Capítulo #6
Balin
Después de nuestro ataque hacia Doxon, ella ha estado peligrosamente tranquila sin decir ni hacer nada en absoluto. Pasaron dos meses en los cuales ni si quiera Buisson ha dado señales de vida. Meer y yo seguimos trabajando para nuestro continente pero se me parece demasiado extraño como de la nada todo ha vuelto a la normalidad.
He tratado de comunicarme con Defne, mas sin embargo, tampoco parece querer salir a la luz como si estuvieran escondiendo algo. Sé y estoy demasiado segura de que algo se tienen entre manos pero me es difícil saber qué es con exactitud.
Achebe parece también estar preocupado ya que ha hablado con nosotros sobre lo extrañamente pacifico que hemos estado en estos meses. La prensa calló sobre los rumores al no tener más contenido y las personas ya dan por descartado alguna posible guerra que atente con la humanidad.
— No me lo puedo creer.— Habla Coco y me volteo para verla.
Estamos todos en la cafetería tomando un pequeño descanso. Las voces de todos se oyen como murmullos ya que estamos algo separados y las risas brotan cuando un soldado parece haber dicho un chiste.
— ¿Qué? ¿Se te explotó un implante?— Pregunta Zuri y ella lo fulmina con la mirada.
— Buisson está comprometido.— Dice y me ahogo con el zumo que tomaba.— Con la hermana de Aubree.
La miro con ojos como platos y tomo el aparato para ver como ambos están de primera premisa en el periódico virtual.
«¿Está loco o es idiota?»
Leo la noticia viendo como acaban de confirmarlo hace dos horas y describen lo supuestamente maravilloso que es su nueva relación. Rápidamente caigo en la conclusión de que esto es una farsa la cual le costará mucho a Ulysse si sigue de imbécil.
Con la ira palpitante en mi cabeza, me levanto para ir inmediatamente a la oficina de Meer. Dejo que me dé acceso y entro como león enjaulado enseñándole la noticia.
— ¿Qué mierda está haciendo?— Grito.
— Este hombre...— Niega divertido.— Imagino tiene un plan, Balin.
— ¡¿Un plan?!— Tomo mi cabello.— Estar con ella solo traerá más problemas.
— ¿Por qué te exaltas tanto?
— ¡No me exalto!
— ¿Hay algo más que te esté incomo...
— No. Me molesta sus acciones sin sentido.— Me cruzo de brazos mirando hacia un lado.
— ¿Segura que no hay nada más?
— Nada.
— Bien. Si es así, hoy hará una fiesta para presentar formalmente su relación. Estamos invitados y necesito que asistamos para ver qué rayos está pasando.— Pide y asiento.
— Bien.
Aprieto mis puños y respiro hondo girándome para irme de su oficina. Camino hacia los dormitorios hasta dar con el mío. Paso media hora buscando un vestido pero solo encuentro pantalones y blusas feas pero cómodas.
Jamás he tenido la necesidad de tener vestidos formales aquí y por ello ahora tendré que ir a la casa que compartía con mi prima, sol. Aviso a Meer que vendré justo a tiempo para que vayamos juntos a la endemoniada fiesta que solo me causa arcadas.
Me enerva que Ulysse no nos haya dicho antes lo que está planeado; porque de que algo tiene entre manos, lo tiene. No se casaría con ella después de haber dicho que es una mojigata y posterior a casi crear una guerra en contra de su hermana.
«No sería tan idiota ¿O sí?»
Conduzco mi vehículo volando entre las avenidas y parándome en cada semáforo como pide la ley. Veo a algunos robots custodiando las calles y me le quedo observando sin creer que aún no tengamos la tecnología para hacerlos más letales y llevarlos a alguna misión. Por ahora, solo sirven para construir, ser profesores y cosas que requieran de inteligencia y no tanta fuerza.
Llego a la casa viendo como Sol está regando las plantas y camino hacia ella sigilosamente. Me aguanto la risa y grito a sus espaldas haciendo que ella también grite dando un salto. Me parto de la risa observando como se toma el pecho con la respiración acelerada.
— ¿¡Estás loca!?
— Un poquito.— Abro los brazos y nos envolvemos en un abrazo.
— ¿Qué haces aquí? Pensé que vendrías el lunes.— Habla mientras nos adentramos en la casa.
— Vengo a buscar un vestido. Meer me necesita en una fiesta.
— Puedo ayudarte a escoger pero primero....— Corre hacia la cocina y oigo como abre el horno dejando un olor delicioso salir de él.— ¡Torta en masa bien se pasa!
Río tomando la cuchara para probar la masa redonda que sabe a cielo. Mis papilas gustativas babean por lo delicioso que está y la alago.
— ¡Está para morirse!— Suspiro con la boca llena.
— Como su cocinera.— Guiña un ojo coqueta.
— Venga, si sigo comiendo pastel no entraré en el vestido.
Me encamina a mi antigua habitación y no recuerdo la ultima vez que dormí aquí. Siempre he vivido en la central desde que tengo memoria, solo las vacaciones la pasábamos aquí junto a Uriel pero él ya tiene su hogar con su esposa.
Suspiro mirando las fotos en la mesa de noche y tomo una detallando su contenido. Somos Meer y nosotros la primera vez que fuimos a la central, nuestras caras se notan serias y sombrías pero a Meer no pareció importarle y posó la sonrisa más brillante que jamás he visto.
Su sonrisa me recuerda a mi madre y no puedo evitarla lágrima traicionera que baja por mi mejilla. Se viene a mi cabeza las veces que jugábamos en el prado de Dinamarca antes de su muerte. Mis gritos de ese día aún quedan grabados en mi memoria y quedo blanco por uno segundos.
El prado...
Corro con todas mis fuerzas dejando que mis cortas piernas me lleven hasta los girasoles escondiendo de mi hermano y prima mientras jugamos al escondite. La ansiedad de ser encontrada me hace reír sin parar y tapo mis labios intentando acallar las risas.