El Lobo y el Hechicero

Esto debe parar

Charlie

Me alegro despertar, la misma pesadilla me ha atormentado toda la semana. La maestra Hudson quitándose la vida en mi cara, mientras veo lo que queda de su cabeza. Dante ha estado tan distraído investigando sobre hombres lobos para notar que no duermo, cada que lo hago vuelvo a la escuela, Sheppard lo convenció de alguna manera de aceptar que es un lobo y funcionó más de lo esperado.

A pesar de que vi un maldito suicidio en mi cara mis padres insistan en que cace un demonio de una vez al ver que ya estoy preparado, por primera vez no me siento preparado a pesar de tener un calendario marcado con una flecha el 21 de octubre de 2023. Incluso tengo mi arco y carcaj preparados bajo mi escritorio, eso hasta que Dante deja caer por accidente uno de sus libros que lleva leyendo esta semana, jamás lo había visto leer tan rápido.

— Perdón, debí haber traído los libros uno por uno —deja toda la pila encima del colchón inflable que se ha vuelto su cama porque a pesar de que su casa ya está libre de policías sigue vacía y sin la madre de Dante que seguro se quedó a vivir de por vida en un asilo—. Sé lo importante que es esta noche para ti, debí fijarme  bien.

— Solo quieres saber más de ti, no te culpo —enserio quiero saber cómo es que cambió de opinión tan rápido—. ¿Qué tanto pasó con Sheppard y sus hijos que ahora amas a los hombres lobos?

— Hubieras estado ahí, primero tuvimos una charla sobre lo que es ser un hombre lobo y después aullé por primera vez.

— Se sintió genial, debo suponer.

— Fue reconfortante, pero también sentí que mi manada verdadera está aquí en Northwest Point, uno de ellos me llamó antes de pudiera aullar. El resto del día lo dedicamos a mis transformaciones —extiende la mano y de sus uñas salen sus enormes garras amarillas, aprende rápido—. Puedo sacar las garras a voluntad, aunque sigo sin transformarme del todo, Sheppard me aconsejó investigar sobre los lobos en estos libros, tienen información verídica y la mayoría fueron escritos por grandes licántropos.

— Suena impresionante, seguro tu manada son adolescentes.

— Y sobre lo del lunes…

— No me lo recuerdes, no quiero saber nada.

— ¿Se lo dijiste a tu psicólogo aunque sea? Mereces dejar esto atrás, esto no fue tu culpa.

— Sí y no sabe qué hacer, pero me estremece más lo que me dijo la maestra, nulla salus, nunquam promissio impleta —Dante me recuerda que él no habla latin, a duras penas habla español porque es requerimiento de la escuela—. ”No hay salvación, su promesa jamás fue cumplida”

— Mierda, ¿en qué conflicto histórico nos metimos?

— No lo sé, solo quiero resolverlo rápido y olvidar que todo esto pasó.

— Sheppard tiene un libro con la historia de la ciudad, lo podemos pedir prestado.

— Hoy no puedo, tengo mi primera cacería —a la cual estoy obligado a ir sin estar listo mentalmente, necesito borrarme la memoria si no quiero descontrolarme.

— Eso es en la noche y Sheppard tiene su tienda abierta todo el día, además, nos quiere a los dos y no sabe las razones por las que queremos ese libro.

— Solo quiero tener todo el día para pensar.

— Al igual que no querías que me odiara por ser un monstruo no quiero que vivas atemorizado por lo que pasó.

— Odio decirlo, pero no lo entiendes, ¡Alguien se mató en mi cara! ¨¡En mi cara! —no puedo cerrar los ojos sin ver el cadáver de la maestra, mi cara llena de sus restos y su ojo colgando de una de las lámparas—. ¡Tú sólo te estás haciendo un lobo y nada más!

— Mi padre fue asesinado y mi madre vió todo, claramente también estoy horrorizado con lo que está pasando.

— Ni siquiera te dolió su muerte, me lo dijiste.

— ¿Y eso a qué va? —Sheppard hizo su magia porque no se ha transformado para cortarme la gargante por decirle una verdad que no puede negar.

— No es lo mismo, tu esperabas a que ese diablo muriera, yo vi como alguien que no era así de malo se disparaba en la cara.

— ¡Jamás dije eso! Podrá ser el mismo satanás, pero no deseé que muriera de esa forma, vi lo que era su cuerpo sin forma en la morgue, no me digas que fuiste el único en ver un maldito cadáver.

— ¡No es lo mismo!

— Claro que no lo es, pero eso no te da el derecho de ser un completo idiota.

— ¡Tú eres el idiota! Me la he pasado sacrificándome para que no le digas al mundo que crees ser un monstruo y me pagas diciéndome que no debo sufrir por lo que pasó con la maestra.

Se transforma irremediablemente y dejo que me mate extendiendo los brazos, si es un monstruo lo hará, no me importa. Claro que no se atreve, se acerca y me dice:

— Suerte cazando al maldito demonio.



 

Papá se extraña de que Dante no haya vuelto, ya va a iniciar la cacería y él sigue desaparecido; da igual, seguirá vendiendo sus penas a quien se le ponga enfrente.

— Hijo, ¿Dante te dio una pista de a dónde se fue? Sheppard dijo que fue por un libro y no lo ha visto desde entonces.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.