Meirily estaba terminando una poción, mesclando cuidadosamente unas gotas en un frasco de pinta uñas, cuando escucho risas histéricas y jubilosas provenientes del cuarto de baño, no les hizo demasiado caso, cerró bien el frasco y lo agito mientras Juliet entraba en la cocina.
-¿Todo bien?
-Más que bien-dijo, con una enorme sonrisa-voy a casarme mañana.
-Aun no te deshaces de Aredia.
-Mañana también, lo tengo todo calculado.
-Entonces déjame darte un presente de boda-le entrego el pinta uñas-un roce será suficiente.
-¿Y mi nido?
-Lo deje preparado, llevare a los demás en una semana.
-¿Ves?-le pellizco la mejilla-cuando me sigues y no a tu torpe cerebrito las cosas salen bien.
-Si…
-El momento llegara pronto-guardo el frasco en su bolso-no lo estropees.
-No lo hare-espero a que se fuera y siseo-zorra.
Sabía perfectamente que hacer, debía seguir las instrucciones, ser complaciente y luego, cuando no se lo esperase, cortarle la cabeza a esa maldita y apoderarse de todo.
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Como se había planeado, la boda de Malquiur y Juliet fue algo sencillo, como ninguno profesaba alguna religión en especifico la ceremonia tuvo lugar en el juzgado, en presencia de los amigos y familiares de Malquiur, aparentemente Juliet no tenia familia aunque invito a un par de colegas de la morgue, y luego se fueron a casa del mago para la fiesta posterior, más tarde la feliz pareja se marcharía a cierto hotel en las montañas que la novia había escogido para la luna de miel.
Aredia sentía que le estaba saliendo muy bien el papel de amiga conforme, la noche anterior había llorado sobre su almohada hasta quedarse dormida y tuvo que pedirle a su hermana que le ayudara a maquillar las ojeras, tanto Cristy como su madre le habían insistido en que no tenía la necesidad de pasar por todo eso pero ella tenía que estar allí y mantuvo la compostura cuando fue a felicitarles y darles un pequeño obsequio; luego se fue a sentar aparte, en compañía de Grimm y Divine.
-No tendrías que estar aquí, dulzura-dijo ella, Aredia se dio cuenta de que todo el mundo la estaba mirando con lastima.
-Estoy bien.
-Sabemos que eres fuerte-dijo Grimm-no necesitas fingir frente a nosotros.
-No, deberás estoy bien, en serio… ¿me disculpan un momento?
Se fijo que la pareja conversaba con Nosk, a quien por alguna razón el señor Malcon llamaba Lionel, el periodista parecía estarles contando algo sobre el vestidito que llevaba Holly, el hombre sentía una devoción malsana por la silenciosa bebita, y Aredia vio su oportunidad, se escabullo al piso de arriba y entro en la habitación principal, las maletas para el viaje estaban sobre la cama, rápidamente abrió la maleta de Malquiur y deslizo un pequeño paquete cilíndrico, envuelto para regalo, en su interior.
-Por favor, que funcione-cerro la maleta y se aparto, asegurándose de no haber dejado rastros.
-¿Aredia?
-¡Aah!-Juliet estaba parada justo en la puerta.
-¿Qué haces aquí?
-Yo, solo…vine a buscar a Almantt, se está perdiendo todo.
-Donde esta ese libro esta ese gato, le dije a Malquiur que lo guardara.
-Oh…ya, claro, permiso entonces.
-Espera-le bloque la salida-necesito que hablemos.
-¿Ahora?
-Ahora, antes de que nos vayamos-Aredia se puso rígida-quiero darte las gracias.
-¿Cómo?-eso no se lo esperaba.
-Yo se que nada de esto ha sido fácil para ti y jamás fue mi intención dañarte, cuando le dije a Malquiur lo que habías estado haciendo esperaba dejar en claro las cosas, que te fueras y siguieras adelante con tu vida, en vez de eso te quedaste y realmente parece que lo estas sobrellevando.
-¿Por qué no lo haría?-más le admiraba, más la odiaba-se que el señor Malcon y yo no habríamos tenido una oportunidad, me da gusto que este feliz.
-Eso es lo que me sorprende-tomo su mano-pocas personas tienen esa clase de madurez, estás haciendo todo lo necesario para poder quedarte a su lado.
Editado: 18.02.2019