LA PRIMERA CARTA (PARTE 2)

Los jóvenes al ver la nota que se encontraba escrita en la parte trasera de la carta, quedaron perplejos, sin palabras, y con una sonrisa en la cara, Antonio con una emoción casi desbordante y sin apagar la sonrisa que recorría todo lo ancho de su cara les pregunta a sus amigos,-¿entienden lo que esto significa?-.

-no, no entiendo, ¿qué es esta carta, alguna especie de herencia o regalo hacia nosotros después de su muerte?- pregunta Marco intrigado al oír la procedencia carta.

-no sé, aun no la leo, por eso quise que estuviéramos presentes todos para que entre todos la leyéramos, independientemente de lo que sea que contenga esta carta, será como ese adiós que nunca nos dio el día que falleció...-.

-...más bien el día que lo mataron-, interrumpe Clara, quien evidentemente aun después de tantos años no superaba el asesinato de su amigo. Aunque el momento se volvió algo tenso después del comentario de Clara, algo en todos ellos despertó, como si esos momentos tan geniales a lado de su amigo volvieran como por arte de magia, cada uno recordó sus mejores momentos con él, desde cuando a Antonio lo entreno en una carrera por parte de su escuela, hasta cuando a Mónica la consoló después de que unos niños la agredieran rompiéndole su pequeño proyecto de electrónica y ayudándola a repararlo hasta que por fin el último y más minúsculo detalle quedara reparado, y recordó cómo se fascino al ver que su proyecto, que no era más que un montón de focos que prendían para formar un arcoíris, funciono. Todo era un mar de recuerdos, sus chistes, sus historias, sus aventuras, en ese momento parecía que Lázaro estaba a lado de ellos igual de emocionado por saber el contenido de esa carta.

Antonio la tomo entre sus manos, giro la carta hasta que el sello de la misma quedo enfrente de él, rompió el sello, y poco a poco fue sacando el papel que contenía las palabras escritas, a pluma fuente, de la mano de Lázaro, pero antes de que pudiera leer una palabra de la que había escrito don Lázaro, el caos se desató. En la planta baja del edificio, todos los inquilinos incluyendo a los papás de los 5 jóvenes estaban, una vez más, discutiendo a gritos con unos agentes inmobiliarios que querían quedarse a como diera lugar con el edificio donde ellos vivían.

-¿qué pasa?, ¿ellos otra vez?- pregunta Mónica, a lo que Gerardo responde, mientras él observaba a través de la ventana a la gente gritándose entre ellos,-sí, la visita semanal de esos "hombres trajeados" ya llego-.

Los problemas en la planta baja del edificio crecían a medida que el tiempo avanzaba, era un barullo inentendible, los gritos e insultos se hacían presentes por ambos bandos.

Mientras los problemas sucedían, Antonio se acercó con sus amigos, y con un solo gesto de complicidad automáticamente entendieron, el plan a actuar en ese momento para ahuyentar a aquellos hombres.

Mientras las mentes de aquellos jóvenes trabajaba, en la planta baja se seguía viviendo una batalla campal, -Ustedes no pueden venir a querer sacarnos de nuestros hogares solo porque alguien con mucho dinero lo dice-, gritaba la mamá de Mónica, mientras ella y otros vecinos formaban una muralla humana para impedir la entrada de aquellos hombres, en eso el hijo de Don Lázaro se acerca a el conglomerado, y con aires retadores les dice,-ustedes deben de desalojar este inmueble, el dueño ha muerto y obviamente ninguno de ustedes tienen el dinero suficiente para pagar sus deudas así que considérenlo como un acto de buena fe, en vez de que mueran de hambre por no poder pagar, van a tener otra oportunidad de irse a otro lado-, en eso el papá de Antonio contesta,-somos consciente de esas deudas y del fallecimiento del dueño pero el mismo dueño antes de fallecer dejo en su testamento que nadie puede tocar nada de este inmueble por lo menos durante 5 años póstumos a su muerte y esos 5 años aún no se cumplen faltan...-, interrumpe el Hijo de Lázaro,-faltan solo 30 días para ello y si mal lo recuerdo también se dice en ese documento que si no tienen todas sus deudas pagadas este inmueble pasa a ser hipotecado y pues para que sufrir el mal trago de una hipoteca y que los echen de sus casas, mejor váyanse hoy y simplemente yo me encargare de todas las cuentas-, la madre de Antonio quien junto a su esposo el cual al igual que ella eran médicos de profesión interrumpe y dirige su voz hacia sus vecinos,-¡vecinos este hombre lo único que quiere es destruir su hogar y echarnos a la calle!-, regresa su mirada a el hijo de Lázaro,-además usted sabe que hemos hecho los respectivos depósitos y ya cada vez falta menos para finiquitar la deuda-,el hijo de Lázaro con aire arrogante y agresivo sujeta de la cara a la madre de Antonio y a su vez responde en tono sarcástico,-¿y usted Doctora podrá finiquitar la deuda de todos?-, casi al instante el Padre de Antonio empuja al hijo de Lázaro y lo golpea en la cara a lo que el mismo responde sacando su pistola y amenazando a todos y gritando,-¡nadie me toca imbécil, es más fácil que yo salga librado después de meterte un tiro en la cabeza a que tu salgas librado de esto...- justo antes de que accionara su arma se escuchan unos fuertes lamentos, en esos instantes todos dejaron de hablar y solo se limitaron a escuchar que era aquello y de dónde provenía.

De la ventanas salía un líquido rojo similar a la sangre, todas las puertas del edificio empezaron a azotarse, un extraño viento y muy potente tumbo boca arriba a todos los hombres trajeados incluyendo al hijo de Lázaro, en eso se escucha un lamento el cual dice,-¡váyanse y no vuelvan!, ¡todos morirán si no se van de inmediato¡, ¡váyanse!-, al término de la oración unos espectros aparecieron enfrente de todos volando y atravesando todo tipo de objetos. Los hombres trajeados salieron huyendo de miedo, el único que salió corriendo pero porque sabía que estaba en ese momento en inferioridad numérica fue el hijo de Lázaro, quien al entrar al coche  y desde su ventana logro ver a uno de los jóvenes controlando un aparato de creación de humo.