El Llamado de la Sangre

Capítulo 11

Oriana

Hoy la mañana pasó rápido, no he tenido ningún inconveniente hasta ahora y espero que siga así. Todo el día he tenido la duda sobre la conversación que tuvieron Nath y el profesor Andrew, no creo prudente preguntarle a él, porque no voy a llegar y decirle "Buen día profesor. ¿Usted podría decirme de que hablaba con mi hermana". Definitivamente no, esperaría para preguntarle a Nath, a lo mejor si la soborno con algún dulce u otra cosa me diga.

Ahora estamos yendo al comedor, tengo el presentimiento de que algo va a pasar, Dani ha estado tenso desde que vió a Joshua, esto va a ser muy incómodo.

—Ori ¿me puedes traer un postre? —me dice Dani con un puchero— Sabes que la cocinera no me lo va a dar así le suplique.

—Daniel, sólo le tienes que decir "Me puede dar un postre, no es para mi, es para ese de allá"  —dijo Sophie imitando su voz en la última frase— A lo mejor se lo cree y te lo da.

—Sophie, no ayudas, sabes que es capaz de tirarme el postre a la cara —dijo con una mueca— Aunque, pensándolo bien, eso empezaría una guerra de comida y no nos podrían decir nada porque ella fue la que empezó.

—Ya, dejen las tonterías —dije antes de que hicieran algo— Voy yo y punto.

—Está bien, mandona —dijo Daniel entre risas— Pero apúrate que se acaban.

—Cállate Graham —le grité algo alejada de ellos y le saqué el dedo corazón— Después no te quejes si no te traigo nada.

Caminé animada hasta la cantina y saludé amable a la señora Beatriz. Soy la única que sabe su nombre y nos llevamos de maravilla.

—Hola Bea ¿cómo estás? —le dije con una sonrisa— Vine otra vez porque Dani quiere un postre y sabes el miedo que te tiene.

—Hola mi niña, estoy muy bien, y mucho mejor ahora que viniste a saludarme —dice y me regala una sonrisa, pero poco a poco se va desvaneciendo por una mueca triste— Sé que soy vieja, pero tampoco es como para que me tengan miedo. Ese niño es muy tonto, así venga a pedir lo que quiera no le voy a hacer nada.

—Si Bea, de lo que se pierde —le dije con una sonrisa comprensiva— Estoy segura de que si supiera como eres estaría aquí metido todo el día.

—Entonces que bueno que me tiene miedo —dice soltando una risita— No creo poder aguantarlo tanto tiempo. Ahora toma el postre que te deben estar esperando.

Le agradecí y me encaminé de nuevo a mi mesa, pero gran sorpresa me llevé al escuchar los gritos de Daniel y Joshua, sabía que toda la tensión que tenían acumulada iba a explotar tarde o temprano. Preferí quedarme un poco alejada del lugar, esto podía terminar en golpes y no quiero estar cerca de allí si eso pasa.

—¡SABES QUE NO ME FUI PORQUE QUISIERA DANIEL! —escuché que le gritaba Joshua— ¡ERA URGENTE!

—¡Y TÚ SABES QUE YO NO TENÍA NINGÚN INCONVENIENTE CON ESO! —dijo Dani rojo de la ira— ¡PERO NUNCA VOLVISTE A CONTACTARME, IMBÉCIL!

—¡CLARO QUE LO HICE DANIEL! —le decía Joshua a punto de llorar— ¿Por qué nunca me atendiste? —dijo susurrando y empezó a llorar.

Joshua salió corriendo del comedor y en ese momento decidí intervenir.

—Ya Dani, tranquilo —dije y le entregué su postre— Ahora come el postre y después piensa como arreglar tus problemas con Joshua, alguna solución debe haber.

—Gracias Ori —dijo secándose las lágrimas que le corrían silenciosamente por las mejillas— Te quiero.

—Yo también te quiero Dani —dije y fuí interrumpida por el sonido de mi celular.

Les pedí disculpas a los presentes y atendí la llamada de Michael.

—Hola Michael ¿cómo estás? —dije con una sonrisa, es raro que me llame estando en el instituto.

—Hola enana, estoy muy bien ¿y tu? Necesito que me ayudes en algo.

Con esta última frase mi sonrisa se fue borrando hasta quedar en una mueca de confusión.

—Bien, ¿en qué te puedo ayudar?

—Pues te voy a contar, discutí con Nathalie y me dijo que no la fuera a buscar hoy, estaba muy enojada y nunca la había visto así. Quiero llevarla a cenar o algo así para que me perdone, pero como tú la conoces mejor que yo me podrías ayudar ¿Verdad? 

Esto es muy raro, ellos nunca habían sido de los que pelean, mucho menos por algo serio.

—Claro que te voy a ayudar —dije segura de lo que decía, no pude aguantar la curiosidad y le dije— Pero, ¿por qué pelearon? —apenas lo dije me arrepentí y traté de corregirlo— Claro, si se puede saber.

—Me puse celoso del imbécil de tu profesor. El nuevo.

Con que es por eso, Michael nunca había sido celoso, o al menos no hasta el punto de empezar una pelea por eso. Aleje un poco el teléfono de mi oído y le pregunté a Neithan si podíamos quedar otro día, cosa que comprendió y aceptó.

—Okey —dije con una sonrisa y dejé salir una risa entre dientes— Ven a buscarme a la salida y te ayudo. Eso si, avísale a mis padres, aunque dudo que me regañen por ir contigo —justo en ese momento sonó el timbre que anuncia que debemos volver a clases— Ahora te dejo que debo ir a clases.

Escuché que se despidió y colgué, no puedo llegar tarde a la clase de química, el profesor es bastante estricto y si llego tarde lo más seguro es que no me deje entrar.




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