Capítulo 17: noche tempest

Capítulo 17: noche tempest

Lósif tenía mucha curiosidad por la otra parte del bosque; este muro estaba colocado de este lado, pero podría haber animales o algunas criaturas malignas. Lósif tenía que saberlo; debería ir a investigar después de todo; ocupa un lago para bañarse y lavar la suciedad, o su trasero se sentirá inquieto.

Acercándose con rostro decidido y pecho engreído, entró por la pared, trepando y trepando con mucho esfuerzo, del cual se cuidaba, y logró ingresar a la otra zona del bosque.

Lo sorprendente de esta parte del bosque es una hermosa vegetación verde del sotobosque y hermosos árboles. Aunque oscuro por la noche y solo la luna iluminando, se ve muy aterrador entrar a este lugar; parece un lugar embrujado donde se estarían escondiendo asesinos en serie.

Lósif —Sí, este es mi nuevo hogar. Soy un asesino en serie o algo así. Debería actuar como tal.

El niño caballero entró con el pecho en alto al lugar oscuro del bosque y al entrar aún más profundo observó tranquilamente los alrededores. Escuchó algunos sonidos de pequeños animales e insectos de la noche, pero otras criaturas aún son desconocidas o no están allí para empezar.

Lósif avanzó aún más hacia las profundidades; ahora estaba muy lejos. Caminó durante unas 3 horas y esta vez encontró un árbol misterioso muy peculiar con una pequeña casa construida sobre él. El niño sabía que eso era un peligro.

Antes de avanzar como quería hacer, llamé e invoqué con éxito a uno de sus esqueletos vivientes.
Formando un círculo verde en el suelo e iluminando la noche del bosque, aparece un esqueleto muy intimidante en su apariencia, solo huesos humanos y un color rojo en los agujeros de los ojos.

Lósif —dirígete a la casa del árbol y luego investiga el área, no te alejes demasiado, hazlo rápido—.
Lósif observó cómo el esqueleto avanzaba con pasos rápidos en medio de la noche. Está muy oscuro y los árboles no ayudan a que entre la luz de la luna. Lósif lo sabía bien.

Después de unos momentos el esqueleto logró llegar a la casa del árbol y subió para entrar. No había nada en la casa del árbol; parecía que los habitantes estaban en otro lugar si todo el silencio decía algo.

Lósif tenía una curiosidad morbosa sobre la casa del árbol y también tenía que encontrar un lugar para dormir. Sabía que dormir en una casa del árbol sería mejor que dormir al aire libre para que los mosquitos le picen el trasero.

Avanzó confiado y con pasos firmes; el niño se sentía grande y valiente; imaginaba que era un rey esqueleto guiando a sus malvados secuaces en la guarida y la casa del árbol, una fortaleza. El día fue agitado y agotador. Lo estaba pasando mal.

Al llegar a la casa del árbol, observó el esqueleto afuera de la pequeña puerta, y con un simple gesto de la mano el esqueleto se movió para darle espacio al caballero para entrar.

Lósif no esperó más. Entró directamente por la pequeña puerta de la casita hecha de madera de árbol quemado.

Al abrir la puerta de la pequeña casa del árbol, entró con confianza como si fuera el dueño del pequeño lugar. La casa estaba oscura y había una manta tirada en la esquina y había algo similar a una mesa colocada en la parte de atrás y debajo de la mesa había un elfo de fantasía con cabello rubio.

Lósif—sí, todo parece estar en orden, ahora voy a dormir.

El muchacho caballero comenzó a desvestirse y se acercó a la mesa, y encontró unas botellas de agua que iba a utilizar para bañarse y limpiar la suciedad de su cuerpo.

Lósif se lava el cuerpo con un agua muy extraña, se podría decir; luego es hora de lavarse el trasero y comenzar a tallar con calma, disfrutando del agua en todo su cuerpo. Cuando se está lavando, oye o más bien siente una presencia que lo observa; con su mano en el trasero y la otra en el cabello, se gira hacia el lugar donde siente la presencia y se congela en el lugar. No se atreve a hacer movimientos bruscos.

Parece una criatura humana con orejas puntiagudas, cabello rubio pálido, ojos grises y lo mejor de todo, un rostro hermoso, además de usar ropa extraña hecha de hojas de árboles o algo así. Por el cabello largo no se podría decir qué género es, pero es hermoso.

Ambos se miran cara a cara; el elfo observa al humano con una mano lavando su trasero y la otra en su cabello y el humano observa al extraño ser que avanzaba de puntillas a la salida de la casita…

Lósif—Hola.

Tras decir esto, observó con horror cómo la criatura gritaba descontroladamente y corría a máxima velocidad hacia la salida de la casa y lograba salir…

Lósif observaba todo esto y estaba muy sorprendido por todo esto.

Lósif—Bueno, ¿qué dije?

Lósif seguía congelado en el mismo lugar; aún no procesaba lo que vio hace unos momentos.

Una niña humana con orejas largas y puntiagudas gritaba y huía a toda velocidad, sí.

Lósif decidió primero bañarse y cambiarse de ropa interior. No tenía sueño en absoluto, el maldito sueño se le había escapado y ahora estaba congelado y nervioso por esa criatura con apariencia humana.

Lósif decidió abandonar la pequeña casa del árbol para buscar a la extraña niña en la noche.

Saliendo hacia donde estaba la misteriosa chica o el ser extraño, Lósif tuvo cuidado; todo estaba muy oscuro, no se podía ver el suelo ni siluetas; todo estaba envuelto en la noche.

Él lo sabe muy bien; debe usar la invocación para que sea mucho más fácil encontrar a la niña. Con esos pensamientos se acercó a donde estaba el solitario esqueleto, y la desagradable sorpresa fue cuando observó que al lado del esqueleto está el misterioso ser que salió corriendo hace unos momentos y parece tener miedo del esqueleto. Este está muy quieto sin moverse.

Lósif —Hola, mi nombre es Lósif Davra, soy un caballero del reino de Tosiff y estoy en una misión clasificada.

La extraña criatura seguía sin moverse. Estaba en una posición muy vulnerable e incómoda con una postura agachada sin moverse.