El libro Encantado, Campamento Verde (2)

Capitulo 14. El plan para el eclipse

16:08 de la tarde, todos estaban reunidos en el centro del campamento, cerca del reloj del cielo.

   —¿Que has querido decir?

   —Sabía que todavía era mala—dijo Dalila.

   —¿Cómo puede ser?

   —¿En serio lo preguntas? —preguntó Paula R.

   —Eres muy ingenua Gemma, yo siempre he sido así, mi tío me crio así.

   —¿Quién es tu tío? —preguntó Marta V.

   —Lorgio.

   —No puede ser…

   —Con razón eres así de malcriada—dijo Paula B.

   —Hey! Chicos! Hoy es la última noche que nos podemos quedar—gritaron Mónica, Janira, Yolanda y Malena.

   —Pero ¿Por qué lo dices?

   —¿Dónde estabais? ¿Qué está pasando? No entiendo nada.

   —En este libro lo explica todo—dijo Malena quien tenía el libro en sus manos.

   —Doris no ha cambiado.

   —Miriam, esto es tuyo—Le dio el lápiz mágico, Plumbulm.

   —¡Plumblum! ¿Dónde estaba? —Miriam se alegró mucho y Doris le entraba la rabia por dentro.

   —Estaba en una cueva—dijo Janira.

   —¿Cómo han podido cogerlo? ¿Me lo podéis explicar? —Se enfadó y le gritó a Jordi, quien estaba a su lado.

   —Ah y que no te engañe, Nick no es lo que tú crees—lo señaló. —Puede parecer un buen líder, pero está de parte de ellos—dijo Malena.

   —¿Nick?

   —Es lo que intentaba decirte hace un momento…

   —Ya está bien de tonterías, el eclipse estará a punto de salir.

   —Son las 16:10 de la tarde.

   —Faltan seis minutos para que se haga de noche.

   —¿Como que seis minutos? No es posible—dijo Marta V.

   —Sí que es posible, si haces el conjuro adecuado—dijo con el libro abierto. —Avanzara el tiempo con la cronoquinesis.

   —Ya no hay nada que me pueda parar.

   —Pero ¿Qué quieres conseguir con eso? —Preguntó Gemma

   —Quiero lo mismo que vosotros, volver a mi mundo con mi tío.

   —¿Cómo habéis llegado hasta aquí?

   —Eso pregúntale a tu bisabuelo—Miriam agachó la vista. —Seguro que piensas que es el mejor, pero no lo es.

   —Yo nunca he dicho que sea el mejor, sé que ha cometido errores, pero yo no soy responsable de sus actos, lo siento mucho, pero yo no soy él.

  —Me da igual—Ya eran las 16:16 que rápidamente se convirtieron en 22:22 de la noche, por el conjuro, unas frases que se las aprendió para este momento.

   —Ya son las diez de la noche.

   —El cometa pasara a las 23:22—dijo Janira.

   —Otra cosa que os quiero decir, gracias por darme las dos únicas cosas que me faltaban.

Gemma tenía el papel en su bolsillo de detrás y Miriam tenía el lápiz en la mano, pero Jordi y Andrea los cogieron rápidamente. —¡No!

   —Doris, vamos a hablarlo, seguro que hay otra solución.

   —No hay otra forma, he estado aquí mucho tiempo. Quiero volver a mi casa.

   —Si no lo hacemos nosotros, nos quedaremos aquí durante mucho tiempo—susurró.

   —Doris, esto ha sido demasiado—dijo Nil, asombrando a todos. Rick, Guillem y Mariona lo apoyaron.

   —Esto no está bien, podremos encontrar otra solución—dijo Nick.

   —¿Que ha sido ese sonido? —preguntó Adrià P.

   —¡Es el alce de dos colores! ¡Moriremos todos! —dijo Rick.

   —Pero eso no puede ser, pero si me lo invente—dijo Tom.

   —¿Como? Ya te vale.

   —Yo ya lo sabía—dijo Marina. Paula R levantó una ceja.

   —Pero si no existe, como es posible que…—Miriam toco su brazo, en la herida, no era un pinchazo normal. —Me ha sacado sangre.

   —¿Cómo? —todos estaban con los ojos como platos.

   —La chica de mi sueño, ¿¡eras tú!?

   —Ya hora te das cuenta? Mira que llegas a ser lenta.

   —Por eso Nick…—se acercó a él. —Tú lo sabias, ¿por eso me preguntaste como estaba?

   —Quería saber si estabas bien.

   —Déjame, no me toques.

   —Miriam…

   —¿Tiene tu sangre? Ahora sí que estaremos aquí atrapados—dijo Mónica. El tiempo pasaba y la tensión aumentaba, ya eran las 22:46 de la noche.

   —“El alce de dos colores apareció entre nosotros, con la rabia y la desesperación que tenían algunos campistas, el alce poco a poco tenía más negro que blanco”—escribió. —No os queda mucho tiempo.

   —Jordi, ¿tú la apoyas? ¿Por qué? —preguntó Nil.

   —Al final he decidido salir de esta dimensión, nos iremos los dos—Dos pájaros aparecieron de la nada, dispuestos a coger el lápiz brillante, volaron directamente hacia ella, de un lado a otro.

   —Esos pájaros no son… ¿Núria y Madeleine? —preguntó Cristina.

   —Pero ¿qué hacen? Las mataran—dijo Laura M. Los pájaros la molestaron, pero no llegaron a coger el lápiz, ni lo pudieron tocar.

   —“Se paralizó el tiempo para excepción de Jordi, Andrea, yo y los de TEI”—escribió.

Todos se paralizaron en el tiempo, menos los que escribió.

   —Que…

   —Esta es una muestra de mi poder—dijo apretando el lápiz con fuerza.




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