El Llamado de la Sangre

Capítulo 27

Parte 1

Oriana

 

Habían  pasado 3 semanas desde mi encuentro con Luke, y esas 3 semanas sí que habían estado raras, empezaron a hallarse animales muertos en el bosque, varias noticias sobre cómo las mascotas de las personas del pueblo las habían atacado violentamente de forma repentina, entre otras cosas; ya Michael había logrado comunicarse con nosotros, después de mi encuentro con Luke al día siguiente se comunicó con Nath y le pidió disculpas por no haberse comunicado antes, lo que pasó es que el avión había tardado en aterrizar por complicaciones del sistema,  y cuando estuvo en tierra se había perdido la maleta que llevaba, ya después que la consiguió fue al hotel donde pasaría los próximos 2 meses y el lugar no tenía señal, o sea un total desastre, pero no todo es malo,  en esas 3 tres semanas Neithan y yo hicimos oficial nuestra relación, todos nos felicitaron pero Ali se veía algo afligida, le pregunté y me dijo que tenía problemas en su casa,  eso me alarmó, su padre era algo eufórico cuando se molestaba, jamás se atrevería a ponerle un dedo encima a ella y a su madre, pero de todas formas no me confiaba, también Nath y yo nos volvimos más cercanas a Samuel, al principio fue raro ya que nos lo habíamos encontrado en un parque de diversiones, solo lo invitamos a que se sentara con nosotras en un pequeño banco en el que estábamos y después de un rato disfrutamos del parque, de ahí empezamos a salir más seguido y relacionarnos más con él, en las salidas se me hacía graciosa la forma en la que me trataba, como si fuera su hermana pequeña, tampoco me pasaban desapercibidas las miradas que se lanzaban él y Nath, aunque ella tratara de disimularlo y de negarlo lo miraba de una forma intensa y él a ella, me parecía tierno y gracioso.

 

Era sábado y había decidido pasar el día con Samuel, me había invitado a comer y no me iba a negar, comimos hamburguesas y después fuimos por helado.

 

—¿De qué lo quieres?—me preguntó sacando su billetera, vi los helados que estaban en la barra había de chocolate, Vainilla, fresa y.... ¡Banana Split! En serio se veía tentador pero estaba algo caro, no quería poner a gastar a Samuel por un simple antojo mío.

—Mmm de vainilla —me miró con una ceja encarnada, no me creía. 

—¿Es todo? —asentí— ¿No quieres algo más? —negué, entrecerró los ojos y luego se volvió hacia la vendedora— Dame un helado de torta suiza, y un Banana Split para la señorita.

 

Me sorprendí por lo que pidió, iba a protestar pero el señor Andrew ya había pagado, salimos de la tienda y empezamos a caminar, él se comía su helado y yo veía el mío debatiendo entre si comérmelo o dárselo a Samuel.

—Oye, ¿si sabes que si no te lo comes el helado se va a derretir? —hablo sacándome de mis pensamientos.

—¿Por qué pidió este? Le había dicho que quería de vainilla.—Seguíamos caminando hasta que llegamos a un parque y nos sentamos en unos bancos.

—Cuando llegamos a la tienda vi que veías ese helado con un brillo en tus ojos —rió—. Parecías una niña pequeña cuando lo viste así que lo compré.

—Sí pero...

—Oriana cómete el helado, además yo te invite ¿recuerdas? —asentí.

Empezamos a hablar de cosas triviales, Samuel podía ser gracioso, serio, sarcástico y malhumorado al mismo tiempo.

—En serio eres como Ares, un cuadripolar —reí por lo que dije y más por su cara de no entender lo que dije

—Primero que nada esa palabra no existe Oriana, segundo, ¿cómo que cuadripolar?

—¿No lo notas? —hizo un gesto de confusión dando a entender que claramente no—. Puedes transmitir varias emociones a la vez, hace un momento eras gracioso, pasaste de serio  a sarcástico y de sarcástico a mal humorado —rodó los ojos y se dispuso a comer de mi helado (había decidido compartirlo con el). 

 

—Entonces —me acomodé en el banco subiendo mis pies y cruzándolos, me giré un poco para tenerlo de frente, Samuel me observó de forma tierna    por lo que hice,  hubo un momento en que su mirada se perdió pero luego  volvió a la normalidad— ¿Qué lo trajo a este hermoso pueblo señor Andrew?

—Me ofrecieron un trabajo donde pagaban bien y me gustan los lugares       donde hay naturaleza —comí más helado y Samuel me daba las fresas, al parecer no le gustaban y me las dejaba todas a mí.

—¿Es todo? —Me miró sin comprender— ¿Sólo eso? ¿Que le ofrecieron un trabajo con buena paga? —Samuel rió por mi cara de incredulidad.

—¿Qué más quieres que te diga? —dijo riendo, en serio su sonrisa era hermosa.

—No lo sé, esperaba algo más poético —frunció el ceño—. Ess que tienes una forma de  mirar las cosas y a las con tanta intensidad, aparte de que tus ojos son realmente hipnotizantes, es como  si quisieras decir algo con tu forma de mirar, pero después eso se va y vuelves a tener tu cara neutra, sin expresión alguna haciendo parecer que nada te importa, así que creí que había otra razón aparte de la buena paga —me observó por unos instantes serio, analizando lo que dije—. Viste ahí está —señalé su cara, Samuel soltó una carcajada por  mi acción y al ver que hice una mueca de confusión rió más.

—En serio estás loca —abrí la boca y alce mis cejas en forma de asombro—. Cierra la boca hay moscas—siguió riendo y golpee su hombro—. Auch, tienes fuerza.




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