida

Oh, querida luna, mi dulce acompañante en mis noches en vela, dueña de mis noches y guía de mi vida. Quisiera poder tocarte y alcanzar tu perfección, pero sé que solo la idea se aleja de todo mi alcance. Por más que me alce con toda mi fuerza, seguiría sin poder palparte, tan caprichosa y hermosa como una diosa, tan cerca y a la vez tan lejos de mí. ¿Cuándo podré abrazarte y sentir tu calidez, mi pálida alma gemela? Es lo que mi alma más anhela, y cada noche, sin falta, te veo y escucho como la dulce melodía de un arpa que llama a mi alma, que clama que vuelvas, por más que sea por un momento fugaz, por más que sepa que no lo harás. Me repito a mí mismo que vendrás, y así vestiré como se viste un cadáver, con sus tonos pálidos y fríos, para poder unirme a ti, por más efímera que sea nuestra unión. Ese día nos tomaremos de las manos en el cielo nocturno, hasta ver el primer indicio de lo diurno, y así poder bailar contigo el vals cósmico, sentirte en mis brazos hasta el cansancio, una y otra vez, en un evento que ojalá no tenga fin, para poder vivir la magia del compartir nuestro existir sin importar el precio a pagar por contigo estar, mi amada plateada, donde encontré la belleza más inesperada, pero para mí la más ansiada.

Déjame ir junto a ti, a dónde no nos alcance la oscuridad y no exista la maldad. Lléname de tu calidez, y por vencida no te des. Pues, como ves, perfecto no seré, pero todo mi amor yo te daré. Estos ojitos verán nuestro futuro brillar como tú, cada anochecer. Estas manos crearán el camino hacia donde migrar para encontrar la felicidad, y este corazón será el combustible para marcar el pacto de nuestra unión. Y así no sufrir una separación ante esta acción, solo me queda una gran satisfacción por lo cerca que está concretar nuestro amor. Para todo esto entregar solo una cosa quiero pedir: quiero sentir, si no es mucho pedir, tu corazón latir por mí, como el mío late por ti.

Y si al final lo nuestro no logro concretar, no me vayas a abandonar, porque si tú, mi brillo, se apagaría, y esperaría donde se espera, lloraría donde se llora, y sufriría donde se sufre, aguardando tu tan aclamado amor. Ante todo, sentir, gracias por tu brillo y tu coqueta sonrisa, por alegrar y llenar de amor mis noches solitarias, por no dejarme caer, por más insensato que sea a veces. Gracias por cuidar de este viejo perro que ya no puede aprender más trucos, por no dejarme hundir en el vacío. Gracias por iluminar siempre mi vida, sin importar qué tan oscura sea. Al final, supongo que no estoy solo. Es bello saberlo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.