El libro Encantado, Campamento Verde (2)

Capitulo 12. El libro de la astrologia-astronomia

A las 11:00 de la mañana, Marta F estaba buscando a la Laura B. quien no estaba en su cabaña. Un mensaje por el móvil hizo que se parase para leerlo “Estamos en la cafetería”—Era la Marina.

   —¿Está Laura B? —preguntó. Todas negaron. —¿Dónde estará? — la siguió buscando.

En la cafetería parecía que ya se podían comportar mejor, ya que no había esa tensión, hasta algunos compartían mesa con los de esta dimensión.

   —¿Dónde están las demás? Janira, Malena, Marta F, Laura B, Yolanda y Mónica—preguntó Núria, quien todavía estaba convertida en un pájaro.

   —La Marta está buscando a la Laura y…—empezó a explicar Marta O.

   —Hablando de la reina de roma—dijo Jaba al verlas a las dos

   —¿Dónde estabas? La Marta te ha estado buscando por todas partes—dijo Paula B.

   —Sí, ya lo sé.

   —¿Sabes dónde estaba? Durmiendo. Cuando yo me he levantado se ha ido al baño y cuando he salido se ha vuelto a meter en la cama.

   —¿Ayer no pudiste dormir bien? —preguntó Núria.

   —Con el piano de ayer ¿no? —dijo Anna C.

   —Pero y las demás? Mónica, Malena, Janira y Yolanda ¿Dónde están?

   —Yo no las he visto—dijo Dalila. Todos se extrañaron que ninguno haya visto a ninguna de las cuatro. En medio del bosque, desorientadas, las cuatro estaban en el suelo, el sol no las dejaba dormir más.

   —Donde… ¿dónde estamos? —preguntó Mónica.

   —Que sueño más extraño he tenido… vale entonces, no ha sido un sueño, genial…—dijo Malena.

   —¿Sabéis lo que nos ha pasado? —preguntó Yolanda medio dormida.

   —Lo único que recuerdo, fue ver el piano paró de repente y supongo que nos dormimos, porque yo no recuerdo nada más—respondió Janira.

   —No estaremos lejos del campamento ¿verdad? Tenemos que volver—dijo Malena levantándose del suelo.

   —¿Y por dónde empezamos? Si al menos supiéramos donde estamos—preguntó Mónica ya levantada. —Estamos en medio del bosque.

   —¿Y si seguimos por este camino? Creo que veo una cueva por ahí—señaló Janira.

   —Vamos, no perdemos nada—dijo Malena. Las cuatro se pusieron en marcha, decidieron entrar en la cueva que vieron, ahí había algunos objetos interesantes. Un libro que brillaba al lado de un lápiz…

   —Este lápiz… ¿no es? —reflexiono, no le salía el nombre. —¡Es Plumblum! —gritó Yolanda.

   —Este libro parece muy antiguo—abrió por la primera página. —es del año 1.927, sí que es antiguo—dijo Malena.

   —¿Que pone? A lo mejor nos puede ayudar a salir de aquí—dijo Mónica. Las cuatro se pusieron alrededor del libro y lo empezaron a leer.

   —Cada 125 años, el 27 de julio, recibimos la visita de un cometa, donde altera la luna y la multiplica en cuatro partes con diferentes colores, negro, azul, rojo y plateado. En cualquier caso, no pasara nada si solo dejamos que fluya con naturalidad, pero está la posibilidad de poder ir a otro mundo con el ritual de las cuatro lunas, la noche del 27 de julio—leyó.

   —Podemos volver a casa, a nuestra dimensión

   —No sé yo, creo que este libro lo quiere alguien más.

   —Ese señor, Lorgio, seguro que está detrás de todo esto, todo lo que nos ha pasado seguro que es culpa suya.

   —De todos modos, aquí hay una advertencia—siguió leyendo. —Aunque el ritual puede ser practicado por cualquier persona, solo hay una clase de persona que puede realizarlo con éxito, me refiero a los descendientes de los magos y magas que han creado los cuatro portales.

   —Los descendientes de los magos que… ah, o sea Miriam ¿no? Ella es descendiente del autor, que, a la vez, fue el mago que creo el portal del libro—dijo Yolanda.

   —¿Cómo te acuerdas de eso? —Preguntó Janira.

   —Tengo buena memoria.

   —Hoy es 27 de julio, si queremos salir del libro debemos hacerlo hoy o esperar a que se nos presente otra oportunidad—dijo Mónica.

   —Bueno, nos queda tiempo hasta las 23:30, aquí dice que es la hora aproximada que pasara el cometa—dijo Yolanda.

   —Chicas, creo que viene alguien—dijo Malena girándose hacia el sonido.

   —Esconderos—susurró Mónica.

   —El lápiz y el libro nos lo llevamos—dijo Janira cogiéndolos. Dos chicos iban directamente hacia la cueva mientras hablaban entre ellos.

   —¿No crees que se está pasando un poco? —Preguntó Nick.

   —No te rendirás ahora ¿no? —dijo Jordi.

   —¿Por qué lo tenemos que hacer?

   —Ella quiere cruzar el portal para volver a su mundo, no hay nada de malo.

   —¿Solo ella? ¿Y tú?

   —Yo estoy bien aquí, nací aquí así que no tengo ningún problema.

   —¿No es raro que no nos haya explicado todo su plan?

   —Mira, no sé por qué te ha escogido a ti como miembro de nuestro equipo, pero está claro que confía en ti, así que ve a buscar el lápiz que yo te espero aquí, quiero enviar un mensaje primero.

   —Está bien, ahora vuelvo—Nick entró en la cueva, pero no vio el lápiz por ningún lado. —¿Y el lápiz?

   —No me lo puedo creer—susurró Malena.

   —Malena, no, no salgas—susurró Mónica al verla salir.

   —Es increíble ¿Cómo puedes estar de parte de ellos?




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