El Acosador

Me tumbo en el suelo llorando desconsoladamente y apartando a cualquiera que entre. Mi mayor mentira que siempre me repetía es que era libre, que yo era el que tomaba las decisiones, veo que no es así, jamás lo fue y todo era los movimientos de hilo a conveniencia de todos, he sido tan miserable para satisfacer a los demás. No, no para satisfacerlos, para entretenerlos siendo exprimido a más no poder. Ni siquiera sé quién soy en realidad, o quién sería si fuera libre, todo fue RedCell divirtiéndose con su pequeño experimento, jugando con su muñeco Axel como un niño pequeño buscando divertirse y sentirse bien. Ni aniquilándolos me libraré de ellos, soy una invención de ellos.

— Axel, Oh no sé qué decirte —Rick se sienta a mi lado sin importar que yo no quiera.

— Soy un experimento, todo lo relacionado conmigo es RedCell, ni siquiera me siento como alguien real —Rick consigue, de algún modo, sacarlo todo, se siente tan extraño.

— Ellos pudieron haber manipulado partes de tu vida, no puedo negarlo, pero sigues pensando a tu manera y ellos no pueden pensar como tú, nadie puede.

— De todos modos, sufrí tanto para complacer a esas personas, cada minuto que pasaba llorando o siendo golpeado por todo el mundo era para marcarme como propiedad de RedCell —a estas alturas no me molesta llorar en frente de cualquier persona, es demasiado dolor y pensamientos negativos que puedo ocultar y prefiero sacar—. Ya no sé quién soy en realidad, muchos sucesos de mi vida fueron por obra de terceros que me dañaba a propósito, me usaron.

— ¿Ellos te obligaron te ser amigo de John, a amar los videojuegos y a ser nuestro amigo? Claro que no, no es lo mismo que ellos modifiquen las situaciones de vida a que tú decidas pensar a tu propia manera, jamás cambiarán al verdadero tú, de haberlo hecho no estarías a nuestro lado y serías de ellos, pero tú estás aquí con nosotros, eres nuestro amigo y estás peleando contra RedCell.

— No sé cómo lo haces, convencerme de todo lo contrario con una simple plática, es que ya no sé qué me sucede, pienso creer que estoy tomando decisiones en mi vida y después veo que nada de lo que hago importa para nada, ni siquiera acabé con mi padre o con estas instalaciones, alguien lo hizo por mí —es verdad que, a pesar de ser parte importante en la guerra, no he hecho demasiado para ganarme el mérito de la cara de la rebelión; Jossie Mosen ya estaba técnicamente muerto cuando lo enfrenté, estaba infectado con un virus claramente peligroso y tóxico; mi padre murió por las víctimas de su propio sistema, solo fui la chispa de la revolución, Javier ha hecho todo por la revolución y me confirmó que fue encontrado muerto con tantos golpes que se tardó un tiempo en reconocerlo, mi única acción que ha marcado mi poco dominio sobre mi vida fue enfrentarlo, decirle todo lo que me guardé en mi interior sobre él.

— No lo hagas, yo lo hice y tú me rescataste a tiempo, yo quiero hacer eso por ti, no tienes por qué hacerte menos —Rick me regaña sin hacerlo del todo, su voz es tan calmada que suena como una sugerencia y es tan imponente a la vez que debo cumplir.

— No siento que te haya rescatado, te expuse enfrente de tanta gente y en un inicio te metí en problemas sabiendo el resultado, solo ayudé a hacerlo.

— Otra vez lo vuelves a hacer, si ese fuera el caso tendría más tiempo libre en mi habitación en vez de ser invitado casualmente por ti a las que sabes que son mis actividades —sí, mi sutileza era tan falsa como la ilusión de libertad en mi vida, Rick notó mis intentos por hacerlo feliz en todo momento.

— Ahora puedo hacerlo sin que encuentre una excusa rápida. Mira, yo… estoy tan confundido, siempre lo estoy esperando a recibir un golpe cada vez peor, pero ahora lo estoy más, debo comprender qué partes de mi vida fueron reales y cuáles no. Si necesito algo ahora más que nunca es paz, paz que no puedo obtener, estoy en una maldita guerra, dormir ya me resulta difícil.

— ¿No te dan medicación somníferos? Pensé que lo hacían considerando las recomendaciones de Terry y uno de los doctores, su hermano me soltó esa pequeña información —Rick pregunta por mi ausente medicación a pesar de posiblemente necesitarla según el criterio de Terry y esos doctores que se asombran más en vez de hacer su trabajo.

— Ni de broma, esos medicamentos no me surgen efecto y mis tías no quieren que tome anestésicos o cualquier medicamento que me altere por miedo a una recaída, temen que llegue a intentar algo, puedo oírlas hablar del tema si me quedo unos cuantos minutos afuera de su oficina —quisiera decirles que ya tengo mayor estabilidad, no he vuelto caer tan profundo desde esa vez en el laberinto, pero no quiero hacerlo, tampoco quiero depender de los medicamentos por miedo a permanecer en el suelo, he visto lo que le sucede a los adictos, en cierto punto tu vida depende de eso, mi vida ya depende de otras personas, eso es suficiente.

— Esos viejos hábitos nunca mueren —Rick mira el cadáver de Jossie, sus huesos se han vuelto más gruesos y grandes que los de un humano, seguramente Rick ya hizo una versión propia de su muerte, después le habla a lo único que queda de Jossie—. Al final no eras un demonio completo.

Hablando de monstruos y demonios, el Acosador entra por el inexistente techo Aterriza en el cadáver de Jossie, del que nos alejamos a tiempo, y posa de forma tan majestuosa para no poder apreciarlo unos minutos. Es la vil encarnación de un demonio caído y del mal en general. Aún tengo la pistola en mi cadera, atada fuertemente en mi cinturón; no debo usarla todavía, debo debilitarlo primero y cuando ya no pueda escapar volando o herirme mortalmente le meto dos balas en la cabeza, con una bala no confío tratándose de infectados, nunca se quedan muertos.