Capítulo #5
Balin
La nave aterriza y todos bajamos marchando hacia las instalaciones de Buisson, en Francia. Hago lo posible por no hacer contacto visual con él y maldigo mentalmente sintiendo el ardor de su mirada quemar mi espalda.
Veo a Manoel salir de la nave próxima y alzo mi mano saludándolo para que sepa estoy bien. Él sonríe y corre hacia mí para abrazarme y darme un beso dulce.
— Estaba preocupado. Oí que te quedaste y arriesgaste tu vida de nuevo, Balin.— Regaña.
— Estoy capacitada para hacer eso y más.
Él arruga los labios en desacuerdo y antes de poder seguir hablando, Ulysse choca su hombro con el de Soares haciendo que se tambalee un poco. Buisson sigue de largo sin disculparse y el deseo de meterle un cuchillo por los ojos late en mis venas.
— ¿Estás bien?— Cuestiono.
— Sí, no ha sido nada.
Me sonríe y lo abrazo hasta caminar a la central que es muchísimo más grande que la de nosotros. Observo todo con detenimiento mirando las cosas que podríamos implementar en nuestra central cuando la volvamos a tener. Ya Meer ha mandado a unos arquitectos para que lleven unos robots inofensivos que arreglaran la instalación y la cúpula que aún no sabemos cómo traspasaron.
Me separo de Manoel y camino hacia Meer que se encuentra hablando con un Achebe muy furioso. Oigo la conversación desde lejos para no entrometerme y esperar a que Meer me solicite.
— Puedes venir.— Me asusta Ulysse desde atrás.
Me mira por unos segundos y se encamina para saludar a Achebe con un apretón de manos. Escucho con atención como el regente de Africa está dispuesto a estar de nuestro lado por el simple hecho de que Doxon no ha sabido manejar la situación y está comportándose como una loca.
Totalmente de acuerdo.
Defne me toca el hombro y volteo para verla igual de intrigada que yo. Ambas seguimos viendo a los tres hombres hablar sobre las barbaridades que han hecho Doxon y Campbell sin interrumpir su platica.
— Balin, ven.— Pide Meer y acato.
Ulysse asiente y Defne viene a la par mío con la cabeza gacha. Saludamos a Achebe y todos nos deslizamos hasta la oficina de Buisson. Las ventanas dejan ver la gran estatua de Eiffel que por ahora es un holograma mientras reconstruyen los restos. Los carros vuelan a su alrededor mientras todos siguen sus vidas sin alarmarse más de lo necesario sin saber todo lo que pasa tras bastidores.
— Cambio de planes. Atacaremos con una explosión de mayor voltaje y será mañana a primera hora. — Explica Ulysse y ambos regentes asienten.
Alguien entra a la oficina después de pedir el permiso de Buisson y veo como la de pelo multicolor entra dejando ver, mediante su traje pegado, el cuerpo esbelto.
— A su disposición. — Saluda la chica.
— Necesito que te pongas en contacto con los jefes de los examinantes de cada regente. — Señala a Meer y Achebe.
— ¿Para...
— Los planes se adelantaron y necesitamos que sea mañana a primera hora.
— Bien. El equipo puede hacerlo sin...
— He dicho que te pongas en contacto con ellos y punto. — Habla con el acento francés algo marcado.
— Está bien, hermanito. — Rueda los ojos y se larga haciendo que Buisson apriete sus puños sobre la mesa.
— ¿Aún sigue siendo... — Pregunta Meer.
— Insoportable, caprichosa y malcriada.— Termina Buisson por él.
— Se nota muy segura.— Comento.
— Segura mis bo...
— Entonces su central ya está en reconstrucción.— Habla Achebe.
— Así, es. Y esta vez juro que si Doxon mete su nariz en mis tierras, le volaré la cabeza.— Se queja Meer.
— Tenemos un inconveniente.— Habla el alférez de Achebe, Okoye. — Los delincuentes están formando un grupo de más de cien mil personas involucradas. Todo por el nuevo medicamento que fue ilegalizado.
— Este es el colmo.— Murmura Ulysse — Legalicémosla y ya está.
— No podemos. Ese medicamento viene de las plantas forfías, las mismas que son vitales para el ecosistema que creamos hace quinientos años en las islas Kortín para crear la cura de toda gama de virus que pueda aparecer.
— ¿Qué medicamento sale de esas plantas que la gente quiere ahora?— Pregunta Meer con cansancio.
— Es una droga que te hace sentir en los cielos. Es demasiado buena porque te da muchísima energía pero aún así, descansas mejor que nunca cuando vas a dormir y hace que tu metabolismo trabaje más rápido permitiéndote comer el triple sin ganar peso. — Explica Defne mirando su tableta.