El libro Encantado, Eleftheria (1)

Capitulo 11. Las sospechas

Ya eran las 18:00 de la tarde, Eli salió de su casa para ir a la quedada que había hecho con la Paula R, la Dalila y la Sandra. Cuando cerró la puerta para irse, vio una gran multitud de gente decorando la plaza del ayuntamiento.

   —¿Que pasa hoy? ¿Qué hay alguna fiesta?

   —¿No te lo ha dicho tu madre? —preguntó una señora, Eli negó con la cabeza. —Hoy celebramos los 125 años del pueblo.

   —¿125 años? Por cierto, ¿por qué lo decoráis ahora?

   —Es la tradición, siempre se decora a las 18:00, a media tarde—la señora se alejó, algo ofendida por no saber la tradición.

   —125 años… ¿hemos estado aquí todo este tiempo? —se preguntaba mientras iba de camino a la quedada. Detrás del ayuntamiento, era una especie de centro comercial de una sola planta.

   —Sí que has tardado, la película empezara en 10 minutos—dijo Paula R.

   —Ya lo sé, lo siento, es que estaban decorando la plaza y… ¿sabíais que este pueblo hace 125 años que está construido?

   —¿125? Eso significa que lo construyeron… en el año 1.893—dijo Dalila.

   —Primero el desmayo de Gemma, luego el reloj, el comportamiento más extraño de la gente, los ojos de la profesora de baile, el borrón de memoria de Malena y las misteriosas obras que no se han llegado a hacer—resumió Sandra. —¿Entendéis que no tiene ningún sentido todo esto?

    —Oíd chicas, no me he gastado 7,99 para no ver la película, así haremos una cosa, vamos a verla, tranquilas y relajadas, y luego, con las ideas claras, nos puede salir alguna inspiración, hasta podemos coger algo de la película.

   —Paula, no ayudas—dijo Eli. —Hasta me parece que todo el mundo nos mira a cada paso que damos.

   —Yo también siento eso—dijo Dalila. —Pero es que encima, no disimulan muy bien, este medio día estaba yendo a clase para el repaso de mates y…

   —¿Necesitas clases de mates?

   —Chica, pareces tonta, claro que no, yo soy la maestra. Las mates querida amiga, son mi pasión.

   —Totalmente cierto—respondió Sandra. Toda la gente que esperaba fuera del cine, empezaron a entrar. —¿Cómo se llamaba la película?

   —Verano17, el destino de los héroes—le respondió Paula. —Trata de héroes, a lo mejor nos da alguna idea.

   —Que no falte la fantasía. Claro…

Esa película iba de un grupo de diez amigos que, después de presenciar algo inesperado, nada volvería a ser igual, pues cada uno desarrollaría sus poderes y con ellos, sus consecuencias. Después de una hora y cuarto que duró la película, salieron de los cines a las 19:27.

   —Ha sido muy buena, ya tengo ganas de ver la segunda parte.

   —No ha estado mal…—respondió Sandra.

   —Hey, todos están aquí—dijo Dalila al ver que casi todo el grupo de clase estaba presente en ese centro comercial. —Hola Anna C.

   —Hola a las cuatro, ¿habéis ido al cine?

   —Sí, no ha estado mal, creo que hasta veré la segunda parte—Dalila y Eli se sentaron con ellas mientras las demás iban de tienda en tienda a comprar ropa, accesorios y más.

                Esa tarde hacia un ambiente cálido, no era normal porque todavía era invierno. Paula R y Sandra salieron de una tienda bien cargadas de bolsas.

   —Madre mía, ahora estoy pensando… no sé si me cabra todo en mi armario—dijo Paula dejando las bolsas en el suelo.

   —Creo que nos hemos pasado—Sandra dejó sus bolsas mientras veía de reojo que mucha gente las estaba mirando, pero no era una mirada y ya está; parecía como si las analizaran. —Oye Paula, ¿no te parece que la gente nos está mirando mucho? —susurró observando a su alrededor.

   —Creía que era la única, yo también los veo, me dan escalofríos con tan solo de pensarlo.

   —Vámonos de aquí—dijo Paula cogiendo sus bolsas otra vez.

   —Tengo una idea, paseamos por todo el centro comercial.

   —Que gran idea…—respondió riéndose. —Ah espera, no es una broma, ¿lo dices en serio? Sandra, ¿lo dices en serio?

   —Vamos—Paula y Sandra cogieron sus bolsas y caminaron por todo el centro comercial, siendo el centro de atención de todos. —Veo que todos llevan algo rojo puesto.

   —¿Eso es en lo que te fijas? ¿Te has parado a pensar en las miradas que nos echan? Como si nos mataran con la mirada.

   —Cuando diga tres corre—Sandra iba más rápido, y cogía a Paula del brazo.

   —¿Como?

   —¡Tres! ¡Corre! —Las dos empezaron a correr, dando la vuelta a todo el centro comercial, con las bolsas en las manos y en los brazos, hasta llegar donde estaban los demás, pero antes de llegar, chocaron con el hombre extraño y misterioso.

   —El 1 y el 2 te los has saltado porque puedes ¿no? Me acabo de hacer una paranoia increíble…

   —¿Os habéis hecho daño?

   —Tenía que ser usted, Paula levanta, a ver señor, ya tenemos un gran problema como para que usted siempre este en medio ¿Quién es y porque nos está siguiendo a todos? —Sandra se levantó mientras hablaba enfurecida. Los demás se acercaron a la conversación.

   —¿Alguien sabe latín? —Nadie contesto y algunos negaron con la cabeza. —De acuerdo, os lo diré. Mi nombre es Plumblum.

   —¿Plumblum? —Miriam recordó un momento de su vida al escuchar ese nombre. Estaba en su casa, su padre se estaba yendo de casa. —Padre, ¿de verdad tienes que irte?

   —Si hija, necesito encontrar a una persona, es imprescindible que la encuentre.

   —¿Quién es?

   —Su nombre es Plumplum, ¿sabes lo que significa? —Miriam negó con la cabeza. —Significa… lápiz.

En ese momento no le dio importancia ya que no lo conocía, pero ahora, al escuchar su nombre, sabía que él era el hombre que su padre buscaba con tanta desesperación.

   —Eres tú, eres la persona que mi padre quería encontrar.

   —¿Por qué te persiguen? —preguntó Cristina.

   —Porque tengo el poder de cambiarlo todo.



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En el texto hay: secretos, libro magico, recuerdos borrados

Editado: 23.03.2021

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