Nace una leyenda

Capitulo 1- Nace una leyenda

Voz de mujer —¡Lósif! ¡Lucifer!—
Se escuchan gritos de una mujer que llama a un niño.

Voz de niño: ¡Envía a mamá! "¡Ya voy!" respondió la voz de un niño, posiblemente el hijo de la señora que lo llamaba.

Mi nombre es Lósif Davra. Ahora tengo 10 años y no soy un niño normal; de hecho, soy muy especial. Soy un cruzado que viajó a este mundo y reencarné en mi predecesor.
Recuerdo que antes de todo esto tenía 19 años y vivía en el planeta Tierra en el país de México.

Lamentablemente, por culpa del destino, fui asesinado por la inseguridad del país; un sujeto me asesinó de varios disparos a quemarropa.
Lo último que recuerdo son mis fuertes gritos que daba con toda la fuerza que podía reunir en mis pulmones, por miedo a morir. Estoy seguro que me oriné en los pantalones por el mismo subidón de adrenalina, y fue una muerte muy lamentable.

Llevo 10 años en este nuevo mundo; es un mundo medieval; no parece ser un mundo de fantasía como en las novelas que leí antes. No tengo pruebas para confirmarlo, pero sí muchas dudas.

Vivo con mis padres; son viejos, casi 70 años; es muy milagroso saber cómo lograron procrear un niño. Mi madre en este mundo es una mujer de carácter duro; siempre la veo trabajando igual que mi padre, que tiene un carácter serio y sencillo. ¿Te gusta sentarte en la mecedora y relajarte bajo el sol?

Vivimos en un pueblo muy rural y pobre; aquí viven aproximadamente 10 personas, entre ellas 2 niñas de mi edad que se llaman Ana y Rosita. Son chicas muy introvertidas y algo lindas; tienen una constitución delgada; ambas son hermanas.

Rosita es la mayor por un año; tiene cara redonda, cabello rojo, ojos marrones y muchas pecas en el rostro.

Ana tiene cara ovalada, nariz grande, cabello negro y ojos negros, además de una joroba gigante en la espalda y tiene manchas blancas en la cara, posiblemente por el sol o porque tiene anemia. Ella es muy delgada; puedes ver sus huesos.

Los padres de estas dos niñas, de 10 y 11 años respectivamente, están muy enfadados con todo un personaje; quisieron casar a Ana, la hija menor, con mi tío Agustín, que ya está casado con mi tía Sofía, y tienen un bebé recién nacido. Nacido.

Mi tío Agustín tiene 30 años y mi tía Sofía tiene 26 años.

Mi tío Agustín es el que mejores ingresos tiene en este pueblo, ya que tiene la oportunidad de ir al reino de Tosiff.
Vivimos en un pueblo muy alejado del reino; al lado tenemos un bosque muy grande.

Cuando Lósif llegó donde llamaba su madre Laura, avanzó al verla parada cerca de la casa con una niña pequeña y flaca, y junto a él estaba un hombre fuerte, gordo, de piel bronceada y ojos azules; este es el tío Agustín y la niña Ana, la hermana pequeña de Rosita.

Lósif habló. Le mando a mamá, hola tío Agustín, y hola Ana. El niño dijo simplemente y habló apropiadamente a los invitados. El niño llamado Lósif, un niño de 10 años de piel oscura y ojos marrones con iris azul, no es un poco gordo. Mucho, apenas unos dos kilos de más.

Habló Laura—Lósif, tu tío Agustín me dijo que no se va a casar con la pequeña Ana; lo que pasa es que Rosita tiene un mes embarazada de tu tío, y habló con los padres de Rosita; accedieron a la demanda de mi hermano Agustín, y él no se casará con Ana, pero sí con Rosita—dijo con tranquilidad.

Lósif exclamó—¡Qué! ¡Qué! Tío Agustín. ¿Desde cuándo ves a Rosita? "¿Por qué está embarazada de ti, tío?" dijo con urgencia.

Agustín habló: —Tranquilo, sobrino. Lósif, esas cosas no te conciernen, lo que aquí tu madre (señala a la anciana) es que, como sabes, no me casaré con esa chica fea que parece una bruja. Sólo mírala (señala con el dedo a Ana). Yo me casaré con Rosita y quiero que tú te cases con Ana. Ya todo está decidido y no tendrás desmentidos. Los apoyaré con dinero.
"Soy muy amable al aceptar que los papás de Rosita me la entreguen para dejarles dinero, y una chica tan humilde como la tierra se atreve a querer casarse conmigo", dijo con aburrimiento.

El tío Agustín terminó de decirlo de manera arrogante y muy vanidosa.

Ana, que estaba escuchando todo el intercambio de palabras entre las tres personas, se sintió aún más humillada; ella sabe que es fea; no se parece en nada a su hermana ni a su madre; ella es una bruja.

Apretando los puños con fuerza y con los ojos algo enrojecidos con ganas de derramar lágrimas, solo soporto esta humillación. Esto es para la familia. Ella debería ayudar en lo que pueda, pero parece que no le agradó al señor Agustín y que obligó a mi hermana Rosita.

Lósif habló: "Muy bien, tío Agustín, me casaré con Ana, ella no es bruja, es una niña bonita, y de mayor será una bella dama". Dijo seriamente, y Lósif también respondió algo enojado a su siempre arrogante tío, quien humilló a Ana.

Estaba muy furioso; sabía que su patético tío era una bestia asquerosa y repugnante; sabía que obligó a la pequeña Rosita. Cuando Rosita iba a ayudar en la cocina, cuando mi tía aún estaba embarazada, les preparaba la comida, y Rosita me contaba lo que la manoseaba mi tío. Eso me hace enojar. Fui directamente a hablar con mi tío y él solo sonrió de manera cínica en mi rostro.

Mencionó que no hubo problemas con lo que hizo; al fin y al cabo, la niña, Rosita, ya tenía 11 años y estaba apta para casarse y tener hijos.
Esto me molestó mucho. Fui a hablar con los padres de Rosita y tampoco me hicieron caso. Mi tío les dio dinero para que tengan derecho a embarazar a Rosita.

Ana escuchó a Lósif defenderla y también decirle que sería una bella dama. Sintió una extraña emoción, algo parecido a la felicidad, en lo más profundo de su interior.

Volteó para ver el rostro de Iosif y notó con asombro cómo intentaba enfrentar a su tío Agustín.

Agustín habló—basta de todo este escándalo—dijo enojado el señor Agustín.

Laura habló—muy bien; cálmate; todos somos familia; no hay necesidad de luchar entre nosotros.
Lósif, ve con Ana a hablar o algo así; nos reuniremos con todos los adultos, y hablaremos de asuntos importantes—dijo con calma, observando a los dos. La señora Laura está restando importancia a lo que dijo su hijo sobre su tío.