Mathias se metió las manos en los bolsillos mientras entraba al local de comida tailandesa. Era pequeño al ser un local callejero, pero se veía notablemente acogedor. Si estaba allí era sencillamente porque fue él el que perdió en el juego de piedra, papel o tijera. Ahora le tocaba acompañar a Peter en su plan de conquista. O así es como él lo prefirió llamar.
—Esto debe ser lo único arriesgado que te he visto hacer por una chica. Esa pelinegra realmente te ha pegado fuerte —dijo mientras se sentaba en una de las mesas pegadas a la pared.
Peter sonrió burlón.
—Cuando la conozcas entenderás porque es que me gusta.
—Lo cual es curioso porque, ella no sabe que le gustas. ¿Por qué estás aquí de encubierto?
Peter fue a contestar, pero se calló al ver a la hermosa pelinegra de cabello rizado entrar al local. Iba con otra chica a la que nunca había visto y le pasó directo sin siquiera verlo. Cosa que agradeció.
Mathias se quedó boquiabierto. Era la primera vez que veía a Peter realmente cautivado por una chica. «¿Debería tomarle una foto y enmarcarla para dársela a los chicos?» pensó mientras alzaba la vista y miraba disimuladamente hacia la mesa donde las chicas se sentaron.
—Quiero descubrir si realmente va a verse con un chico —fue la respuesta inesperada de Peter.
Mathias se quedó viéndolo sin estar seguro si reír o simplemente reír aún más fuerte.
—¿Acabas de escuchar lo que has dicho? —preguntó.
—Escuché que se reuniría con un ex compañero de escuela. Solo quiero saber si es cierto. Los rumores dicen que fueron pareja.
—¿Y no era simplemente más sencillo preguntarle?
—No —fue la tajante respuesta de Peter antes de que girara su rostro para ver a la pelinegra riendo.
Mathias tomó la tarjeta de comida y negó lentamente.
—Solo espero que sepas lo que estamos haciendo. Espiar es ilegal.
—En caso de caer presos, tu compañía puede sacarnos.
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—¿Cómo has pasado la noche? —preguntó Leonor Wills en el desayuno.
Lissie tragó la batida de frutas y sonrió para la mujer.
—Estuvo mejor de lo que pensé. Me preocupaba que al estar en un cementerio estos decidieran invadir mi mente.
—Oh, querida, supongo que mi hijo ya le habrá dicho que toda el área está protegida. No debes de preocuparte por los fantasmas que rodean el lugar.
—Algo me ha dicho —admitió mientras volvía a beber de su batida.
—Espero que mi hijo te enseñe los lugares de la casa. Estarás una semana con nosotros y no creo que vaya a estar él todo el tiempo a tu lado —dijo.
—Descuida, ya hoy nos pondremos a ello. Tampoco es que vayamos a ser ese tipo de pareja.
«Aunque en estos momentos no me molestaría en serlo» pensó con claridad para que el chico a su lado escuchara.
—Mama, todo a su debido tiempo. Por supuesto que Liss conocerá cada parte de la casa. Eso no será tan rápido. Y por ahora no planeo dejar a mi chica sola, así que… —no terminó de decir nada porque se llevó un pedazo de bacón a la boca.
—Comprendo hijo y ¿ya han pensado fecha para la boda?
—No —fue Lissie quien contestó y alzó la vista hacia Leonor—. Y tampoco tengo prisa para escoger. Kyler y yo estamos prometidos, sí, sin embargo es más para hacer esto “oficial” no porque sintamos prisa por casarnos. Si por Kyler fuera estaríamos solo conviviendo.
Kellan rio por lo bajo con la sinceridad de la chica.
Sabía que eso era una falsa, pero la conexión que su hijo y ella tenían era innegable. Se llevaban bien. Quizás ella no lo quería, pero tampoco su hijo le era indiferente.
—Vaya… no me lo esperaba —dijo Leonor mientras tomaba la copa llena de agua. «¿En serio está tomando agua en copa?» pensó Lissie.
—Ella está en lo cierto. Aunque, entiendo que en un futuro si estamos casados nos ayudaran como clarividentes.
—Deberían pensar en que la boda sea pronto. No se sabe lo que pueda pasar mañana.
Lissie alzó un poco la vista para encontrar la fría mirada de Leonor Wills sobre ella. No se intimido en lo más mínimo y continúo con su desayuno. Descubrió que el hermano gemelo de Kyler no estaba ahí. Lo cual le hacía preguntarse. «¿Qué estaría haciendo él en el bosque?»
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—Kyler —lo llamó Lissie cuando pensó que estaban lo suficientemente alejados de la casa.
—Puedes preguntar lo que desees. Estamos seguros aquí.
—¿Tu hermano no estará por aquí? —preguntó viendo hacia alrededor. Lo único que veía eran lapidas y arboles—. Es un cementerio realmente gigante —notó.
—Te diría que perteneció a nuestros ancestros —Lissie lo miró curiosa—. Pero sería mentira. Realmente no perteneció a mi familia.
—¿Por qué tus padres terminaron viviendo a mitad del bosque sobre un cementerio? Y por favor no me digas que es porque tu madre es clarividente.