El Llanto De Las Estrellas

Capitulo Siete – Farfullo de sentimientos

Camino hacia él, mi respiración es entre cortada. Lo veo allí como un gato asustado mirando hacia los lados, en sus manos sostiene esa estúpida bolsa de papel.

Erick lleva su mano temblorosa a mi cabello por detrás de mi cabeza, me sujeta muy suavemente y comienza un suave susurro que apenas logro distinguir.

Está sufriendo, está llorando. Mi corazón se en suaviza al verlo tan miserable y a la vez tan débil. Me abraza, y un delicado beso me planta en mis labios — Sálvame — fueron sus palabras mientras dejaba escapar sus lágrimas, esta vez tome valor y le arrebate aquella bolsa de papel.  Él apenas se inmuto y abrazándome nos quedamos sentados en el umbral de la puerta de mi casa.

Ya había transcurrido casi una hora hasta que escuche las risas de mis padres, sentí a que alguien más venía con ellos. Así que Erick y yo nos pusimos de pie. Él pregunto varias veces si estaba bien. Si me dolía lo que había hecho. Pero yo solo le respondí que lo olvidase que no tiene importancia.

Fui hasta mi habitación y busque en una de mis cajitas de sorpresas donde siempre oculto dinero, tome un moneda de un dólar y se la di. Erick termino por irse a su casa y dijo que me llamaría en la noche pero le pedí que no lo hiciera, debía estar sobria con mis pensamientos y no angustiada por sus palabras; el al final supo entender y se marchó.

(…)

Me miro ante el espejo; tengo pequeños raspones y unas pequeñas marcas verdes, no son tan visibles pero aun así me alegro que él no haya usado mucha fuerza en sus golpes.

En ese momento abrí aquella bolsa y vi un polvo blanquecino y sin hacerme más preguntas lo vertí en el inodoro y deje fluir el agua.

Apague mi teléfono y me fui a la cama casi a la media noche; cada vez que intentaba cerrar mis ojos lo veía a él con su rostro contorsionado por la rabia que su corazón tenía en aquel momento.

Al cabo de un rato.

Los sueños llegan con un sabor amargo, nunca espere que sean dulces pero al menos agraciados.

Como una melodía me veo en vuelta en aquel lago, esta vez no es color rojo como en mis últimos sueños. Esta vez tiene un color cristalino oscuro, natural para ser un lago.

De pronto escucho el tararear de una canción.

 

 

¡Apuesto a que no creías  que volvería  a la vida!

¡Pero no estoy muerto!

Hago esto con mi convicción
nunca hay tregua, nunca hay fricción
mi enfermedad es lo que alimentaste
no puedo parar con mi ambición
soy como un misil en una misión
soy una fuerza que temerás.

The Score — Stronger

 

Sin decir mucho supe interpretar que la voz que llegaba hasta mí, era de Erick, grite su nombre y un eco resonó en el vacío de aquella laguna.

De pronto me veo transportada a un lugar que recuerdo con claridad.

Un viejo salón de clases donde al cual iba cuando estaba aún en el colegio. Mis compañeros se lanzan bolas de papel como en una película sin voz. De pronto comienzan todos a mirarme y hablarme con tal demanda que mi cuerpo se estremeció por las voces en mi cabeza.

— Grita fuerte

— Cierra los ojos

— Camina rápido

— Sueña

— Tropieza

— Llora

— Gime

— Ama

— Pelea

— Sufre

— Piensa en el suicidio

— No, no lo pienses

— Olvida

— Besa

— Abraza

— Corre más y más rápido

— Sigue soñando

— Mira al cielo

— Traiciona

— Aprende

— Lee

— Escucha

— Odia

Apretaba mis manos contra mis oídos y apretaba mis dientes con tal fuerza que podía sentir el dolor en mi mandíbula, tenía tanto miedo que una suave voz en mi oído hizo que aquel temor se desvaneciera — se feliz, sonríe ya que posees una hermosa sonrisa — di vuelta sobre mis pasos y quite mis manos y lo vi. Su cabello lo tenía sobre sus hombros y su expresión era suave y delicada que mi corazón tuvo calma y a su vez un hermoso paraje apareció ante mí.




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