Me he tenido que guardar toda la información por casi un mes entero. He tenido que hacerlo para ser yo quien se encargue de destruir a RedCell de una vez, si lo hubiera dicho al instante mis tías hubieran mandado a todos los soldados a acabar conSebastian y solo hubiera habido dos escenarios, logran matarlo y tendrían que mentir diciendo que lo hice o mueren sin llegar a la entrada. He mejorado mucho en un mes, hasta mis tías están impactadas de como he cambiado tanto en poco tiempo, según ellas es porque tuve una epifanía, la verdadera y cruda razón es que quiero ser yo quien acabe todo esto, pero no negaré que también ha sido para salir de mi agujero.
El 9 de diciembre junto a todos mis amigos para decirles la verdad, tengo casi todo listo para organizar mi plan, lo primero es conseguir que me den de alta para salir al campo de batalla, lo que no es sencillo. Necesito un certificado médico, la aprobación de mis dos psicólogos, reubicados a oficinas más segura con dos capas de paneles acústicos dándoles un toque a sala de aislamiento, dos copias de mi registro en la sala de entrenamiento y lo más difícil de todo lo anterior junto y multiplicado al cuadrado, la aprobación de las directivas, mis tías. Todo lo demás no importa si ellas no están de acuerdo en dejarme volver a la acción.
Casi me dan ganas de llorar al ver cuantos quedamos de más de 20 personas, aparte de mí solo quedan Hannah, John, Jayden, Teresa, Lizzie, CJ y Robert; los demás han tomado otros destinos como traicionarme, escapar de la guerra o morir. Muchos ya no están con nosotros. La mayoría están sentados en mi cama o recargados en los muebles, yo estoy parado porque me muevo demasiado al hablar con emoción, me cuesta mantenerme quieto.
— Como ustedes saben, tenemos muchas dudas acerca de cómo derrotaremos a RedCell —es ahora donde tiro abajo mi promesa de descansar psicológicamente para meterme a otro conflicto armado—. Hace más de un mes les dije que no tenía pistas, que solo quería disfrutar la calma todo lo que pudiera. Pero he descubierto algo, sé que podría estar mal por las diferencias de tiempo, aun así, debemos intentarlo. A inicios de noviembre volví a tener otro flashback, no uno escapando de undersons o de la ciudad purificadora, era de Aarón llegando a las instalaciones A para derrotar a RedCell, tengo la ubicación exacta de donde podría estar.
Todos quedan impactados con esa revelación, tal vez porque eso sería clave para ganar la guerra o porque escondí información valiosa por meses. Claro que les oculto toda la historia de fondo que me partió el corazón, el padre que se sacrificó por su familia para volver a abrazarlas y jamás volvió, eso me hizo ser más comprensivo con él.
— ¿Pero por qué la ocultaste? Por cierto, que deprimente historia —Jayden, deja de leer mi mente, pero sí, es deprimente.
— Porque quiero ser yo el que acabe con esto, si lo decía en el momento enviarían a los soldados a una posible muerte y les quitarían el crédito para dármelo a mí, eso no me haría un verdadero héroe. También necesito descubrir una última cosa, una de mis mayores motivaciones, ¿Quién es Sebastian Belcher ahora? No sabemos quién es y debemos encararlo antes de que logre llegar aquí o al refugio de la zona cultural. Quiero estar seguro al 100% de que maté al sujeto correcto y no a un sustituto, él debe morir por lo que ha hecho y tengo una larga lista de razones para ser quién lo acabe.
— ¿No tenías una USB en las instalaciones? —me pregunta Robert sin que yo sepa a qué se refiere, han pasado dos meses desde esa misión.
— Yo no tenía… —oh, no puedo creerlo, ¡No puedo! Ya me había olvidado de ese enorme detalle, ¿Cómo pude haberme olvidado de recoger esa maldita memoria? Necesito ir al almacén por esa cosa de inmediato—. Vayamos con mis tías, ahora mismo.
— Axel, tus tías te llaman —Griffin se me adelanta, no sabía que había pasado a mi habitación de lo emocionado que estaba por esa memoria.
— No podría estar más de acuerdo, necesito que me den el permiso de ir al almacén, es urgente.
— Quisiera que fuera el caso, pero no es por eso, la revolución de la ciudad mexicana ha terminado, necesitan tu presencia en la ciudad de inmediato.
Griffin nos lleva a todos por los pasillos del complejo como si fuera un maestro llevando a sus alumnos mayores de excursión, la revolución de la ciudad purificadora es un asunto privado, porque el complejo está igual que siempre sin tener a todos celebrando una victoria. En vez de ir a la oficina d mis tías, nos llevan a la sala de planeación, a la que nunca he ido, yo solo les digo sobre la misión y los directivos la desarrollan para que la sigamos según los protocolos. Tiene más pantallas que paredes, afortunadamente es chica o no tendríamos suficiente energía; todos están en sus lugares y esperándome.
— Axel, como ya te habrá dicho tu asesor, hemos recibido noticias de la ciudad Santa María Corde, también llamada Ciudad Purificadora —la tía Melanie y yo hicimos las paces y ya no me asusta cuando habla en ese tono serio—. El bando democrático federal ha ganado sobre la monarquía establecida por tu padre, oficialmente muerto. El representante oficial del nuevo gobierno, Javier Márquez, nos ha pedido tu presencia para declarar de una vez por todas una ciudad renacida y liberada de la tiranía. Tu trabajo será simple, dar un discurso sobre lo importante que es para ti la libertad de esta ciudad.
Ahora sí estoy asustado, tal vez podré derrotar a monstruos o descubrir la verdad antes que otros, pero no soy bueno dando discursos o haciendo actos públicos de los que no me puedo deslindar o aplazar esperando a que se cancele.