Frederick estaba en su oficina, sumido en la lectura de informes y revisando documentos cuando un hombre entró apresuradamente. Era su secretario, con una expresión preocupada en su rostro.
"Señor, tenemos un nuevo cliente que está solicitando que acabemos con la empresa de los Black."
Frederick levantó la vista, sorprendido. Su empresa, Method, sí manejaba este tipo de encargos, pero nunca imaginó que recibirían una solicitud que involucrara a un amigo suyo, especialmente cuando su hija trabajaba para la empresa objetivo.
Frederick contestó: "¿Estás seguro? ¿Quién es este cliente?"
""No tengo todos los detalles aún", dijo el secretario aún nervioso, "pero parece que la solicitud es bastante seria. El cliente tiene ciertas demandas que podrían complicar las cosas".
Sin pensarlo mucho, Frederick le respondió con firmeza: "Declina el caso. No tomaremos este pedido".
Más tarde, el secretario volvió a entrar, visiblemente inquieto.
"¿Qué pasa ahora?", Frederick no quería ser interrumpido cuando ya estaba atestado de trabajo.
El secretario no quería molestar, pero en casos como este era mejor decirlo de una vez: "Señor, parece que el cliente está relacionado con la mafia y el tráfico de armas, es.....", dudo al seguir hablando, "es Zarack señor. Está exigiendo que se cumpla su pedido, y su tono era... bastante intimidante".
Frederick frunció el ceño, su preocupación aumentaba. Zarack, era bien conocido, sus negocios sucios se hicieron tan grandes que era intocable casi ante cualquiera. Tomó el teléfono del secretario y marcó el número del cliente. La llamada fue contestada rápidamente.
"¿Sí? ¿Cambiaron de opinión?"
"Soy Frederick Brown, el presidente de Method. He recibido su solicitud, pero debo informarle que no podemos tomar este caso. La empresa está vetada para este tipo de encargos debido a asuntos privados".
El hombre al otro lado de la línea contestó: "¿Y tú crees que puedes ir en contra de la mafia? Sabes que Method tiene la reputación y los recursos para manejar este tipo de trabajo. Si el presidente no acepta, será difícil conseguir alguien más competente".
Frederick sintió que las cosas se complicarían: "No quiero problemas con tu organización. Podemos ofrecerte otro tipo de servicios que no involucren a los Black, pero no tomaremos este caso en particular".
"Parece que no entiendes la seriedad de la situación. No estás en posición de rechazar nuestra oferta", dijo Zarack muy enfáticamente y luego colgó abruptamente, dejando a Frederick con una sensación de inquietud. Ponderó la gravedad de la situación y cómo el rechazo a un cliente tan influyente como Zarack podría desencadenar problemas mayores.
Frederick se quedó pensativo, preocupado por las posibles repercusiones. La seguridad de su familia y la integridad de la empresa estaban en juego. Tenía que encontrar una solución que no comprometiera su posición ni la seguridad de aquellos que le eran más cercanos.
......
Antony se encontraba en el hospital, con una venda alrededor de su torso y la expresión de frustración pintada en su rostro. Aunque solo habían pasado dos días desde el accidente, ya no podía soportar estar confinado entre las paredes del hospital. Cada minuto allí era una tortura para su paciencia.
Erick entró en la habitación con una expresión grave, cargando un par de carpetas y una tablet. Sabía que su jefe estaba ansioso por conocer el progreso de la investigación y que su paciencia estaba al límite: "Señor, tengo los resultados de la investigación", dijo, colocando las carpetas sobre la mesa junto a la cama de Antony. "No es bueno. Parece que este asunto está relacionado con la mafia y, por lo que hemos encontrado, están muy bien cubiertos".
Antony se enderezó en la cama, sus ojos se clavaron en Erick con una intensidad feroz: "Estos registros están bien camuflados. Hay que seguir los pocos rastros que dejaron para llegar al origen. No me importa si es la mafia o hasta el mismo demonio, quiero llegar hasta él."
Erick asintió con seriedad: "Entiendo, señor. Mandaré a los mejores para esta tarea. No descansaremos hasta que tengamos respuestas claras".
Antony asintió, su mente ya estaba trabajando en los próximos pasos: "No quiero más sorpresas. Necesitamos cerrar este capítulo de una vez por todas", dijo con determinación, mientras se recostaba de nuevo en la cama, mirando fijamente al techo, perdido en sus pensamientos.
Anelix había notado la ausencia de Antony durante casi una semana, y el vacío que sentía en su rutina laboral era palpable. Sin noticias de él, sus días se arrastraban en una especie de letargo inquietante. Decidió hacer una visita a Cassius, a pesar de que sabía que no era del todo bien recibido por él. La necesidad de información sobre el pasado de Antony la impulsaba, y el fin de semana parecía el momento perfecto para abordarlo.
"Hola, Cassius. Gracias por recibirme".
Cassius sonrió cordialmente: "No hay problema, Anelix. ¿En qué puedo ayudarte?", aunque disimulaba su evidente desconfianza.
Anelix estaba nerviosa: "Bueno, he estado teniendo problemas para obtener información clara sobre los negocios de la empresa en la que trabajo. Nadie parece querer decirme nada. Pensé que tal vez podrías ayudarme".
Cassius arqueó una ceja y respondió: "Entiendo. A veces, las cosas en el mundo de los negocios no son lo que parecen. He escuchado algunos rumores, sabes. Dicen que los Black han estado involucrados en prácticas poco limpias para obtener los terrenos donde construyen sus hoteles".
"¿En serio? ¿Qué tipo de prácticas?", Anelix estaba sorprendida.
"Bueno, se dice que han usado métodos poco éticos para asegurar esos terrenos. No es raro en el mundo de los grandes negocios, pero con los Black, las cosas pueden ser especialmente sucias".
Anelix no pudo disimular su descontento: "No puedo creerlo. Antony... El hombre que conocí me mostró un lado completamente diferente. No parece el tipo de persona que se involucraría en esas cosas".