El Llamado de la Sangre

Capítulo 31

Oriana

—¿Qué pasó? —preguntó mamá bajando las escaleras, los pájaros ya se habían ido al igual que Samuel, ¿dónde estaba? 

—Mamá, algo grave está pasando —me observó con cautela y papá ayuda a Nath a levantarse—. Escucha, los animales han estado muy locos estas 3 semanas, la naturaleza está descontrolada, y ahora pájaros entran como locos a atacarnos, sabes que eso solo pasa cuando sienten la presencia de algo maligno u oscuro.

—Hija, no digas tonterías…

—¿Cómo que tonterías? Ma, hay cosas que papá y tú no nos han dicho —Me crucé de brazos mirándola con reproche— Los vi hablando con Jhon, algo sobre prepararme para algo —Mis padres intercambiaron miradas para después mirarme.

—Hija, hablábamos de prepararte para tu pase, para volverte una bruja nivel dos —¿Me estaba mintiendo?

—Mama no soy estúpida.

—Oriana, recuerda que no eres la única que pasará de nivel, hay más personas que están adquiriendo más poder y generalmente pasan estas cosas por el incremento de poder que van teniendo las personas —Suspiró, se acercó y me dio un leve masaje en los hombros—. Si quieres vamos al aquelarre mañana por la tarde para que lo compruebes y así aprovechas de practicar lo que no has practicado todo este tiempo. Ahora vayan a dormir.

Subí con Nath ella está medio dormida, la ayude a acostarse y yo me quede dormida rápido.

Estaba corriendo en medio del bosque descalza, un chico venía corriendo detrás y una camioneta se había parado de golpe enfrente de mí. Se bajó un hombre de cabello negro, en cuanto me vio se agacho y sus ojos azule me observaron con preocupacion.

—¿Estas bien? —solo asentí, y vi sus ojos cristalinos, estaba a punto de llorar— Dios, lamento todo esto pequeña.

—Aléjate de ella —escuché hablar a mi espalda, el hombre se levantó y me coloco detrás de él, visualicé que el que hablaba era el chico de 16 años que había visto anteriormente, pero claro veía todo borroso y no enfocaba bien. ¿Por qué me pasa esto en mis sueños? 

—Escucha, no quiero hacerles daño a ninguno, menos a ella —me —me señaló—, dejame protegerlos….

—No necesitamos tu protección, ¡y te recuerdo que tu maldito aquelarre está atacando a mi manda! —Caminó hacia mi, me cargó y se fue alejando del hombre, este lo agarró del brazo.

—Solo quiero tenerla a salvo, súbela a la camioneta y llévatela por favor, no quiero que le pase nada malo, este es mi error y quiero enmendarlo —El chico tensó la mandíbula y sin más me montó en la camioneta y empezó a conducir.

—¿Vamos a morir? —pregunté sentada en el asiento y mirando por la ventana.

—No voy a dejar que te pase algo malo.

—Quiero volver con mamá, esos hombres le harán daño.

—No lo harán, ella es fuerte. Sabes después de esto nos merecemos unas vacaciones, ¿no te parece? —preguntó y antes de que articulara palabra alguna, la camioneta se levantó de golpe y rodó hasta chocarse con un árbol. Mi visión estaba peor, para cuando me di cuenta estaba afuera de la camioneta.

—Tengo a la ratita —dijo un hombre que supuse eran de los malos.

Me desperté con la respiración agitada, me fui a levantar y me di cuenta que estaba acostada sobre hojas y ramas.

Y volvimos a caminar dormidas, quizás seas sonámbula ¿por qué no puedo dormir en paz?

Puede que caminara dormida, pero cuál era la necesidad de caminar hasta el bosque, me senté visualizando mi entorno, me levanté del suelo y caminé, tal vez estaba cerca de la casa de Samuel, pero seguía caminando y no había señales de su casa.

Me percaté del sonido de ramas rompiéndose, me giré y no vi nada, seguí caminando y escuche un gruñido, me giré otra vez y no vi nada, en cuanto me voltee para seguir mi camino un lobo bastante grande estaba frente a mi.

Su pelaje era un castaño oscuro, era bastante grande, pero algo que me llamó la atención es que sus ojos eran azules, el lobo ladeó la cabeza y soltó un gruñido acercándose, por instinto retrocedi.

Seas quien seas, no quiero hacerte daño levanté las manos en forma de paz, el lobo se acercó más hasta que caminó alrededor de mí, por algún motivo me era familiar y sabía que no me haría daño, con su hocico levantó mi mano y yo acaricié su cabeza.

Me agaché y lo observé, el agacho la cabeza, hice que la levantara y sus brillantes ojos azules me miraron.

¿Por qué  siento que te conozco? el lobo se acercó y lamió mi mejilla lo que me hizo cosquillas, despues escuche un aullido, este se puso alerta y yo me levanteSupongo que te llaman Después llegó un lobo igual de grande pero su pelaje era rubio casi blanco, el lobo retrocedió, creo que sorprendido, miró al lobo de ojos azules, y empezaron a hablar idioma perro.

No se si discutían o si iban a comerme, pero mientras más me miraban más me asustaba, de pronto ambos me miraron, y al oír otros dos gruñidos supe que me iban a atacar. Vi el pelaje de un lobo más pequeño pero de igual rubio que el del otro lobo, detrás del lobo rubio estaba un lobo de pelaje tan negro como la noche no lo hubiera reconocido de no ser por el color amarillo de sus ojos. Supuse que era el alfa por cómo se paraba y los lobos rubios se colocaban detrás de él en señal de apoyo, menos el de ojos azules que aún seguía a mi lado. 

¿Por qué demonios no hacía algo? Sólo estaba como una estatua contemplando a todos hasta que escuche una voz en mi cabeza.

<<Oriana, ¿que estás haciendo aquí?>>

Era...Era la voz de Luke, vi al lobo de pelaje negro, era el unico que tenia la mirada fija en mi.

¿Luke? El lobo negro empezó a gruñirles a los otros tres, los rubios se fueron corriendo pero el de ojos azules seguia a mi lado sin moverse; De un momento a otro esos dos tuvieron una conversacion de la cual no entendí nada pero que al final el lobo de ojos azules me miro por ultima vez y se fue.




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