El conglomerado Method, tiene empresas muy particulares, desde fábricas industriales hasta discotecas, uno pensaría que son diversas y particularmente no resaltan demasiado, pero en realidad, es una fachada para lo que realmente hacen: “favores”. Se dedican a realizar todo tipo de pedidos al precio que sea necesario, pueden desaparecer una compañía si su competidor le paga lo suficiente, pueden obtener información de los mafiosos más corruptos e incluso trabajan para el FBI.
El dueño de este gran conglomerado es Frederick Brown, el padre de Anelix, se dedicó a limpiar el nombre de su padre, el cual construyó la empresa a base de corrupción. Como trabajan en negocios peligrosos actualmente, Frederick entreno a sus 5 hijas para ser las mejores tanto en combate como en estudios académicos. Sin embargo, siempre consentía a su hija menor Anelix, por ser la más pequeña no la forzaban a hacer cosas muy difíciles y la dejaban libremente para vivir como ella quería, se puede decir que fue un golpe fuerte cuando fue separada de su familia, Anelix decidió que no quería vivir a costa de su familia rica y quería independizarse, aunque no se esperaba que fuera tan difícil vivir sin apoyo económico después de ser tan consentida en su vida. Al casarse, Antony tampoco permitió que se viera con su familia, al parecer, era muy posesivo con ella y no se llevaba bien con el padre de Anelix, luego de que nació su hija tenía menos razones para que ella volviera.
Frederick entro a prisa al hospital, corrió hasta la habitación de Anelix y abrió la puerta de golpe. Anelix aun dormía plácidamente, al escuchar el sonido de golpe, se despertó inmediatamente asustada, pero al ver a la persona que la llamaba no pudo contener las lágrimas, pues al verlo, pareció congelarse por un momento, como si algo en su interior estuviera a punto de despertar.
"Hola, conejita," dijo el viejo, con la voz quebrada por la emoción. "Soy yo, papá."
Anelix lo miró fijamente, sin decir una palabra. Había algo en sus ojos que reflejaba una mezcla de confusión y reconocimiento, como si una parte de ella intentara recordar pero no pudiera.
El viejo se arrodilló junto a la cama, tomando su mano suavemente. "Estoy aquí. No te preocupes. Todo va a estar bien, qué ha sucedido contigo?, por qué estás así? qué ha pasado? Noooo mi bebé”.
Frederick empezó a lagrimear junto con ella, los dos se abrazaron desconsoladamente. Antony iba justo detrás de su suegro, al ver la nostálgica escena no pudo evitar sentir alivio, a pesar de que no le agradaba mucho su suegro, sabía que amaba mucho a su hija tanto, como ella a él y, en una situación tan complicada como esta, su apoyo sería un gran alivio. Sabía que no podía calmar las incertidumbres y el miedo que tenía su esposa pero en este momento no podía hacer nada, tenía que calmarse, no había manera de que su esposa lo recordara, así que tenía que tener paciencia por el momento.
Anelix estaba tan feliz de ver a su padre: “Papá, eres tú papi”, ella lloró mucho y, ¿cómo no hacerlo?, desde que se despertó estaba muy confundida, todos le estaban diciendo cosas que ella no podía entender, cosas que no podía recordar, era muy problemático. Hasta que finalmente vio a su padre pudo realmente sentir tranquilidad, ya que era una cara conocida y no solo eso, la que más amaba.
Su padre se quedó justo a su lado por un rato, no quería soltarla, le decía: “hija por qué te ves tan mal, no puedo creerlo, te ves descuidada, ¡voy a castigar a todos esos bastardos que te hicieron esto!, cómo pueden…. cómo pueden hacerle esto a la preciosa hija de Frederick Brown, me encargaré que paguen uno a uno”.
Anelix no le importaba mucho lo demás, solo se quedó ahí abrazando a su padre: “papá te extrañé tanto, no sé qué está pasando, todos me dicen cosas raras”
“Calma, calma, tu padre ya está aquí para cuidar de ti” dijo Frederick calmadamente
Al escuchar la conmoción, uno de los doctores que atendía el estado de Anelix se dirigió rápidamente a la habitación. Él dijo: “así que finalmente llegó un familiar que la paciente reconoce, esto es un avance”. Frederick se levantó y preguntó inmediatamente por la situación de su hija. El doctor le dijo: “todo está bien solo necesita tiempo para recuperar su memoria, se hicieron análisis de su estado general y el único problema es su memoria, debido al shock no puede recordar todo lo que pasó durante los últimos 8 años, se supone que la conmoción fue demasiado grande, debemos esperar a ver cómo continúa su situación e identificar la causa de su estado actual”.
Frederick ya estaba calmado, empezó a ver las cosas con racionalidad, dijo: “¿puedo llevarme a mi hija lo más pronto posible?, tengo doctores personales que pueden atenderla en mi casa. Además, yo soy la persona actualmente más cercana a ella, doctor estará bien cuidada”.
El doctor analizó la situación y estaba de acuerdo: “no me parece mala idea, y su estado de salud es lo suficientemente bueno para que sea dada de alta, en cualquier caso, debe volver para el seguimiento de su pérdida de memoria”.
Anelix también estuvo de acuerdo en silencio, pues se sentía muy extraña en ese lugar sobre todo, con ese hombre que decía ser su esposo.
En cambio, Anthony no estaba igual de conforme que los demás: “espera, ¿vas a llevarte a mi esposa?, no puedo permitir esto, lo ideal sería que se quedara en su casa, si no puede recordarme debería interactuar lo más que pueda conmigo. ¿Viejo que crees que estás haciendo por tu cuenta?”. Al decir estas palabras, Antony recordó que su esposa siempre le decía que respetara a su padre, el llamarlo viejo era una ofensa y siempre lo regañaba por eso.