El Liberado

Fantasmas del viejo hospital

El hospital necesita ser renovado, las paredes exteriores tienen manchas de humedad y el letrero de “Hospital San Bernardo” se cae lentamente a pedazos iluminando menos la primera “r” y la farmacia del hospital al frente del edificio no mejora para nada, es la que CJ voló en pedazos todavía en reconstrucción detenida por la pandemia, ahí no puede haber nada, ya se lo sospechaba CJ después de que su hermano terminará viendo ese secreto. La última vez que lo visité, o salí de ahí, se veía mucho mejor y en un estado menos deplorable, tal vez fue que Griffin casi me arrastraba por el suelo buscando la manera de llegar a la estación de tren al sur de la ciudad, exageraba con eso de estar retrasados, llegamos quince minutos antes y él se compró un café humeante, yo no quise nada ese día porque estaba demasiado ocupado pensando en cómo sería mi vida siendo un contingente, en ese entonces no estar al lado de John en una nueva escuela me parecía el apocalipsis, no sabía lo que me esperaba.

— Axel, debemos entrar ya al hospital, ya casi es medianoche —Rick me saca de mi cabeza, la mayoría ya está en la entrada del hospital, porque las puertas de cristal están hechas añicos.

— Perdón, estaba… recordando algunas cosas, me internaron en este hospital y siento que vuelvo a esos días —la nostalgia reemplazó el miedo y la desconfianza, es ese sentimiento de volver a lugares tan importantes en mi vida.

— Pensé que era el único, aún recuerdo cuando fuimos a ese parque después de la GameCon, no sabía quién de los dos estaba más confundido —Rick aporta más a la nostalgia con nuestra ida al parque para que conociera más la gran ciudad que es Racyn City, y no lo digo porque viva ahí.

— Digamos que es un empate, tú tenías una espada de luz y yo me levantaba del suelo tras ser envenenado a muerte —le contesto alegremente a Rick, en poco tiempo la terapia ha hecho un buen efecto combinado con mis invitaciones a hacer sus actividades preferidas, verlo feliz me hace feliz a mí también, fue una gran suerte que me diera cuenta de la culpa que llevaba por la muerte de sus padres, lo único malo fue el método, sí me siento terrible por haberlo descubierto metiéndolo en problemas y metiéndole una golpiza estado enojado, mil veces peor que una golpiza regular, me conformo con saber que por lo menos resultó a mediano plazo en algo bueno como descubrir los secretos sucios de mi padre y a iniciar la rebelión del “Nuevo Ciclo”, como Javier me ha dicho gracias a que Rick les pasó nuestro contacto, de momento siguen en guerra abierta.

— Fueron demasiadas sorpresas en tan poco a tiempo, pero algunas son tan buenas y gracias a una tenemos a Rick —Jayden se quita su mechón de pelo negro de la cara, todavía estoy ansioso por planear nuestro viaje a Japón, ya fuimos a México, una gran experiencia que me hace querer ir otra vez, ahora es turno de ver la verdadera cultura japonesa, Jayden dijo que sus tíos lo aceptarían, siempre y cuando no se me ocurra decir que soy un contingente, o directamente un héroe de guerra al igual que su sobrino, y tiene una prima que haría de traductora por mí, él ya sabe japonés.

En la gigantesca recepción del hospital abunda el cian y el blanco a partes iguales, tras la barra con las luces inservibles se encuentra nuestro primer objetivo de búsqueda, se encuentran todos los expedientes médicos de todos los clientes y facturas, lo más interesante podría estar en una puerta oculta tras una estantería o información valiosa en mi historial, estos tipos han de tener una etiqueta especial en la carpeta con “Objetivo” en letras grandes y brillantes. Saltamos la barra al no encontrar otro lugar por donde cruzar, está hecho un desastre con sillas tiradas por doquier y más cadáveres de criaturas y otra víctima de estas. El único lugar sin sangre es la pared llena de posters de prevención y cómo actuar en emergencias rematado con juegos de mesa para niños, lo demás solo podría describirse como un baño de sangre total.

La sala de archivos es todo lo contrario a la recepción, tranquilidad absoluta. Las sillas ordenadas, los casilleros con una ligera capa de polvo causada por la falta de alguien que los limpie, las paredes sin una sola mancha de sangre y las puertas en una sola pieza. Nos dividimos la tardía tarea de revisar papel por papel y hago una excepción buscando mi historial médico por mera curiosidad está en el casillero derecho de en medio, podrían haber agregado más de sus notas o proyectos a los que sueñan por meterme. No han renovado mi archivo, y el de John que revisé por curiosidad, sigue teniendo la foto del semestre anterior al que terminó con mi vida como la conocía, cabello castaño igual de desordenado, que así se va a quedar siempre, y tengo mis lentes de pasta gruesa y negra ligeramente inclinados a la derecha, después de eso me vi forzado a cambiarlos por otros mejores, esos solo duraron unos cuantos meses, sucedió el atentado, caí en coma y al despertar ya no los necesitaba. El cambio más grande es mi expresión, ahora suelo sonreír más o mostrarme más distraído, “gracias por tus advertencias y pensamientos aleatorios, Aarón Sanders”; pero en esa foto no podría mostrarme más derrotado, con solo verla se puede asumir que no era un buen momento para mí. Mi última visita está marcada a inicios de junio, el día que salí del hospital con Griffin apresurándome a cada momento. Hablando de él, ¿qué ha sido de él en los últimos meses? No lo he visto desde que nos atacó el borbón, tampoco no está en la resistencia a pesar de mostrar cierto conocimiento de RedCell, solo espero que haya estado bien y su contacto misterioso haya hecho bien su trabajo. No, no hay nada nuevo en el archivo, el mismo de siempre. El de John resulta más interesante, antes de echarle una mirada, le mando un mensaje a su teléfono ofreciéndole enviarle mi historial médico si me deja ver el suyo. Acepta sin dudarlo y lo inspecciono cuidadosamente, despertó tres semanas antes que yo con un caso grave de amnesia disociativa y ataques de ira regulares causados por la ansiedad de no recordar quién es, tres días después de irme se registra que un tal Nate Harris le dio de baja y se lo llevó a un “centro de desmemoriados al norte del país”, suena convincente con el documento bien hecho, incluso inventó su logotipo.



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En el texto hay: armas biologicas, venganza, heroesyvillanos

Editado: 18.02.2023

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