El maravilloso regalo de Irma

Limón

Detrás de la ventana su mamá, papá y Kiwi la están viendo, deseosos de entrar con ella para darle un fuerte abrazo, su mamá no para de llorar, mientras que su padre se hace el fuerte, los tres se abrazan, destrozados por ver a Irma de esa forma, sufriendo.
—¿Por qué? Ella solo es una niña de siete años —pregunta su mamá.
—No, lo sé —dice él, ahogándose con sus palabras.
El doctor sale de la sala y deja a la enfermera con la niña.
—Tienen a la hija más valiente que he conocido, sé que ella saldrá a delante de esto, solo confíen en Dios y en ella, también. La enfermera les dará un cubrebocas, algunos jabones y batas, deben entrar lo más limpio que se pueda —dice el doctor.
Hacen lo que el doctor les pidió, de la manera más rápida que pueden, están ansioso por entrar con su pequeña de nuevo.
La enfermera Nancy abre la puerta y los deja entrar a la habitación. Los dos corren a ver a su linda hija.
—Hola mami y papi.
—¿Cómo te sientes, mi pequeño tesoro? —pregunta papá.
—Un poco cansada, pero mejor que antes —Irma, les sonríe a los dos y continúa hablando, —mami, los piringüinos, no se asustaron cuando yo me caí —dice preocupada.
—No, mi cielo, ellos están bien y están preocupados por tu bienestar, quieren volverte a ver pronto, así que hay que mejorar tu estado de salud —dice su mamá, tratando de verse fuerte.
—¿Dónde está, Kiwi?
—Justo aquí —dice la enfermera, acercándose a Irma.
Irma lo abraza muy fuerte y le da un gran beso en su frente.
—Te extrañé mucho, amigo —le dice, —mami, ¿Por qué Kiwi huele a limón? —pregunta en un susurro, no quería que su peludo amigo la escuchara.
—Tuvieron que bañarlo para que entrara contigo, así como nosotros estamos cubiertos de estas cosas para doctores, así evitar que te enfermes más —le dice.
—Papi, ¿Por qué estás muy callado?
—Disfruto mucho, escucharte hablar con tu mamita, —le dice papá —sabes que te amo con todo mi corazón y que eres la princesa de todo mi reino, claro y tu mami la reina —después susurra —ya sabes que luego se pone celosa.
Irma y su papá se ríen tanto, que le duele el estómago a la pequeña.
—Estoy un poco mareada —dice la niña.
—Doctor, Irma se siente mareada —dice su papá.
—Es un efecto normal de la quimioterapia —dijo. 

—Entonces, ¿está bien? —pregunta su mamá, preocupada.
—Lo sabremos en unas horas, cuando el medicamento comience a hacer efecto, por ahora, debemos dejarla dormir, la pasaremos al cuarto para que descanse, pueden estar con ella, pero lo mejor es que la dejen descansar, eso le ayudará, —hace una breve pausa y después continúa —nos hacen el favor de esperar afuera de la habitación —dice el doctor. Los padres de Irma obedecieron.
Llega un enfermero de nombre Diego, quien ayuda a Irma a subir a la silla de ruedas, ahora debían tener más cuidado con la niña, se encuentra débil con el tratamiento. Sus padres la siguen de cerca. Llevan a Irma a otra habitación, decorada con unicornios, princesas y príncipes, la habitación tiene una cama y un sofá grande para los familiares.
El enfermero recuesta a Irma y la cubre con una cobija.
—Pueden pasar —dice el enfermero a la familia de Irma.
Ella está profundamente dormida, su mamá se sienta a su lado y del otro lado su papá, esperando ansiosos que ella esté mejor.
—Amor, ve a comer algo, yo me quedo aquí con Irma, si llega a pasar algo, yo te hablo —le dice su esposo a ella.



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En el texto hay: drama, magia, fantasia aventura

Editado: 25.02.2023

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