El llego

Capítulo 7 – Él nunca se fue del todo

Han pasado seis meses.

A veces, en las noches más frías, todavía escucho el eco de aquella llamada. No sé si fue real o si mi mente la inventó para protegerme.
La voz del doctor, entrecortada…
Luego, el silencio.

Un silencio que parecía no terminar jamás.
Y después… nada.

La vida siguió, como siempre lo hace. El colegio, los cuadernos, la misma ruta cada mañana.
Pero todo cambió.

Las calles dejaron de tener color.
Las canciones que me hacían sonreír, ahora duelen.

Él dejó algo en mí. Algo que no se va.

Nadie volvió a hablar de él. Nadie se atrevió.

A veces me pregunto si alguna vez fue real. Si todo fue un sueño. Un suspiro largo, intenso, que vino a desordenarlo todo.

Y luego, en algún rincón del día, entre el ruido de la ciudad o el zumbido en mi cabeza, siento una presencia.
Un aroma familiar.
Una mirada invisible.

Como si alguien, desde algún lugar, aún me estuviera observando.

Y entonces lo sé:

Él nunca se fue del todo.




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