El Llamado A La Luna

Día de risas

Mis ojos se abren inconscientemente. Cuando mi vista se acostumbra a la luz puedo observar la iluminada habitación en la que me había quedado toda mi estancia aquí, pero esta vez hay algo diferente. Siento un peso en mi cintura, al bajar la mirada veo un musculoso brazo rodeandome y como una caliente respiración choca contra mi nuca

》¡¿Pero que esta pasando?!¡¿Quien es?!《

Comienzo a ponerme bastante nerviosa. Lentamente giro mi cuerpo para no despertar a quien quiera que sea el que esté a mis espaldas. Me paralizo al encontrarme a un Darent durmiendo profundamente, mis mejillas no tardan en teñirse de color carmesí. Al verlo tan tranquilo me llegan unas cosquillas algo molestas al estómago

Siento muchas ganas de tocarlo, pero no se si sea lo correcto o solo es el la vergüenza de que se valla a despertar y me vea haciendo ese acto. La necesidad le gana a la razón y levanto mi mano hasta posicionarla en su mejilla. Mi piel entra en contacto con la suya, es bastante suave y no tiene ningún rastro de barba. Mi mano viaja por toda su cara, sus cejas despobladas, sus cerrados párpados, su perfecta nariz ,y por último, sus carnosos labios, ni muy pálidos ni muy rosados y suaves

Me llega el recuerdo de cuando estaba encima de mí, besandome con tanta dulzura, acción que me gustaría repetir

》¡¿Que rayos estoy pensando?!《

Por un momento sentí como el alma se me salía del cuerpo al ver esos claros ojos observandome con las pupilas bastante dilatadas. ¿Acaso estaba fingiendo estar dormido?. Sin duda su mirada me parece bastante atrapante...y admito que también atractiva. Despierto después de quedarme embobada y quito mi mano de su cara, pero él la toma y la vuelve a colocar en la misma zona de antes

-No te detengas...por favor-

Su ronca voz me hipnotiza, es como si mi cerebro no funcionara bien cuando estoy cerca suyo. Observo como vuelve a cerrar los ojos cuando le doy una muy leve caricia en su mejilla izquierda y escucho suspiros de su parte. Su brazo aún sigue sobre mi cintura y cada vez me atrae más hacia su cuerpo

-Antes de que se me olvide, ¿Que haces aquí?- pregunto parando con mis movimientos

-Supongo que dormir-

-Me refiero a que haces en esta habitación-

-Es mi habitación, te dejé aquí para que tuvieras espacio y no te sintieras incómoda. Pero sinceramente me cansé de dormir en el sofá de mi oficina-

-Ya veo-

Es lo único que respondo. Poco a poco intento levantarme sin resultados ya que escucho un gruñido proveniente de él y con tan solo su brazo izquierdo me pega a su cuerpo dejando mi cara a centímetros de la suya

-No, solo un rato más-

Pide como si fuera un niño pequeño cuando su madre le dice que es hora de irse del parque

-Darent, tengo que ir al baño-

A regañadientes retira su brazo, por lo que yo me levanto de la cama y camino hasta el baño. Me miro en el espejo y observo todos mis desastres. Mi pelo está hecho un nudo, las pequeñas ojeras en mis ojos se notan muy poco pero ahí están y mis labios están algo secos. Mojo mi cara con agua fresca para despertarme por completo y lavo mis dientes con un cepillo que Catalina muy amablemente me dio, peino mi cabello dejándolo liso y desenredado

Salgo del pequeño baño encontrándome a Darent en boxers, parado junto a la cama y dándome la espalda. Observo como se estira haciendo crujir algunos de sus huesos y dándome un espectáculo de su hancha espalda. Se da la vuelta mirando en mi dirección pero yo solo finjo que acabo de salir

-Sobre la cama hay ropa que Catalina acaba de traerte-

-Gracias-

Tomo la ropa y me vuelvo a meter al baño para cambiarme. Me coloco los pantalones de algodón ajustado color negro, unas zapatillas blancas, una remera a rayas y encima un buzo azul marino con la palabra "New York" en medio. Una vez más me miro en el espejo, revisando que la ropa me quede bien. Nunca he sido muy femenina pero tampoco he exagerado para parecerme un hombre. Catalina tiene un muy buen ojo para saber mis gustos sin siquiera contarselos

Abro la puerta para salir hacia la habitación encontrándome a Darent ya vestido y esperándome junto a la puerta. El me da una linda sonrisa, ojalá pudiera verla todos los días si es que no está de mal humor. Me toma de la mano y me guía por los pasillos hasta llegar al comedor donde hace que me siente a su lado. Al pedir el desayuno me quedo pensando mientras miro el plato con huevos revueltos. Menos mal que Blake no está aquí, sino sería bastante incómodo

-¿Sucede algo?-

Escucho la voz de Darent

-No, estoy bien-

-Estas pensando en lo de anoche-

Eso sonó más a una afirmación que una pregunta

-No-

-No sabes mentir mi luna-

Suspiro y termino de comer. Me levanto dispuesta a ir hacia la puerta principal para salir a tomar un poco de aire

-¿A donde vas?-

-Tengo ganas de salir a caminar y explorar tu "manada" un rato- le digo y continuo caminando

-Cloe-

Me detengo para escuchar lo que me tiene que decir. Al girar mi cuerpo lo veo parado frente a mi por lo que tengo que subir la cabeza para mirarlo a la cara. La sorpresa se muestra expresada en mi rostro por su inesperado abrazo, las molestas cosquillas reaparecen en mi estómago y el corazón me comienza a latir rápidamente

-Por favor, prometeme que volverás antes de la noche-

Me sorprende su acción e palabras, pero de cierta manera me hace sentir que le importo y un reconfortante calor en el pecho

-Esta bien, lo prometo-

Se separa un poco de mi para darme un sonoro beso en la frente a lo que me sonrojo demasiado. Es increíble las sensaciones que me hace sentir este hombre. Me alejo de él para ir hacia la puerta principal y salir. Hoy no hace tanto frío como los días anteriores pero si hay una leve brisa

Comienzo a caminar mirando todo a mi alrededor. Las pequeñas casas rústicas son habitadas por cualquier clase de gente, desde niños pequeños con sus padres hasta ancianos. Voy tan concentrada que no me doy cuenta de que choque con alguien




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