Antony y Erick están en una sala de espera del hospital, Antony empieza a hacer llamadas de su trabajo y el tiempo pasa rápido, hasta que llega la noche. Antony le pregunta a Erick: “¿cómo va la investigación?”
“Hemos ubicado el auto que los golpeó”, responde Erick, “pero fue reportado como robado, no quedan rastros de la persona que lo manejaba, estaba bien calculado”
Antony lo piensa por un momento, él dice: “no me importa si ha desaparecido o si incluso es un fantasma, bajare hasta el infierno si es necesario, pero el culpable debe pagar. Sigue investigando, ha de tener algún punto débil, no pudo ser tan perfecto”
“pondré a los mejores hombres en esto, no se preocupe señor”, contesta Erick.
Mientras hablaban una enfermera se acerca a ellos: “su esposa ya despertó, ha solicitado ver a su familia”
Antony sabía perfectamente que con su familia, no se refería a él o a su hija, él dice: “que problemático, Erick quédate y vigila a Anelix de cerca, parece que debo hacerle una visita a mi suegro”.
Esa misma noche Antony se dirige a una mansión ubicada a las afueras de la ciudad, estaba un poco lejos del hospital y de alguna forma, sabía que estaría ocupado un largo tiempo, de todas formas tengo mi agenda cancelada toda la semana, pensó.
Llegó a la entrada y anunció su nombre, el guardia que estaba de turno se sorprendió y de inmediato se comunica por el radio con otro. Al poco tiempo, la puerta delantera se abre. Antony se sorprendió, Que extraño, ¿me dejarán pasar así de fácil?, bueno no tengo problemas con eso. Entró en su auto hasta la entrada de la mansión, se bajó del carro y en ese instante fue rodeado por una docena de hombres. Sabía que no sería tan fácil.
Se quitó el saco de su traje, lentamente se arremangó las mangas de su camisa y se puso en posición de pelea. Los hombres que lo rodeaban esperaron hasta que estuviera listo y en ese momento todos se abalanzaron contra él. La pelea era bastante ruda, Antony era un experto por lo que se veía, iba derribando uno a uno a los hombres que lo atacaban, puñetazos y patadas volaban por doquier, ya sólo quedaban 5 de ellos de pie.
Algo exhaustos, se miraron unos a los otros y sacaron una cuerda que estaba en el pórtico de la mansión, con cada chicote extendieron la cuerda para rodearlo. Él saltó y agarró la cuerda con su mano, haló fuertemente y los hombres cayeron. Se río y dijo: “oye viejo, ¿no tienes a tus hombres mejor entrenados?, con esta seguridad será mejor que te entregues tú mismo, no sirven para nada”.
“Insolente”, un hombre de mediana edad habló desde el balcón del segundo piso, “me estás insultando de esa manera tan grosera, ¿no temes que baje yo mismo y te de un balazo?”
Antony contestó: “Con tu edad, con sólo bajar las escaleras ya te estarás fracturando tus costillas, no seas tan confiado suegrito”
El suegro: “Tú……cómo te atreves a llamarme y tratarme así, no te dije que no quería verte nunca?, sal de mi casa!
“Viejo, crees que quiero ver tu arrugada cara?, no estoy aquí porque quiera, es un asunto importante”
“Que asunto?, debe ser algo grave para que vengas hasta aquí, espera……no tendrá que ver con mi conejita o si?”
Antony guardó silencio y agachó la cabeza.
“¿Por qué no dices nada!?”, grito el viejo, “que están esperando?, rápido métanlo a la casa”
En ese momento, los guardias abrieron paso para dejar pasar a Antony. Él agarro su chaqueta y entró sin dudar a la mansión.
El interior de la mansión era majestuoso, digno de una familia con mucha riqueza, ornamentado con elegancia y pulcridad. El viejo ya estaba bajando las escaleras cuando Antony entraba a la sala principal, a prisa, se abalanzo sobre sus hombros con sus manos “le paso algo a mi conejita, que sucede, dime rápido!!”
Antony contestó: “Tuvo un accidente de auto”
El viejo: “un accidente de auto?, como pudo pasar esto? Es demasiado grave, como lo permitiste, se supone que debes cuidarla, es tu responsabilidad, no debí dejar que la alejaras de mí”. Empezó a agitar el cuerpo de Antony salvajemente mientras hablaba, “dime donde está, como esta, debo verla ahora mismo”.
Antony contestó: “cálmate viejo, no resultó tan grave, solo un par de costillas fracturadas……” PAF, el sonido estrépito de una cachetada sonó antes de que pudiera terminar de hablar.
“Un par de costillas dices?, no es tan grave?, ESTÁS LOCO!!, no críe a mi hija para que venga un donnadie a descuidarla de esa manera y me dices que no es grave, tienes ganas de morir en este instante”. El viejo estaba demasiado sulfurado.
Antony esperó a que se calmara un poco y le dijo: “¡entiendo, lo sé!!, muero de la impotencia porque no sé quién es el culpable, estoy dispuesto a arrancarme el corazón y dárselo si es necesario pero no es el momento de eso, realmente necesito tu ayuda!”
El viejo escucho atentamente y reflexionó, “está bien, dime la situación completamente y qué necesitas”
“El problema más urgente es que ella……no recuerda los últimos 8 años de su vida” Antony hablaba con voz quebrada, “no me recuerda a mí, no recuerda…….a nuestra hija, no sé qué hacer, no me quiere ver y sólo pide ver a la familia que sí recuerda”