Ya habían pasado algunos meses desde que Yosef conoció a Ema. Al ser que ella vivía sola y, debido a los peligros que ella tenía que pasar debido a su padre, Yosef decidió quedarse por un tiempo en su cuidado, mientras regresaban su papá y su hermana.
Yosef le había preguntado a Ema desde hace cuanto que no los veía, a lo que ella le contestó - pi pues todo fue muy repentino. Estaba con mi hermana viviendo aquí pero, un día, vinieron unos hombres. Ella, sin decir nada, sonrió y alistó su equipaje para ir de excursión. Yo le pregunté a dónde iba, ya que quería ir con ella, pero sólo me dijo "espérame aquí. Yo regresaré, tan sólo tengo algo que hacer. También, cuando llegue papá, dale un fuerte abrazo de mi parte si aún no he regresado" y me dejó sola. -, Yosef, - ya hace cuanto tiempo hace desde que se fue - Ema miró hacia el suelo y, por un momento, no dijo nada. Luego levantó la mirada y dijo - bueno fue ya casi un año -.
En ese momento Yosef comenzó a entender el motivo por el cual ella se había enojado tanto con el cuando se quedó aquella noche en su casa. Ella no enojo simplemente por querer sino que fue por que pensó que él se quedaría con la casa, donde es el punto de reunión con su familia. A pesar de que el nunca llegó a conocer a sus padres I hermanos, él no quería que ella se quedara sin esas esperanzas tal vez y sólo se tal vez, si se mantenía por un poco más de tiempo n ella mientras esperaba a que ellos regresaran, podría comprender que era ese afán que la tenía por su familia, algo que le llamaba demasiado la atención
Aunque ya había algunos meses desde que él se había quedado con ella, decidió preguntarle al fin si tenía alguna foto de su familia. Ema, dirigiéndose a una gaveta de una mesa de la sala, sacó una foto. La vio por un instante y, entregándose lo a Yosef, dijo - Ésta es la única foto que me dejó mi hermana antes de marcharse - . Yosef la tomó y, viendo aquella foto, pensó - Éste hombre lo he visto en algún lado pero, esta niña me parece familiar. ¿En dónde la habré visto? - sin siquiera lograr recordar dónde los había visto con exactitud, sólo quedó en poder cuidarla hasta que todo llegara a ser diferente.
Pero, ya había transcurrido más el tiempo y esto no podría continuar así. El que pasara unos meses no significa que la hallan olvidado pero, al ser que ya tenía unos dos años, no podía seguir ignorando tal situación. Yosef, aunque ya se había acostumbrado a vivir con ella, no quería verla triste, por lo que comenzó a buscar a su papá y hermana de Ema.
Al salir ya de mañana, solamente dejó dicho esto - Ema, no te preocupes por nada. Yo iré a buscar a tu familia. Nadie te hará daño, ya que dejaré protegida toda la casa. Así que... -, Ema, - no es necesario que lo hagas, ya ha pasado tiempo y, aunque no regresen, por lo menos ya no me siento sola. Así que, por favor, no vallas -, Yosef, - debo de hacerlo. Cuando regrese, dejaré de ser un mago. Así que te pido que no se lo digas a nadie. No puedo dejar que nadie más sepa de lo que soy -. Y con ésto último desapareció.
Mientras comenzaba a adentrarse más y más en el bosque, comenzaba a pensar - no puedo creer que haya hecho algo como esto. Bueno, eso ahora ya no importa -. Paso caminado por unos tres días, cuando se encontró con unos bandidos. Al verlos decidió tomar otro camino. Dejándolos atrás, se daba por seguro el ni haber tenido que ver algo con ellos.
De esta manera, al darse cuenta que estaba en territorio de bandidos, tuvo que ir con demasiado cuidado para no ser sorprendidos por ellos. El sólo tener que ir en forma de un ladrón que se esconde de la ley, aunque en este caso eran nada menos que bandidos y asesinos, tuvo que idear se miles de formas para pasarlos. De esta manera, entre dejando un campo lleno de trampas cuando tenía que ir a dormir como yo mantenerse en guardia en todo momento, pasaron los días.
Al haber pasado ya un mes, comenzó a pensar que esto podría ser un poco más difícil de lo que se había imaginado. Habiendo hecho su ropa en forma de un mendigo, se encontraba junto a un río, mientras se preparaba para comenzar a pescar, sintió de pronto que alguien se acercaba. Salto hacia la copa de un árbol para poder ver de quien se trataba. Estuvo esperando sigilosamente por unos segundos, cuando de pronto vio que alguien estaba tratando de escaparse de unos ladrones que lo perseguían.
Yosef, sin intentar entrometerse, solamente se quedó mirando lo que ocurría. Además, parecía que no podía defenderse por unas heridas que tenía en los brazos. Comenzó a pensar si ayudarlo sería bueno o no. Sin más en que pensar, comenzó a idear una clase de espejismo para evitar que se dieran cuenta de su presencia. Mientras hacía esto, comenzó a pensar - ¿esto estará bien?. No puedo creer que en momentos como este comience a querer ayudar a alguien - , mientras comenzaba a sacudir un poco las ramas, los bandidos comenzaron a alertarse y uno de ellos se dirigió hacia el lugar donde se estaba Yosef.
Yosef, al ver que se acercó, sin siquiera dudar un segundo más, creo una soga, con la que lanzó sobre el bandido y, mientras este lo esquivaba, lanzó una piedra. Logrando darle a este en la cabeza, se lanzó encima y con gran astucia logró aplicarle una cierta técnica para paralizar lo. Siendo así, miró inmediatamente al otro bandido que, al ver a su compañero caer, dio un silbido. De pronto las aves comenzaron a volar descontrolada mente, como si tratarán de escapar de algo.
Yosef al ver el grave peligro en que se encontraban, se dirigió rápidamente al ladrón, sin dar a ver por completo su habilidad militar, trató de distraer al ladrón lanzando una pequeña piedra que tenía en la bolsa. Este no trató de esquivarlo, ya que sabía que no le podría hacer ningún daño. Pero, lo que no se esperaba era que Yosef había logrado tirarlo con el impulso de un hechizo sin tener que decir ninguna palabra. Esto hizo que el impacto no fuera lo que el bandido esperaba. La al recibir el impacto, no fue la piedra la que lo tocó sino que fue un hechizo de aire que le hizo soltar a la persona que estaban persiguiendo. Yosef, aprovechando la oportunidad, la tomó en sus brazos y, dándole un golpe en la parte de atrás, lo puso inconsciente. El bandido se levantó inmediatamente y, cuando estaba a punto de atacar, Yosef sacó unas bombas de luz de su bolsillo y las arrojó. El bandido cerró rápidamente sus ojos, mientras los cubría. Yosef, aprovechando la luz que emitía está bomba, se teletransporto.