El Libro de las Especies

19-El Caso de las Acromantulas

-Conocí a Troy Aracne hace dos años y medio, me llamo por una infestación de arañas en su vecindario, el pobre es un aracnofobico extremo y estaba convencido de que las arañas iban detrás de él, acertó a medias, su ex esposa, una completa loca, las trajo de contrabando desde Australia, quería darle un susto de muerte para ganar la custodia de su hijo.

 

Había llamado a Aredia pasadas las tres de la mañana, le dijo que se alistara y que pasaba por ella en veinte minutos, a la señora Horus no le hizo la menor gracia pero el asunto era tan urgente que el detective no se dejo amilanar por ella; ahora iban en un taxi y de camino le puso al tanto, por insistencia de Ethel le había puesto a su teléfono una de esas aplicaciones que graban la última llamada y también la hizo escucharla.

 

-Dios mío-dijo, cuando ya solo quedo el rumor en el audio-¿eso qué es?

-No tengo idea, me resulta conocido pero no identifico de donde.

-¿Quiénes son las personas a las que nombra?

-Jess es su novia y Elijah su hijo, tiene tres años-miro por la ventana, aun estaba oscuro-espero que no lleguemos demasiado tarde.

 

Llegaron más bien con cierto pulso, a las cinco y diez de la mañana, se tuvieron que bajar un poco antes porque la entrada y toda la calle frente a la casa estaba atestada de policías, ambulancias y vecinos ansiosos en piyama, la residencia Aracne era una bonita casa de dos plantas con ese aspecto a cartón de leche que tienen los barrios residenciales urbanos, estaba pintada de un inocente azul y lo único en su aspecto general que indicaba que algo malo había pasado allí era una de las ventanas del piso superior, estaba rota y algo como unas cuerdillas delgadas le colgaban, Aredia las noto porque reflejaban la luz de las sirenas, siguió al señor Malcon entre los vecinos y se abrieron paso hasta un policía que estaba desenrollando cinta de seguridad para acordonar la escena, así de temprano habían llegado.

 

-¿Quién está a cargo?-pregunto Malquiur.

-¿Perdón?-el oficial lo miro como tomándole por otro vecino con piyama.

-Soy amigo de Troy Aracne, me llamo hace apenas dos horas.

-¿Le llamo?-se incorporo y encendió el radio en su hombro-¿Agente Meier?, ¿puede salir?, aquí afuera hay alguien que dice haber hablado con una de las víctimas.

-“Voy enseguida”-contesto una voz femenina.

-Espere-Malquiur trago grueso-¿victimas?

-El señor Aracne y la señorita Cleaver, aun no los sacan pero los forenses lo confirmaron…bueno, basta con verlos…

-¿A qué se refiere?

-Amh…-torció el gesto, claramente había hablado de más, miro hacia la casa, asintió y volvió a ocuparse de la cinta.

 

Una mujer salió de allí a tiempo para ver la señal de asentimiento del oficial, ella también era oficial, más específicamente una agente, que viene siendo lo que se pone a medio camino entre un policía y un detective policial de manera que no tenía que usar uniforme pero llevaba bien a la vista la placa y la pistola, como individuo tenía un aspecto bastante imponente, el cabello castaño rojizo atado en un moño del que escapaban risos, el rostro hermoso aunque tenso, podría tener unos cuarenta bien disimulados, el cuerpo grueso, no gordo, firme y tonificado, todo eso le habría hecho quedar como de catalogo de no ser el nada disimulable detalle de sus ojos, eran grandes, expresivos, brillantes y venían en dos colores, el derecho era café, iba bien con el cabello, pero el izquierdo era de un celeste que tiraba a blanco, estremecedor.

 

-Soy Elizabeth Meier-se presento-¿Quiénes son ustedes?

-Malquiur Malcon, detective, mi asistente, Aredia Horus.

-Hola.

-¿Malcon?, ¿el del asunto del museo?-el caso de los cuadros les había reportado mucha fama.

-Ese mismo-trato de ver algo mas allá de la puerta abierta-¿es cierto?, ¿Troy esta…?

-Así es, lo lamento, ¿de dónde se conocían?

-Me contrato hace un par de años, mantuvimos el contacto y hoy me llamo a las tres de la mañana-saco su teléfono y se lo dio-tengo grabada la llamada, ¿podría decirnos que sucedió?

-Lo que sabemos hasta ahora es que los vecinos llamaron reportando gritos, cuando llegamos encontramos solo los cuerpos y la casa llena de telarañas.



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En el texto hay: especies sobrenaturales, detective, magia

Editado: 18.02.2019

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