El Libro de las Especies

31-Ajustes

-Es el mejor día de mi vida.

-Bien por ti, ¿ya puedo cambiarme?

-Ni de chiste, Maika, te toca sesión de fotos.

-¡Eso, eso!

-Dios, es increíble lo bien que te conozco…y ustedes, ¿no se supone que somos amigos?

-¿Para qué están los mejores amigos si no es para humillarse entre sí?

 

Solo por tratar de equilibrar, a Malquiur se le ocurrió llamar a Aredia, Lionel y Ethel a la vez para mostrarles su faceta de hada, le salió al revés, ahora iban a ser tres los cabrones que jamás dejarían de burlarse de él y bien que podría haberse ido revoloteando y dejarlos con las ganas pero ver a Aredia tan contenta hizo que cediera y se sometiera a la vergüenza de posar con una serie de objetos comunes que se veían graciosos únicamente por el contraste de alturas, y de paso sirvió para confirmar esa teoría de su abuelo de que las hadas nunca salían mal en las fotos.

 

-De verdad no entiendo cómo es posible-dijo Lionel, pasando imágenes-te digo que hagas morisquetas y sales con sonrisa de modelo.

-Es un don.

-Bueno, me tengo que ir a trabajar-dijo Ethel, revolviéndole el cabello a Malquiur con un dedo-pásenme esas fotos después.

 

Mientras en el mundo las cosas se ponían más y más excéntricas, la activación del poder de las hadas había traído una nueva ola de personas cambiando y criaturas apareciendo, Ethel se podría decir que había recuperado su vida, el amuleto que Malquiur hiciera para ella le mantenía a cubierto y era capaz de seguir adelante como si nada hubiera pasado, aun cuando de pronto los juzgados se estaban viendo invadidos por cosas como pleitos de propiedad por gente que quería que les regresaran sus caballos mágicos, decenas de divorcios y procesos de custodia por alguna pareja que había cambiado y, ahora recién, quejas sobre innumerables estatuillas antiguas de nogmos de jardín cobrando vida, huyendo de sus casas y creando asentamientos en los parques.

 

Y no hay que olvidar que Ethel era fiscal y un fiscal viene siendo la voz acusante en los tribunales, contra quien pelean los abogados o, cuando el acusado no puede pagarse uno, quien las hace de abogado, asique había tenido que estar en todo pero su profesionalismo le había permitido mantenerse al margen de la situación, o al menos así fue hasta que tomo su descanso de media mañana ese día, estaba pensando en salir a tomar un café cuando fue testigo de un alboroto en el vestíbulo, un hombre, más bien una criatura del pantano, estaba siendo instando a abandonar el edificio por los guardias, que le amenazaban con pistolas eléctricas, detrás del hombre había una niña asustada de diez años, también convertida en una criatura.

 

-¡Solo quiero que alguien me escuche!

-Señor, por favor, tiene que irse-en muchos lugares se había vetado el paso a las criaturas de aspecto más extremo.

-No lo entiendo, somos ciudadanos estadounidenses, ¿eso ya no cuenta?-el hombre era joven y lucia atormentado-perdí mi trabajo, amenazan con desalojarme y a mi hija la expulsaron de la escuela, todo por cómo nos vemos, ¡pero nosotros no pedimos esto, no podemos controlarlo!

-Señor, tranquilícese.

-¡Nada de esto es justo!, ¡Alguien tiene que ayudarnos!

-¡Papi, vámonos!-suplico la pequeña, temerosa de que los guardias decidieran sacar las armas reales.

-Son horribles-escucho Ethel susurrar a una compañera de trabajo, y eso fue demasiado.

-¡Bueno, ya basta!-se puso en medio.

-¡Señorita Frog!

-¿Qué diablos les pasa a ustedes?, Frank, Niguel, esta es una corte de Chicago y ellos son ciudadanos de nuestra ciudad, ¡bajen eso, por el amor de Dios, hay una niña aquí!-la obedecieron, avergonzados-¡Mírenme!, ¡Mírenme todos!, me conocen desde que era una practicante, saben de mi capacidad, saben la clase de persona que soy, ¿no es cierto?, bien, piensen en eso antes de intentar juzgarme.

 

Y a la vista de todo el mundo, sus compañeros, abogados, jueces, gente de paso, se quito el medallón, revelando su verdadera forma, miro con dureza al público, retándolos con su fría mirada a que le dijeran algo, que se atrevieran a atacarla por ser diferente como cuando estaba en la secundaria, no lo iba a tolerar y no toleraría que se lo hicieran a una pobre niña, nadie se atrevió y cuando se supo en control de la situación se giro hacia ellos, el hombre le miraba impresionado y la chiquilla estaba deslumbrada.



#21965 en Fantasía
#4733 en Magia
#3917 en Detective

En el texto hay: especies sobrenaturales, detective, magia

Editado: 18.02.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.