El libro Encantado, Campamento Verde (2)

Capitulo 4. A las 12:00 del medio dia

Eran las 11:30 de la mañana.

*Alpha*

   —¿A dónde vamos exactamente? —preguntó Judith.

   —Vamos a hacer la primera actividad, fuera del campamento hay una montaña apta para escaladores principiantes. Tranquilos, estaréis con la seguridad necesaria.

   —Que nos haya tocado la peor actividad es horrible, pero que encima tengamos que salir del campamento, no tenéis corazón—dijo Jordi.

   —¿Es así de negativo siempre? —susurró.

   —Bienvenido a nuestro mundo—dijo Edith.

*Beta*

   —Siguientes—dijo la monitora, se iban poniendo encima un flotador de color amarillo, por si hubiese alguna caída al lago.

   —Nosotros—dijo Marta V. iba con Marta O. de pareja en la actividad. Fueron las terceras en subir a la canoa, remaron hasta que llegaron con los demás.

   —Que sol, me estoy asando—dijo Marta O.

   —Yo también, ahora vendrá Clara y saldremos de la canoa.

   —¡Vamos equipo! ¡No nos rendiremos! Un equipo unido, ¡nunca se rendirá!—Gritó Anna C.

   —¡Ole Anna! —dijo Marta V. con una sonrisa.

   —Eskerrik asko “Gracias”—respondió con una feliz sonrisa.

*Delta*

    En la parte de arriba, había dos campos, uno de básquet y el otro de voleibol.

Los Delta estaban jugando un partido de voleibol, en una parte estaban Ana G, Amaia, Janira, Gemma y Laura B. Mientras que en la otra parte estaban Dalila, Malena, Doris, Marta F. y Jaba.

   —¡Tuya! —gritó Jaba.

   —¡Aquí va! —dijo Malena.

   —Amaia, ¡va hacia ti! —gritó Ana G. al ver la pelota.

   —¡Mía! ¡Janira!

   —Ahora sí que estáis perdidas.

   —¡Doris! ¡Te toca!—Dalila vio la pelota que iba directamente hacia la cabeza de Doris, pero ella no pudo y la pelota fue a parar entre los árboles, dentro del bosque.

   —Voy a buscarla.

   —Ves, ves… no me fio de ella—dijo Dalila.

   —Está haciendo lo que puede.

   —Lo que no entiendo es cómo es posible que la perdone, después de lo que hizo—dijo Jaba.

   —Como ya os lo he repetido treinta veces ya, estaba bajo el efecto de la magia del escritor.

   —Yo no estoy tan segura—dijo Dalila.

   —Mira que eres desconfiada.

*Gamma*

En la pista de básquet, cerca de la pista de voleibol, estaban los Gamma, jugando un partido de básquet.

   —¡Paula R. atenta! —gritó Sergi.

   —Ya estoy atenta.

   —¿Estabas observando a los Delta? —preguntó Yolanda.

   —Sí, Doris se está comportando de una manera algo extraña.

   —Ya sabes que antes estaba controlada por el escritor.

   —Mi bisabuelo lo hizo para lidiar con el dolor de perder a su hija, pero a cambio de eso… muchas personas han sufrido por eso…

   —No te preocupes, es comprensible…

   —Menos hablar y más actuar—dijo Nick mientras botaba la pelota mientras pasaba por su lado. —¡Adrià P! ¡Tuya!

   —¡Mía! —Adrià P. tenía la pelota y la encesto.

   —Muy bien—Nick choco su mano para felicitarlo.

   —Gracias.

   —¿Volvemos a hacer un partido?

   —¿Otro? —preguntó Paula R. ya cansada.

   —Aún nos falta para comer.

*Omega*

Justamente bajo las pistas, había otro espacio donde se podía jugar al golf.

   —¿A quién le toca ahora?

   —Te toca a ti Laura M. —respondió Ari.

   —Vamos equipo, que ganaremos—animó Paula B.

   —5 contra 5 ¿al golf se juega así? —preguntó Sandra.

   —Normalmente es individual, pero lo haremos a nuestra manera, tampoco pasa nada por hacer equipos—dijo Mindy.

   —Muy bien Laura M—animó Ari.

   —Me falta precisión, pero creo que no lo he hecho nada mal.

   —No, lo has hecho muy bien. Ahora le toca a la Mónica.

   —Ari, mira, ¿la bola que tiene Rick no te parece rara?

   —¿Por qué la esconderá?

*Xi*

Los del equipo Xi, cogieron unas bicicletas de alquiler, iban recorriendo el bosque, y subiendo la montaña que estaba fuera del campamento.

   —Txell—dijo Iván. La hizo parar ya que ella iba delante. —Ya sé que habéis tenido problemas en esta dimensión, pero, solo quería que supieras que no todos somos iguales y que aquella vez, nos tenían controlados.

   —Ya lo sé, pero cada vez que veo a las personas que fueron cruciales en ese momento… me pongo mala.

   —Ya no pasará nada de eso, será una semana para divertirnos y disfrutar de las actividades.

   —Antes de enfrentarnos a los otros equipos en la gincana de hoy.

   —No creo que empezamos hoy, he escuchado que…

   —¡Hey! Mira ¿Qué es esto? —preguntó bajándose de la bicicleta.

   —Parece una bola normal.

   —Es una bola blanca y brilla con el sol—dijo levantando la bola hacia el sol. El día apretaba y el calor se hacía notar mucho.

    —Será mejor que sigamos adelante, nos quedaremos atrás.

*Alpha*

Los Alpha ya estaban empezando la actividad, con el arnés subían y bajaban con la ayuda de un compañero.

   —Para hacer esta actividad, es muy importante confiar con vuestro compañero, ya que él o ella, puede hacer que caigáis o que lo hagáis sin problemas.

   —Ya es hora—susurró Jordi.

   —¿Ya están todas? —preguntó Nil.

   —Esperemos que sí, si no, no funcionará.

   —Judith no me dejes—dijo Edith.

   —Tranquila, te tengo cogida, sube hacia arriba.

   —De acuerdo.

   —A las 12:00 en punto—susurró Jordi, otra vez.

   —Ya casi has llegado—animó Judith.

   —Sí que estáis muy unidas—dijo Iris.

   —Hemos sido amigas desde siempre.

   —Un poco más, ya casi estas—animó Ot, que las vio muy animadas.

   —No pasa nada—susurró Nil.

   —Paciencia.




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